
Se ha estrenado en España la esperada secuela de
Tron, película dirigida por Steven Lisberger, y que produjera
Disney a principios de los años ochenta, con
Jeff Bridges a la cabeza del reparto principal en el papel de
Kevin Flynn, un joven programador que trabaja para una corporación, quienes le engañan quitándole toda autoría respecto a sus juegos creados. El uso de aquella primera película en el ámbito de la tecnología digital (junto a la colaboración artística, entre otros, del dibujante Moebius), todo un riesgo para la temprana época en la que se desarrolló, le garantizó unas cuantas nominaciones y algún que otro premio al mejor vestuario, aunque a lo largo de todos estos años no ha tenido el éxito esperado. Casi treinta años después llega
Tron: Legacy, dirigida por Joseph Kosinkski, y producida también por Disney, con Jeff Bridges también en el reparto principal, en una historia de claros tintes
cyberpunk. Una tecnología infinitamente superior, en una película que funciona tanto como secuela como remake. Una de las cualidades más vendidas ha sido el de introducir una versión digital de un rejuvenecido rostro de Jeff Bridges.
Nada más comenzar la cinta, sabemos lo que pasó con el hijo de Kevin Flynn, Sam. Ahora es un joven muy vital e independiente, marcado por haber perdido a su padre hace tanto tiempo, y que no sabe realmente hacia donde volcar su vida. Un pasado arrebatado sumido en la amargura desde que su padre desapareciera en los años ochenta sin dejar rastro alguno. Ante esta situación, y mediante una serie de circunstancias, topa con el despacho secreto de su padre en el local de juegos
arcade que regentó (intentad identificar algunos de los videojuegos de las recreativas que aparecen). Allí, tras la máquina recreativa conocida como “Tron”, se halla una puerta hacia lo desconocido…

El mundo virtual. Una realidad que podría ser uno de los sueños perfectos para muchos de los aficionados al mundo de los videojuegos. Uno de los mejores lugares en los que pasar toda una vida, directamente en tu juego favorito. De esta guisa podría describirse el mundo de Tron, salvo que nos encontramos ante un mundo virtual enormemente cruel, salvaje y violento, donde los programas independientes (los ISOs) o los usuarios que casualmente pudieran terminar allí, por error, o de manera intencionada, no son bien recibidos por la ley imperante, que los convierte directamente en una suerte de gladiadores que competirán en unos juegos donde la vida es la única recompensa. Peleas mano a mano con discos de luz capaces de destruir la vida, o brutales carreras de motos de tecnología hiperavanzada son las pruebas a realizar vistas en la película, puestas en escena gracias a unos efectos especiales tremendamente bien conseguidos, una estética muy definida (motos, trajes de cuero, discos como arma, datos informáticos) y que asombrarán sin duda al espectador.

Es una película donde se le da una gran importancia a los efectos visuales creados por ordenador. El espectador se sumerge en el interior de un videojuego altamente detallado, para lo que Tron es un mundo frío, hostil, donde predominan básicamente dos colores: el
rojo y el
azul. El azul claro representa al bando de los buenos o a lo neutro, mientras que el color rojo se destina al bando de los malos. Entre estos dos colores tan básicos se crea todo un espectáculo de luces, y aunque en un principio pueda parecer algo limitado, se trata de una gradación perfecta que hace de la película un efecto en sí mismo muy vistoso. Mencionar escenas como la fiesta en el club o la competición de motos, todo un ejemplo para lo que comento. Pero la caracterización del mundo es donde más acierta, con esas líneas de colores que parecen definirlo, así como los objetos, los edificios, el vestuario o los transportes futuristas, todo ello un reflejo de los gráficos vectoriales de aquellos primeros videojuegos que comenzaron a inundar los salones recreativos de la década de los ochenta. En ese aspecto reside otro de los puntos sensibles de
Tron: Legacy, el de ofrecer al mismo tiempo una especie de
flashback para los que crecieron en aquella época y disfrutaron de los videojuegos de entonces, un sentido homenaje. Para muestra una imagen:

