Quienes no conozcan Haruki Murakami, basta con saber que es uno de los autores japoneses más famosos, ganador de una buena cantidad de premios y traductor de autores como J. D. Salinger, Truman Capote o F. Scott Fitzgerald. Ha escrito obras como Oye cantar al viento (Kaze no uta o kike), Crónica del pájaro que da cuerda al mundo, 1Q84 o Kafka en la orilla, entre otros. La biblioteca secreta es la primera obra del autor que he tenido el gusto de leer, y debo reconocer que no me ha dejado indiferente.
La biblioteca secreta trata sobre un niño que decide ir a la biblioteca a leer, ilusionado por poder refugiarse del ruido del mundo entre estanterías de libros y el olor a papel. Pero sus zapatos nuevos llaman la atención del bibliotecario, quien inicialmente no despierta sospechas en nuestro protagonista. Dejándose llevar por la curiosidad, el chico atraviesa largos pasillos y numerosas puertas para terminar cayendo en una trampa. Sin posibilidad de huir, el bibliotecario se perfila como el símbolo de la responsabilidad llevada al extremo, la obligatoriedad de cumplir una promesa lanzada al viento pese a que otros puedan sufrir en el proceso. Su repentino encierro le hace temer por la salud de su madre, a quien parece acosarle una enfermedad muy dañina que bien podría ser la pena o la preocupación. De paso, nuestro joven lector conoce a una muchacha misteriosa, a un estornino y a un hombre-oveja. Personas sin las cuales podría no haber caído en lo que muy bien dice el libro en su contracubierta:
"El peligro de los laberintos radica en que, hasta que no avanzas un buen trecho, no sabes si has elegido o no el camino correcto. Y cuando llegas al final y te das cuenta de que te has equivocado, ya suele ser demasiado tarde para retroceder"
Estamos ante un cuento verdaderamente interesante que hay que interpretar en su justa manera, pensando además que caben distintas lecturas de la historia. Con un contenido marcadamente filosófico, se pueden entrever alusiones al tiempo, la preocupación, la responsabilidad, la crueldad, la dependencia, el amor, la esperanza, la ilusión, la desesperación y la tristeza. Es una narración de corte irreal que perturba profundamente a ese lector capaz de meterse en la historia de este pequeño con ansias de leer cosas como Los impuestos en el Imperio Otomano, Diario de un recaudador de impuestos del Imperio Otomano y El movimiento contra el pago de impuestos en el Imperio Otomano y su represión. El libro está aderezado por las ilustraciones de Kat Menschik, una mujer que es capaz de transmitir con sus dibujos la opresión de la biblioteca, la ilusión de evasión de nuestro joven protagonista y las consecuencias de sus elecciones, como por ejemplo, el haberse puesto zapatos nuevos para ir a la biblioteca aquel día. Es una artista muy impactante que consigue hacer que la historia de Haruki Murakami llegue a borbotones, sin ninguna contención.
Si habéis pensado en haceros con este cuento editado por Libros del Zorro Rojo, aconsejo que le echéis antes un ojo y que tengáis muy en cuenta a quién se lo vais a regalar o en qué momento lo vais a leer. Todavía no he conseguido recuperarme del impacto que este cuento me provocó al terminar de leerlo, así que os animo a dejarnos vuestras impresiones en los comentarios.
Libros del Zorro Rojo. Tapa dura con sobrecubierta, 64 páginas, 14,90 €.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.