Cassandra Palmer es ahora la vidente más importante del mundo, y está siendo perseguida tanto por vampiros como por magos. Aunque sus poderes aún no están plenamente desarrollados, es capaz de desplazarse en el tiempo (aunque no a voluntad), ver a los espíritus (si no sería imposible hablar con su aliado Billy, un fantasma), y en general predecir cosas que le pueden llegar a ocurrir a aquellos que la rodean. Además está el asunto de encontrar al que fuera su mentor, Tony, un vampiro del mundo del crimen con el que quiere ajustar cuentas pasadas y que tienen que ver con el accidente de coche que mató a sus padres. El personaje habita un entorno de fantasía urbana, de género romántico paranormal, la segunda entrega de Cassandra Palmer, una serie de novelas que escribe Karen Chance, quien por lo demás es una de las autoras más leídas dentro de este subgénero fantástico. Con esta segunda aportación a la serie se indaga una pizca en este peculiar escenario que la autora ha creado, aunque aún falta que la serie arranque de algún modo, argumentalmente hablando, pues aún son muchos los problemas de que adolece la protagonista, siendo un recipiente de gran poder, pero sin llegar a serlo del todo, en una amalgama de personajes que no sabemos si en realidad son aliados de Cassie, o por el contrario tienen sus propios propósitos.
Lo más llamativo de todo para que quien quiera por lo menos leer la primera novela de la serie, El Aliento de las Tinieblas, es la mezcla que la autora hace entre la fantasía más convencional, como pueden ser magos, elfos, gárgolas o conjuros mágicos, y la literatura de vampiros en su vertiente romántica, es decir, seres perfectos, por los que la protagonista siente temor (no por nada son prácticamente los amos y señores del submundo mágico en nuestra realidad), pero que al mismo tiempo le resultan tremendamente atractivos, al menos en su versión masculina (véase Mircea). Con esta premisa, y sin saber lo que encontrarnos entre sus páginas, La Llamada de las Sombras ofrece lo que ya propuso la primera entrega, pero potenciado. Es decir, hay muchas escenas de acción, continuos viajes en el tiempo, incluso paradojas que podrían destruir la secuencia inicial de acontecimientos, así como nuevos elementos de corte fantástico. El más destacado sin lugar a dudas es el viaje que la protagonista y sus acompañantes (el ceñudo mago Pritkin y su amigo Mac, quien se dedica a los tatuajes mágicos) hacen al Reino de la Fantasía. Mi parte favorita de todo el libro, que aquí se nos describe como un lugar extremadamente peligroso, en guerra contínua (como casi cualquier mundo de fantasía épica tradicional), donde habitan dragones, trolls, duendes, ogros, hadas y seres arbóreos. Lástima que ese viaje a uno de los mundos que componen el cosmos del que se nos habla en las novelas sea tan corto.
Sin llegar a ser una novela aburrida, pues siempre ocurren cosas que inexplicablemente te hace estar pasando páginas sin parar, el estilo de la autora me ha parecido en esta ocasión algo complicado. Complicado en el sentido de que maneja demasiadas escenas de acción que están plagadas de detalles que hay que tener en cuenta si uno no quiere perderse al párrafo siguiente. Se trata de un estilo denso, de largos párrafos explicativos, aunque los diálogos fluyen de manera natural. También me ha parecido remarcable el que Karen Chance aluda en ocasiones a ciertos clásicos de la literatura universal (véase Shakespeare, Bram Stoker, entre otros), dando algo más de ambientación a la novela, cosa que también se vio en El Aliento de las Tinieblas. Con esas apreciaciones se construye una novela en principio interesante, aunque excesivamente densa (no por nada, la primera secuencia de acción dura nada más y nada menos que unas ochenta páginas), y que podría ser perfectamente de transición por la cantidad de frentes que quedan abiertos, y que al menos deberían resolverse en Envuelta en la Noche, la tercera entrega de la serie. Por si fuera poco, la figura principal, Cassandra Palmer en este caso, no está del todo desarrollada como personaje, le falta fuerza, conviertiéndose en una mera comparsa mediante la cual desenrollar una trama de alianzas, retornos al pasado en busca de conexiones, o la manera de librarse de un molesto geis (un tatuaje mágico muy poderoso) que hace las veces de inhibidor social. El resto de personajes sí tienen una manera concreta de comportarse, en lugar de ir de aquí para allá buscando algo con lo que definirse. ¿Crecerá como personaje una vez se afiance como pitia a tiempo completo? Posiblemente se trate de un recurso buscado por la autora, aunque no es segura esa teoría.
Por supuesto, y ya para acabar, no falta el alto contenido erótico y sexual que saltará en cuanto menos se espere, los viajes en el tiempo, a medio camino entre una época victoriana y nuestro mundo real, así como los encuentros con seres fantásticos (aunque no en demasía). Si gustó mucho la primera entrega, esta segunda parte no debería defraudar, aunque hay que tener en cuenta el denso estilo de la escritora, y que al menos a mi no me ha parecido que se resuelvan demasiados cabos argumentales. Si por el contrario la primera entrega resultó una novela entretenida sin más, La Llamada de las Sombras no ofrece nada diferente, salen vampiros, seres mágicos, acción a raudales, y una protagonista atractiva que parece quedarse con los vestidos hechos trizas en el peor momento, por lo que hay que tener en cuenta la primera novela para decantarse por esta continuación. En espera del momento en que Cassie se ponga en marcha para recuperar el Código Merlini, un manual de magia negra que lleva largo tiempo desaparecido.
comentarios
Joder, vaya casualidad xDD
En cualquier caso, quien se lo ha leído es mi compañera MJ, porque a mí no me llamaba mucho la atención (y veo que hice bien xD).
De momento me quedo con mi fantasía épica de toda la vida.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.