El clásico poema de Edgar Allan Poe leído a viva voz en compañía de candelabros y un fuego crepitante como parte del objetivo alcanzado por Worldbuilders, la asociación benéfica de Patrick Rothfuss.
Tal y como hizo por estas fechas con el clásico de Charles Dickens Cuento de navidad en la biblioteca pública de Nueva York, este año el autor de Neverwhere y Stardust nos regala los oídos con una lectura en voz alta de El cuervo, el archiconocido poema escrito por Edgar Allan Poe y publicado por primera vez en 1845.
Esto se debe a que la iniciativa benéfica conocida como Worldbuilders —fundada por Patrick Rothfuss, el autor de El nombre del viento— ha sobrepasado su objetivo propuesto para 2016 de recaudar un millón de dólares. Entre las muchas propuestas estaba la que Worldbuilders eligió para Neil Gaiman: leer El cuervo.
El autor se ha rodeado en esta ocasión de una atmósfera lúgubre: el escenario son candelabros y un fuego crepitante, por no hablar de que Gaiman ha escogido como vestuario el abrigo del príncipe asesinado del reino de Stormhold —de la novela Stardust—.
Reservad diez minutos de vuestro tiempo para escuchar este clásico de la literatura a través de las cuerdas vocales del creador de Sandman:
La nueva cantidad recaudada por Worldbuilders no quiere decir que la asociación termine ahí su trayectoria, porque sus objetivos siguen adelante y vosotros mismos podéis contribuir a la causa, bien con una donación monetaria o con una material. Todavía tienen muchas cosas que hacer para que el mundo sea un lugar mejor, gracias al poder de lectores y autores por igual.
Entre sus muchos mecenas se cuentan potentes sellos editoriales como DAW, Wizards of the Coast, Subterranean Press, Gollancz y Fantasy Flight Games, entre otros. Además, todavía tienen otros divertidos objetivos en la palestra, como por ejemplo una historia para la serie de cómic Rat Queens escrita por Patrick Rothfuss.
Recordemos, por otra parte, que Neil Gaiman sacará próximamente un nuevo libro, centrado en la mitología nórdica, una de sus inspiraciones fetiche.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.