
Dos nuevos episodios que anoche estrenó
La Sexta de la serie de zombis
The Walking Dead. Esta serie de terror creada por
Frank Darabont adapta los cómics de Robert Kirkman a la pantalla, contándonos a título global un desastre de causas aún desconocidas que ha convertido a buena parte de la población de Estados Unidos en muertos andantes. Una premisa básica ya vista en muchas ocasiones, pero contada con un grado de frescura que engancha al espectador. El
sherif Rick Grimes comenzó siendo el protagonista, pero el plantel de personajes ha ido aumentando hasta compartir escenas con otros supervivientes. Seres humanos que pueden suponer tanto un beneficio como un impedimento total a la libertad de acciones o ideas.
Si en los dos anteriores episodios llegábamos a intuir la capacidad del ser humano para hacer daño a otros seres en su misma condición y situación, en estos momentos se nos confirma de manera absoluta. En el campamento de refugiados no sólo se cuece la colaboración y el compartir alimentos, techo y suministros, sino que las relaciones con los demás seres humanos (uno de los temas fundamentales de esta serie) en momentos de crisis pueden llegar a sacar lo peor (o mejor, depende) de uno mismo. Evidentemente, ni todos son malos, ni todos son tan buenos. Hay una línea divisoria algo gris, pero los desarrolladores de la serie juegan con el desconocimiento del espectador (salvo lo que ya sabemos del lío entre la esposa de Rick y su mejor amigo, ahora negado hasta cierto punto por la aparición de Rick) para provocar sorpresa e incertidumbre. Todavía sabemos muy poco sobre los personajes involucrados, aunque poco a poco se van dando pinceladas de sus pasados o personalidades, lo que es un punto a favor.

A pesar de ser una serie calificada como de zombis, en estos dos episodios se ha dejado el tema de lado para ofrecernos lo de arriba citado. Los seres humanos (sean hombres o mujeres) chocan en personalidad, y aquel que siempre ha sido un oveja negra, lo seguirá siendo sin posibilidad de cambio. Si no díganselo al personaje de
Ed, que por culpa de una mano larga dirigida a su mujer, termina con la cara llena de moratones gracias al mejor amigo de Rick,
Shane Walsh. O por ejemplo, la agresiva actitud de
Daryl Dixon respecto a sus compañeros, más cuando se entera de que su hermano
Merle fue abandonado literamente en la azotea de un edificio durante los anteriores episodios. Argumento que se torna principal en estos dos últimos capítulos, la búsqueda del hermano desaparecido, y quizá uno de los puntos flojos y bajón argumental de esta hornada, aunque igualmente sirve como excusa para llevar de nuevo a los personajes hasta
Atlanta, teniendo allí una serie de encuentros (recuperar la bolsa de armas perdida de Rick, el hermano de Daryl, la banda de gángsters…) sin los cuales no habría serie. Me ha hecho gracia la participación de
Noel Gugliemi, un tipo que siempre interpreta al típico estereotipo de pandillero latino, que ha salido en montones de películas con papeles muy secundarios, y al que siempre reconocemos (
ficha en IMDb).
Pero no todo son personajes violentos y oscuros, también hay lugar para la camaradería, el buen rollo y un ambiente sano (muertos vivientes aparte), incluso alguna que otra sorpresa como ese hospital oculto tras una fachada de chulería y amenazas. Pero aún así, todo ello se ve truncado por el devenir de los acontecimientos. Se trata este de un entorno peligroso, y aunque los muertos que caminan sean lentos y perezosos, son incansables, tienen un oído muy fino, y un olfato aún mejor. Nunca hay que andarse con remilgos a la hora de acabar con alguno de ellos, ni siquiera dejar pasar cualquier detalle o precaución por alto, pues le puede costar a todos la vida.
3 comentarios
Muy cierto eso que comentas. Parece una serie que, con el tema zombi como telón de fondo, se centra realmente en las relaciones entre los supervivientes.
Resulta curioso que en este tipo de grupos siempre hay ciertos personajes odiosos. Es un poco forzado lo del rescate de Merle, pero como dices al menos da la oportunidad de volver a meter a los protas en Atlanta, que mola mucho ver como ciudad fantasma. Ah, y lo de los pandilleros tampoco lo esperaba...
Como yo no he leído el cómic, no tengo la menor idea de qué derroteros seguirá la serie (suponiendo que esta sea totalmente fiel a su argumento). Así que me gustaría saber qué narices es lo que lo ha originado todo, qué explicación dan a la epidemia o lo que sea que ha transformado a casi toda la población en estado zombi.
Por cierto, menudo final el de ayer!
Sí, yo también tengo ganas de conocer las causas de todo este embrollo. He leído poco del cómic, por lo que no tengo ahora mismo ni la más remota idea. Bien puede tratarse de una causa tópica, o sorprendernos con algo original.
Lo de Merle, sí, parece algo forzado, aunque al menos está bien resuelto y no canta a ningún "deus ex machina" típico.
Sí, el final fue muy bestia. :D
P.S: He corregido algunos errores que tenía el texto. ¡Que malas son las prisas!
tengo q admitir que no me he visto estos capitulos... los dos primeros no me han gustado demasiado, me parece q todo ocurre demasiado precipitado... no se, no me acaba de convencer :S prefiero ponerme a ver los capitulos de sobrenatural que tengo atrasado :P
un beso!
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.