Aunque el guión no es realmente ninguna maravilla, sí que cumple con lo que podemos esperar de una película destinada a ser un éxito de taquilla durante estas navidades. Es una cinta de ciencia-ficción con especial hincapié en las secuencias de acción y en el sonido, espectacular. Pese a su tópicos recurrentes, y que suelen encontrarse en casi todas las cintas Disney de imagen real (el bueno, los villanos que jamás harían el bien, la aliada de buen corazón, la fortaleza del mal, etc.), encontramos alguna que otra sorpresa (aunque muchas de ellas las esperábamos de antemano), y la cinta no resulta en ningún momento aburrida. Para este propósito ayuda la interpretación de un más que correcto Garrett Hedlund en el papel de
Sam Flynn, junto a la de Olivia Wilde en el de
Quorra, o la de Jeff Bridges en una suerte de
Robinson Crusoe poderoso naufragado en las costas de Tron. Sobre este último debemos decir, que si bien no desentona especialmente su rostro digital, la tecnología capaz de representar el movimiento de una cara humana aún se encuentra lejos de ser totalmente perfeccionada. El rostro de Jeff Bridges en su versión digital se nota que está hecho por ordenador, aunque al verse empleado casi exclusivamente por
CLU, su avatar en el mundo de Tron, y por ende una versión digital del Kevin Flynn real, podríamos pasar ese detalle por alto. Pero en otras escenas donde debería aparecer un joven Jeff Bridges tal cual en los años ochenta, casi siempre se camuflan con supuestos momentos de archivo creadas para la ocasión, imágenes con interferencias o en reportajes de la televisión. En cualquier caso, ha sido un experimento algo fallido a la vez que un éxito, un riesgo obligatorio que se debe correr al crear la secuela de una película antigua que emplea los mismos personajes. Otros ejemplos de esta tecnología lo hemos visto por ejemplo en el Gollum de
El Señor de los Anillos, o en el Conde Dooku (Christopher Lee) de
La Venganza de los Sith (“Star Wars”) para las escenas de acción, aunque en mucha menor medida. Aunque no lo parezca, el Jeff Bridges que aparece a continuación es digital:
Tron: Legacy es la cinta de entretenimiento ideal para estas navidades. No pasará a la historia del cine por su argumento ni sus recursos de guión, y si bien el desarrollo de su historia es predecible, no podemos negar que al menos su puesta en escena es fabulosa. Despierta sentimientos encontrados entre lo heroico, la nostalgia, el recuerdo de una vida destrozada (el golpe de efecto que supuso para Sam Flynn la desaparición de su padre), lo dramático, y el anhelo por arreglar un error crucial del pasado. El espectador debería tener estas cosas presentes para disfrutar de lo que ofrece
Tron: Legacy. Pero ante todo, que se deje llevar por la historia y los impresionantes efectos especiales. Esa es la clave para entrar en Tron.
Sólo nos queda hablar de su BSO, que está compuesta por el dúo artístico
Daft Punk, y se mueve entre los tonos electrónicos que representan a la perfección la idiosincrasia de Tron con sus tonos apocalípticos, la carga épica y dramática de una historia como la que se nos presenta, que lleva en sus notas ecos de los años ochenta con el característico tema principal para esta película, que me ha recordado a otras cintas contemporáneas a la primera película de
Tron como puede ser
Terminator. Creo que es una banda sonora, que a menos que no te impliques emocionalmente, no dejará indiferente a nadie. La música, en conjunción con la imagen, es el factor fundamental para que
Tron: Legacy tenga éxito, ya que no todo el cine se basa en un guión profundo.P.S. No conozco la versión en 3D, pero debe ser increíble por la cantidad de escenas que se prestan a ello...
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2 comentarios
La verdad es que considero que esta película es un perfecto ejemplo de lo que puede ser un homenaje a una época. Me encantan las canciones que se introducen en la cinta cuando el hijo de Kevin Flynn, Sam, entra en la antigua sala de recreativas de su padre y pone a funcionar un tocadiscos. Grandes éxitos de los 80 que marcaron claramente tendencia.
Sinceramente, es cierto que la peli no tiene una excesiva complicación y quizás es demasiado corta para lo que podría haber sido, pero creo que precisamente así es como se hacían las películas de este estilo en los 80 y no me habría parecido bien que lo hubieran alargado.
Los efectos especiales que aparecen cuando el Kevin Flynn real utiliza sus recursos dentro de Tron son la leche y la verdad es que es lo que más me ha gustado.
Bueno no... miento, lo que más me ha gustado es el diseño de los trajes y en concreto la toga de Kevin Flynn... realmente asombrosa.
Por ciertooooo!!!! que se me olvidaba, ¿Os habéis dado cuenta de que el poster, osea, la imagen final de la película es exactamente igual que el antiguo póster de la peli de los 80 con la que Kevin Flynn le explica a su hijo de lo que va Tron? Me encantaría que sacaran una tecnología en la que pudiéramos meternos dentro de nuestros juegos online... molaría de la ostia ^^
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.