La continuación de El libro de Ivo sigue siendo igual de buena que su predecesora, y profundiza más todavía en las correrías mágicas y psicológicas de Sombra.
Sí, el título de esta reseña es premeditado, como el tomo de una antigua enciclopedia. La razón es simple: El libro de Sombra de Juan Cuadra es uno de los tratados más interesantes que he tenido ocasión de leer sobre la naturaleza humana, la práctica mágica en general y el poder que tiene el amor como punto de unión entre la más apabullante locura y una realidad infecta.
Quien haya leído El libro de Ivo sabrá quién es Sombra, o al menos lo habrá podido intuir. En esta novela se nos explica de donde surge su preparación mágica, la lucha de poder que hubo entre sus padres para enseñarle los diversos senderos que podían conducirle a un mismo destino y cómo el ser humano es capaz de buscar refugio incluso en el mismo corazón del infierno. Como muchos de los que estáis leyendo esta reseña ya sabéis —y los que no hayan leído El libro de Ivo recomiendo que dejen de leer aquí porque puede que haya algún spoiler—, la tetralogía de la Saga de la Ciudad no es apta para todos los públicos. A diferencia de novelas más light que hayáis tenido la oportunidad de leer a lo largo de estos años, y si creíais que Joe Abercrombie o George R. R. Martin podían provocar que vuestro estómago usase vuestra espina dorsal como barra de striptease, Juan Cuadra ha sabido encontrar "ese paso más allá" en el que con las palabras justas puede hacernos palidecer ante la crueldad de ciertos personajes en las actividades que se realizan en las Casas de la Carne o frente al peligro que corre nuestro protagonista.
En contra de otras novelas sobre rituales mágicos, el autor demuestra en este caso haber investigado en la historia de las artes mágicas que pueblan nuestra Historia, con mayúscula. Cuadra explica con breves pinceladas qué metales necesita Sombra para poder crear un portal, qué pieles debe utilizar para crear una trampa y cerrar la puerta en caso de emergencia, e incluso explica de forma concienzuda la diferencia entre la magia que le enseñó su padre en su infancia y la que le dio a conocer su madre: una más oscura y la otra más salvaje y natural, atada a la tierra. Nos sumerge en la complejidad de realizar un ritual y de las locuras que se pueden llegar a hacer cuando tienes un vínculo con el "Otro Lado" y quien amas está en peligro. También me ha parecido realmente impactante la manera en la que el autor presenta a ese triunvirato de poder formado por El Constructor, La Loba y El Señor, los únicos que se alzaron entre la violencia y el caos mostrado en El libro de Ivo para convertirse en algo más, unos gobernantes justos que, a su manera, logran hacer funcionar las Casas de la Carne.
Los libros de Juan Cuadra son, personalmente, una de las pocas sorpresas que en los últimos dos años me he llevado en relación a la literatura fantástica. Por un lado he tenido malas experiencias, de gente perdida que no ha sabido dar a luz correctamente una idea perfecta, y por el otro he podido disfrutar como hacía tiempo no lo hacía con los libros que hasta ahora he leído de la tetralogía. Para mi gusto, si la historia sigue manteniendo este nivel, El libro de Lucian (la siguiente entrega) terminará por atar mi voluntad completamente al Salón de Mármol y elevaré esta saga hasta lo más alto de mi podio de libros de fantasía/terror escritos por autores españoles. De momento no tengo queja y animo a todos los que sigan guardando ciertos prejuicios absurdos e incomprensibles sobre si leer o no a nuestros escritores y escritoras por el simple hecho de ser de nacionalidad española, a que le den una oportunidad a algunas de las obras que están surgiendo desde hace algunos años. No creo que se arrepientan.
Esta novela fue publicada por Fantascy en octubre de 2015. Está editada en rústica con solapas, tiene 496 páginas y un precio de 16,90 doblones (también disponible en digital). Es la segunda entrega de la tetralogía de la Saga de la Ciudad.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.