El artista americano, todo un icono del fantástico, hizo algunas ilustraciones ambientadas en la Tierra Media de J. R. R. Tolkien, pero nos dejó con las ganas de tener alguna novela del profesor de Oxford completamente ilustrada por él.
Es una pregunta retórica cuya respuesta todos conocemos: si Frank Frazetta hubiera ilustrado El Señor de los Anillos de J. R. R. Tolkien ahora mismo tendríamos una edición absolutamente deliciosa, un tesoro para amantes de la fantasía que sería colega de estantería de la edición que firma Alan Lee.
Pero vamos al meollo. Pocos años antes Frazetta hizo siete composiciones en blanco y negro inspiradas en El Señor de los Anillos de Tolkien, todas ellas con su inconfundible estilo pero encajando al mismo tiempo en el ambiente que el profesor de Oxford impuso a su magna obra de fantasía. Es algo totalmente natural y comprensible que Frazetta lidiara con la Tierra Media, tratándose de un entorno de fantasía tan sumamente popular, y antes de eso era difícil, cuanto no imposible, imaginar a Frazetta dibujando hobbits y magos más allá de sus característicos monstruos, mutantes, dinosaurios o bárbaros de potentes músculos que parecen querer salir de la pintura. Pero la calidad de un artista se tiene que notar a la fuerza aún cambiando de escenario.
Y como una imagen vale más que mil palabras, aquí está la prueba de que Frazetta hubiera sido excepcional si se hubiera quedado en la Tierra Media durante una temporada completa, de obligado visionado para todo aquel que guste de la ilustración fantástica:
El gran mago Gandalf versión Frazetta es un sueño realidad, pese a las licencias artísticas que se tomó el artista a la hora de representar esta y otras situaciones de El Señor de los Anillos: las chanclas del mago (un calzado muy poco apropiado para viajar por la Tierra Media), y unos enanos que no encajan con las descripciones que hemos leído en el libro, lo que da como resultado un interesante cruce entre ESDLA y El Hobbit (¿no os recuerda el personaje de la pipa al propio Tolkien?). En cualquier caso, un trabajo magnífico. Las setas, por cierto, están entre mis elementos decorativos preferidos en cualquier ilustración de fantasía. Nada sería lo mismo sin setas.
Esta es otra de las licencias del artista respecto a la obra de Tolkien, pero destila tanta fuerza que no podemos quejarnos. Éowyn se enfrenta al Rey Brujo en una de las escenas más populares de El retorno del rey, y no dejar de sorprendernos la importancia que le da Frazetta a sendas figuras, la del Rey Brujo, por un lado, con todos sus abalorios e indumentaria, y la chica de Rohan, cuyas piernas descubiertas dan a la composición un toque tan... frazetil (Tolkien no hubiera vestido a su personaje de esa guisa ni por un millón de libras).
Éowyn rebana el cuello al pajarraco del Rey Brujo. El Rey Brujo quizá tenga que volver a pie... Probablemente.
Los hobbits se embarcan en la épica misión de arrojar el Anillo Único al Monte del Destino. Pobres pequeños de pies peludos que desconocen por completo la distancia que hay de La Comarca hasta los páramos llenos de ceniza de Mordor. Por cierto, ¡setas everywhere!

Los orcos desde la perspectiva de Frazetta: muy musculados y con las piernas descubiertas, lo cual nos hace tener la sensación de estar ante un regimiento de humanoides monstruosos de la Era Hiboria. Pero son orcos al fin y al cabo, y quedan bien en cualquier universo de fantasía.
Si esto ha servido para que nos hagamos una idea del enorme potencial que hubiera tenido Frazetta en la Tierra Media, no quiero ni imaginar como hubiera sido verle dibujar otros personajes de la mitología tolkieniana como Boromir, Legolas, Ella-Laraña, Saruman, Aragorn, Tom Bombadil, Thorin Escudo de Roble, Smaug, Gimli o el Balrog. E incluso ilustrar los momentos más espectaculares de El Silmarillion, la historia de Beren y Lúthiel, Glaurung o Húrin, la Batalla de los Cinco Ejércitos, el episodio con los tumularios, la batalla del Abismo de Helm y tantos otros.
Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y que soñar es gratis. Pero no me hubiera quejado si alguien hubiera propuesto a Frazetta ilustrar un libro completo del profesor Tolkien. Hablaríamos de un tesoro de tamaña magnitud con la misma naturalidad con la que hablamos de los trabajos de John Howe, Alan Lee, Ted Nasmith o los hermanos Hildebrant.
0 comentarios
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.