Las aventuras del simpático (cuando quiere) ogro verde de Dreamworks llegan a su fin en Felices para Siempre, el capítulo final de una de las sagas emblemas de la factoría de animación, con un personaje también emblema, creado por William Steig para un libro ilustrado infantil. Nos sorprendió en 2001 con una parodia irreverente de los cuentos de hadas, una vuelta de tuerca a los conceptos clásicos que todos tenemos de ellos (al más puro estilo de la serie en cómic de Fábulas, creada en paralelo), con una animación soberbia, un humor inteligente, y una gran película en general. Luego llegó su segunda parte, Shrek 2 (2004), más de todo, en una aventura más rocambolesca y con multitud de nuevos personajes de los cuentos como de toda la vida. Finalmente, Shrek Tercero (2007) supuso un bajón en la saga, al agotarse la fórmula y no hacer de esta una película con mayores pretensiones que la de ser "una más". Con Felices para Siempre se vuelve a los orígenes del Shrek original y obtenemos una película más elaborada que sus predecesoras, pero sin superar a la original, compitiendo a su vez con la última y genial obra de la productora, Cómo Entrenar a tu Dragón. Y es que el mercado del cine de animación es muy competitivo, surgiendo en muchas ocasiones verdaderas obras maestras.
El argumento de la cinta es bien sencillo. Nuestro buen ogro se ha cansado de su recién adquirida vida junto a su esposa Fiona y sus tres hijos. Tiene todo cuanto desearía cualquier campesino en un mundo de fantasía: esposa, hijos, dinero, residencia confortable (aunque se trate de un tronco de árbol en un maloliente pantano), reputación... Pero Shrek anhela los tiempos en los que las turbas enfadadas de pueblerinos le perseguían con horcas en mano, o cuando los alguaciles colocaban carteles con su imagen en cada rincón del reino, ofreciendo por su cabeza una suculenta recompensa. Esos tiempos pasaron, y es entonces cuando Shrek se da cuenta de que nunca volverán... y porqué no, no estaría mal volver a ellos. La vida en familia, con unos niños berreantes, una muchedumbre que siempre espera que te portes como un ogro, el estrés producido por Asno... Todo ello forma un cúmulo de circunstancias de las que Shrek quiere escapar. Es por eso que acude a un tal Rumpelstiltskin, el clásico personaje de cuento de hadas que otorga contratos con tu mayor deseo inscrito, pero siempre a cambio de algo y con una letra pequeña de cuidado. Ese algo no es otro que una ínfima porción de la vida de Shrek. ¿El beneficio? Ser de nuevo el ogro de siempre, antes de tener esposa, hijos y obligaciones. Antes de atiborrarse a gusanos y baños de barro.
Pero todo tiene un precio y la cosa no sale como debiera. Es nuestro deber ir descubriendo la trama. Se nos plantea una historia alternativa a la primera película de la serie en la que Shrek vuelve a ser el ogro de siempre, por lo que no conoce a ninguno de los personajes que suelen acompañarle en sus aventuras: ni el Gato con Botas, Asno, Fiona, Pinocho, ni el Hombre de Jengibre. Aunque todos esos personajes siguen ahí, cambiados en mayor o menor medida. Siguen los gags de siempre, producidos por el humor de estos buenos personajes, cada uno con su historia particular (¡mirad si no al Gato con Botas!). Incluso se dan situaciones semejantes, pero cambiadas por las arenas del tiempo que supone el contrato del malvado Rumpelstiltskin. ¿He dicho ya que quiere hacerse con el control del reino? Quizá hubiera preferido un mayor hincapié en una historia alternativa, en lugar de ofrecerse en unas pocas secuencias, para dedicarse después a plantear una nueva historia a raíz de los acontecimientos, aunque ambas cosas estén relacionadas.
Podríamos estar hablando de una alegoría en toda regla, en el sentido de que vemos reflejados en unos personajes supuestamente inventados el representar una serie de ideas, en este caso el de volver a una vida idílica anterior a cierto cambio, pero que siempre conllevará otra serie de problemas morales tales como "¿Habré hecho bien abandonando a mi mujer e hijos?" "¿Qué hay de mis amigos? o "¿Realmente es esto lo que quería?. Es un tema que también se vio reflejado en otra de las grandes películas de animación de la factoría Pixar como Toy Story 2, en este caso, la vida anhelada o una especie de estado superior al habitual, pero representado todo ello en una serie de objetos inanimados (aunque cobre vida a voluntad) como son los juguetes.
Pero volviendo a la película en si, decir que se convierte en una experiencia agradable tal cual nos tienen acostumbrados la gente de Dreamworks. El mismo humor de siempre, las constantes alusiones a los cuentos de hadas (las brujas, Gepetto, ogros, incluso el cazarrecompensas, ¡mi favorito!) una animación excepcional, un colorido increíble, sonido, la imperecedera banda sonora de Harry Gregson-Williams... A quien le guste el cine de animación lo pasará realmente bien, y si además confraterniza con las aventuras y desventuras de este particular ogro verde, mucho mejor. Inferior a la primera parte, pero muy superior a Shrek Tercero, esta Felices para Siempre supone un buen colofón a una saga que se ha ido quedando sin ideas debido a los derroteros tomados (siempre he considerado un error la inclusión exagerada del tema familiar y de los hijos), y que ahora remonta el vuelo para ofrecer un digno epílogo con libro y voz en off bien parecidos. Si los cuentos de hadas son realmente inmortales (que lo son, no hay duda), y si realmente no habrá más Shrek en un futuro, volveré a sus diferentes entregas para revisitarlas una y otra vez, para que el ogro perdure en la memoria por siempre.
Título Original: Shrek Forever After / Director: Mike Mitchell. / Género: Fantasía. Animación. Comedia. / Nacionalidad: E.E.U.U. / Estreno: 7 de Julio de 2010. / Duración: 93 minutos.
comentarios
Aún no he podido ir a ver la peli así que de momento no voy a leer la crítica.
En cuanto la vea (que ya hay ganas), opino :)
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.