Ocho de la mañana en Barcelona. Llueve. Compro té y bocadillos; nada me apetece más que comerlos de pie en la calle, haciendo cola; Dios, más conocido como Neil Gaiman, está en la ciudad y firmará en Gigamesh.
A las nueve llego a la nueva librería; ya hay unas veinte personas. Sigue lloviznando, pero la cola crece de tal modo que ya da la vuelta a la manzana cuando todavía faltan dos horas para que dé comienzo la sesión. Eso, un día laborable a media mañana, dice mucho de la pasión con que sus fans perseveran, enfrentados a las condiciones draconianas que han rodeado esta visita a la capital catalana del creador de Sandman y que más adelante comentaremos.
Mientras esperamos –la librería no abre hasta las diez– repaso los libros que he traído para firmar. Me hubiera apetecido que me firmara Humo y espejos y Stardust. O quizás Stardust y algún tomo de Sandman. La oportunidad de ver uno de tus autores favoritos es poco frecuente y hay que aprovecharla, y lógicamente lo que uno quiere autografiado es alguno de estos clásicos que han encumbrado al autor como uno de los autores mas importantes de las ultimas décadas. Pero Roca Editorial –organizadora del evento– ha decidido, en una refinada maniobra publicitaria, que solo van a admitir dos ejemplares por persona, de los cuales uno tiene que ser una de las dos novedades más recientes de dicha editorial: El océano al final del camino y El galáctico, pirático y alienígena viaje de mi padre.
Pese a estar seguro de que ambas novedades merecen mucho la pena, compro la primera casi a desgana; la combinación a la que parece que me condicionan me disgusta. ¿Tendrán los que leen en inglés que quedarse sin firma, ya que sus libros no los ha editado Roca? Y los que aún no han podido comprar las novedades, quizás por un presupuesto ajustado, ¿también quedarán fuera? Los que llevamos años disfrutando a Gaiman, ¿tenemos que arrinconar uno de nuestros favoritos para acomodar una novedad? ¿Era necesario imponer esta condición? ¿No le bastaba a Roca editorial con la buena prensa que le supone traer a uno de los autores más queridos del fandom? Misterios del márketing. Espero que les haya funcionado; yo desde luego les tengo más afecto.
Hacia las diez llega Gaiman: ovación entre los fans. Entra en Gigamesh y al cabo de un rato podemos seguirle. En la sala de conferencias parece que está dando una entrevista, que se puede oír –aunque no muy bien– mientras esperamos. Aún queda una hora hasta que la firma en sí empiece, pero la espera se ameniza para los que, por nuestra posición en la cola, ya estamos dentro y entre las estanterías. Integrantes del grupo Barcelona Cosplay, en colaboración con Gigamesh, entran caracterizados como Sueño, Delirio, Muerte y Deseo, los Eternos en Sandman.
Aproximadamente a las once y cuarto termina la charla y abren las puertas de la sala de conferencias; la cola empieza por fin a avanzar, en paralelo a los nervios. Dentro, al fin, Gaiman en persona. A pocos pasos está el hombre que revolucionó el cómic con sus creaciones. Transformar, dar una nueva interpretación a conceptos clásicos es la especialidad de Gaiman. En American Gods lo hizo con la mitología, los dioses y su integración en el mundo moderno. En Stardust, consiguiendo imprimir en una historia nueva el encanto de un cuento de hadas. En ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado? le dio a Batman un giro alucinante cuando parecía que ya todo, en relación con este personaje, estaba contado. En Sandman, sublimando del Sandman original de DC un ser nuevo, Morfeo de los Eternos, un personaje con una entidad en el mundo del cómic que pocos han conseguido más allá de las primeras creaciones de la Edad de Oro o los inicios de la era Marvel. Con los Eternos Gaiman creó un panteón nuevo (como no se había visto desde el cuarto mundo de Kirby) a partir de referentes míticos, shakesperianos, esotéricos y fantásticos, y cosa más rara aún, lo desarrolló a su gusto en su serie hasta ponerle fin cuando le pareció adecuado argumentalmente, sin arrastrarla penosamente por sagas larguísimas cuya única razón de ser fuera la comercial.
Hacia las once y media salgo de la librería flotando: acabo de vivir un momento único. A juzgar por la cola, muchos otros sentirán lo mismo antes de que, cerca de las doce, termine el acto.
Ahora en retrospectiva me pregunto si realmente las actividades de los dos últimos días no han sido un gran cúmulo de despropósitos y si nosotros, como comunidad, le hemos demostrado a Gaiman el respeto que merece en esta visita a Barcelona.
El acto que se celebró en Fnac el pasado jueves tenía un aforo limitadísimo de cien personas; las mismas normas draconianas sobre el limitar la firma a novedades –que reconozco que en la firma que presencié tampoco se aplicaron a rajatabla– y el prohibir tomar fotos imperaron allí. Para el acto que le siguió, una charla en el CCCB, el aforo también fue muy limitado; y se publicitó de tal modo que cuando salieron las entradas hace unas semanas, sin aviso previo, se agotaron en medio segundo dejando a mucha gente –y muchos medios– fuera. El que Gigamesh pudiera contar con el autor para una sesión tan breve, en un viernes laborable a media mañana, parece un golpe de suerte posiblemente debido a alguna maniobra avispada de sus responsables, algo por lo que les estoy muy agradecido.
