Tras haber estado disfrutando de este libro durante más tiempo del que tenía pensado (siento el retraso a la hora de hacer el análisis de este último tomo), podría llegar a la conclusión de que La Primera Ley es un antitópico dentro de lo tópico. Lo podría describir así basándome en sus entornos, sus personajes, su trama e incluso en sus diálogos. No obstante, al igual que la gran mayoría de historias de la fantasía, la intriga, la acción, y todo lo que conlleva el género de la llamada “espada y brujería”, están aquí muy presentes. Eso si, con grandes matices que le hacen un ejemplo muy a destacar.
Como bien comenté en mis anteriores reseñas, el nivel de emoción en este último ejemplar se mantiene totalmente utilizando un recurso bastante interesante que bien hemos podido disfrutar en gran cantidad de películas. En concreto me refiero al uso que le da el autor al “tiempo y el espacio” de los personajes, tratando las tramas de cada uno de ellos en distintos lugares pero viviendo sus acontecimientos al mismo tiempo que los demás. Esta forma de narrar los sucesos bien podrían recordarnos a escritos como Canción de Hielo y Fuego, salvando sus diferencias, claro está.
Los personajes aquí obran un cambio realmente palpable e incluso sorprendente. Las intenciones de todos ellos toman una presencia física haciendo que la misma historia de la novela tome un rumbo totalmente asombroso. Puede que incluso pueda haber quien se pueda sentir decepcionado con la dirección de los acontecimientos, pero considero que precisamente esto es lo que le da interés al escrito de Abercrombie. Personalmente, el que las cosas cambien tan radicalmente desde el primer volumen hasta esta conclusión, quizás me pareciese en su momento algo similar al engaño, la estafa o cualquier adjetivo que queráis meter aquí. Por lo que evidentemente preferí dejar algunos días entre que me acabé el libro y esta reseña. Es ahora cuando he descubierto precisamente que hice bien cuando me he percatado de la genialidad a la que ha llegado el mismo Abercrombie haciendo que tú, como lector, te sientas exactamente igual que los personajes de la historia. Algo que considero simplemente genial.
Por otro lado considero importante mencionar un detalle más que me ha llamado muchísimo la atención. La descripción, los entornos e incluso la narración de ciertos acontecimientos no son recargados pese a que la situación pueda requerirlo, sino que simplemente con la actitud y las expresiones que adoptan los personajes puedes tener perfectamente clara la gravedad de tal o cual suceso, algo que considero que le da bastante ritmo a la trilogía. Igualmente es muy revelador el hecho de que ningún libro de estos tres posea mapa, ya que los viajes que realizan los personajes y los lugares en los que tienen lugar las distintas batallas, bien podrían ser descripciones muy genéricas que podrían encajar en cualquier entorno. Lo importante, diciéndolo directamente, será la intriga, el comportamiento que tendrán los personajes y cómo interactúen con el entorno y entre ellos. En mi opinión, no habría hecho falta siquiera ponerle nombre a las ciudades, bastaba con dejar que el lector sobreentendiera la cultura que predomina en cada región.
Como contraposición a todo lo que he comentado, diré que quizás el autor, llevado por la emoción con ese “giro de tuerca” que os comento, dejara que al final los personajes tomaran actitudes tan distintas que, a mi entender, desencajan totalmente con lo que llevamos leyendo desde las primeras páginas. Ya que una cosa es la actitud que pueda tener un personaje de cara a las aventuras que vive, y otra su forma de pensar. En este caso creo que no le ha sido muy fiel a la misma personalidad que desde el primer libro le otorgó a Logen Nuevededos, aunque por el contrario creo que el tratamiento que le da a la figura de Bayaz, el Primero de los Magos es realmente sublime. Para mi gusto, considero que deja las cosas al final un tanto “cogidas por los pelos” como si pensase escribir más libros sobre este mundillo.
Es por lo tanto por lo que creo que esta trilogía de libros no solamente es recomendable para todos los amantes de la fantasía o de la buena épica, sino que considero que es algo imprescindible para todos aquellos que ya llevamos muchísimas obras de fantasía leídas y necesitábamos un soplo de aire fresco. Con una nota de sobresaliente alto para mi gusto, digamos que Joe Abercrombie pasará a los anales de este género cuando tuvo la genialidad de poner como título del prólogo de La Voz de las Espadas la palabra: FIN.
PS: Sigo sin entender la relación de los títulos de los libros con la historia, pero bueno…
Colección/Serie: La Primera Ley, 3 (de 3)
2 comentarios
Pues sí, mucha gente comenta que este es un gran volumen y una muy buena conclusión a la trilogía, ¿no? No veo que llegue el momento de leérmelos, a ver si no es muy tarde. Sobre todo por ese personaje berserker que sale en las novelas. Me gustan los berserkers... :D
La verdad es que a mi esta trilogía me ha enganchado desde el primer capitulo. Su trama de por si ya es buena, pero es que el estilo que tiene el autor para los dialogos y para llevar la historia es increible, y ojala cultive su genero Grimdark. Si del ultimo tomo hablamos, el principio puede resultar algo insustancioso con los acontecimientos que nos brindó en todo el segundo libro, pero conforme avanzan las paginas y los hechos se hace muy complicado soltarlo de las manos. Eso si, tengo que destacar el arte del autor para crear personajes. ¡
Larga vida a Joe Abercrombie!
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.