Y es que Gaiman no es un cualquiera; no es un autor menor que se pueda acomodar en sesenta minutos de firmas. Todo el calendario de estos dos últimos días tiene un regusto provinciano, precipitado; la charla del CCCB se organizó mal, y lo del Fnac fue insuficiente. No se trata de entonar un "Bienvenido Mister Marshall", pero sí de ajustar las cosas a la entidad del visitante, y como espectador externo de todo este proceso, más de una vez me ha dado la sensación de que la organización se encontró desbordada por una (¿sorprendente?) avalancha de interés acerca de esta visita. Esperemos que si alguna vez tenemos la suerte de que venga un Alan Moore o un Stan Lee, por decir algo, sea bajo una previsión más esmerada y en un entorno más preparado.
Dicho lo cual, por más que haya habido aspectos mejorables, sólo me queda agradecer por ultima vez a Roca Editorial esta experiencia, que aunque mejorable, ha sido fantástica; y esperemos que repetible en un futuro próximo.
10 comentarios
Pues a mi me hubiera encantado estar allí o en Madrid... :/ Una pena que estos acontecimientos solo sean en Barcelona y Madrid, los de provincias también tenemos nuestro corazoncito xDDD
Buena crónica de la visita. También me habría gustado estar allí, aunque no estoy ni de lejos tan puesto en Gaiman (ahora estoy comprando la reedición de Sandman porque imperdonablemente no la he leído todavía). Pero puedo entender esa sensación de tener delante a un artista al que admiras (me ocurrió hace unos meses con Rosinski) y dar por buenas las horas de espera y otros inconvenientes (como lo que comentas de la imposición de Roca, que me parece un requísito molesto por parte de la editorial)
Rosinski... tengo que consultarte al respecto, porque a parte de disfrutar mucho de "Hans" creo que no conozco nada más suyo creo.
Yo también conozco esa sensación, me pasó con George R. R. Martin y me ha pasado con otros escritores y dibujantes, y me habría pasado con Gaiman de haber tenido la oportunidad de ir a Madrid o Barcelona. ¡La próxima vez será! :D
A este paso vamos a tener que plantearnos vivir en un futuro en Madrid. xDD Todo se hace allí y Barcelona se queda a la mitad de trayecto que desde donde vivimos ahora, Capitán. xD Sobre Gaiman... debo admitir ante todo aquel que quiera pasar a azotarme, que no me he leído prácticamente nada de él. Es ese autor que siempre tengo pendiente en mi lista y que siempre termina por ser sustituido por la novedad de turno o por el azar que tiene mi book jar. Esperemos que el siguiente papelito salga favorable para él. xD
Ah por cierto, muy guay la crónica. ^^ Estoy de acuerdo en que no se deberían poner esas restricciones. Con que únicamente te digan que puedes llevar un máximo de ejemplares... creo que es suficiente. No veo necesario tener que hacer la carta astral de tus posesiones de Gaiman para ver si encajan con los requisitos. Pero en fin...
Nyarla: pues sobre Thorgal te puedo contar algunas cosas... ^^ Así que cuando quieras!
Loren y Cyram: pues si algo tiene Madrid, es que acoge a todo el mundo con los brazos abiertos, así que ya sabéis ;) Una suerte, por cierto, que pudierais plantaros delante de George R. R. Martin: eso son también palabras mayores!
Ciertamente fue un día grandioso. Como aún no había salido la serie, la mayoría de los que estábamos haciendo cola para verle, fuimos con la idea de Martin como el escritor de ciertos libros. Para nada había tantísima gente como la que ha despertado estos últimos eventos de Rothfuss y Gaiman, aunque nos dijeron que a lo largo de la tarde la cola daba la vuelta a la esquina. Quiso hablar, se dejó hacer fotos posando (de hecho tenemos varias xD), y fue un hombre super amable que no paró de hacer chistes y de reírse sujetándose la panzota.
Es una pena que en este evento, tal y como ya ha dicho Nyarla en la crónica, no se haya previsto que la visita de Gaiman sería enormemente exigente. Si lo fue Rothfuss y es un recién nacido al lado del creador de Sadman, ¿cómo es que únicamente dejan entrar a 100 personas en la Fnac, o cómo es que no se organizó nada para los medios especializados?. No me cuadra, sinceramente. O bien Roca no se coscó de como fue lo de Rothfuss o es que fue el propio Gaiman el que exigió esas medidas. ¿Quién sabe? xDD
¡Hola! Yo también estuve en Gigamesh y de hecho acabo de escribir una crónica en mi blog :) Concer a Gaiman fue una experiencia única y eso que fue breve. Espero que en un fuutro se vuelva a repetir :)
¡Muchas felicidades por la crónica!
¡Saludos!
Sí, a mí también me sentó fatal lo de los dos libros y el aforo limitado.
Pero..., como tenía una maleta llena de Gaiman (comics cientos(no colecciones, nooo, de uno en uno, libros, especiales, erkindi...) tuve una especie de visión "burraconalforjas" y casi que agradecí la limitación.
Lo que no agradecí fue que fueran las últimas obras.
Y dos, tienes razón: tercermundista la organización :( en cuanto aforo y previsiones.
Saludos,
Alissia
http://alissiatraves.blogspot.com.es/
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.