Título original: Le diable des sept mers.
Guión: Yves H.
Dibujo: Hermann.
Color: Hermann.
Edición: 96 págs, color. Yermo Ediciones, octubre 2013.
Precio: 22 € (tapa dura).
Traducción: -.
Temática: Aventuras, piratas.
Correlación: Recopilatorio de los dos álbumes que forman "El diablo de los siete mares".
El mundo de los piratas es fuente constante de historias, como viene siendo habitual desde que autores como Daniel Defoe, Robert Louis Stevenson, William Hope Hodgson o Howard Pyle popularizaran mediante sus textos la figura romántica de ese criminal marítimo que robaba, asaltaba, asesinaba, y que en general no tenía prejuicio alguno sobre su propia forma de vivir. El pirata real y el pirata romántico son versiones diferentes de un mismo concepto histórico, aunque la segunda es quizá la que más tenemos en mente cuando pensamos en cómo es se expresa, camina, viste o actúa un pirata de verdad. La serie de películas de Piratas del Caribe o las cintas interpretadas por Errol Flynn son una buena muestra de ello, contribuyendo al imaginario popular del pirata habitual que nos llega en diferentes formatos como el cómic, la literatura, el cine o los videojuegos.
Ese clasicismo en la premisa de El diablo de los siete mares se debe a que Yves H. opta por no cargar de cualidades fantásticas o aventureras esta historia de piratas del siglo XVIII como sí suele ocurrir en el Long John Silver de Dorison y Lauffray, por poner un ejemplo reciente de tebeo de piratas de bande dessinée, y donde los protagonistas corren un peligro extremadamente alto pero que salen airosos de las situaciones gracias a sus eminentes capacidades físicas o mentales –la tendencia hacia el personaje heroico–. En El diablo de los siete mares los personajes son menos heroicos que de costumbre, hombres sencillos, sin capacidades extraordinarias que buscan el oro por encima de todo, labrarse una reputación y llegar a viejos sin importar el medio. Este tipo de historias de corte más clásico, más cercano a lo histórico –salvo honrosas excepciones, porque siempre está el dicho de que la verdad siempre supera a la ficción– que a lo romántico, nos recuerda más a la serie Barracuda de Dufaux y Jérémy, o El libro de los piratas, de Howard Pyle. Hombres simples, mortales como cualquier otro, pero que Yves Huppen no duda en adornar con un cierto toque sobrenatural, sobre todo en lo que concierne al pirata Robert Murdoch, uno de los ejes centrales de la historia que podemos calificar como el antagonista –el personaje tiene una base real, aunque tal pirata no existió en la realidad–. Este aspecto clásico de una historia de piratas donde no faltan temas como la ambición, el enriquecimiento a costa de otros, la violencia justificada, el compañerismo oportunista o la venganza, ofrece una perspectiva de lo que son los piratas más terrenales, sin premisas juveniles de héroes de acción, aquellos que pueden caer desprevenidamente bajo la punta de un sable dirigido al corazón o morir de hambre en una isla desierta porque han sido traicionados por sus supuestos compañeros.
En este sentido, la obra de Yves H. resulta poco arriesgada dentro del propio género de aventuras de piratas, y lo mismo podemos decir para el arte de Hermann, repitiendo la fórmula empleada en anteriores trabajos dado que si algo funciona, para qué cambiarlo. Pero aún así, los aspectos puramente técnicos de El diablo de los siete mares son sin duda sobresalientes. El dibujo de Hermann sigue representado aquí por un estilo claramente inconfundible como lleva demostrando en series como Yeremiah o Las torres de Bois-Maury, figuras con rostros muy similares entre sí, aunque es capaz de ofrecer fondos espectaculares, planos c cinematográficos muy atractivos y un color también brillante, con muchos matices de iluminación; muchas de las viñetas de El diablo de los siete mares son espectaculares y podrían perfectamente, gracias a su composición de las figuras y el entorno, ser tratadas de forma individual, pero en general es un caso aislado dado que lo que importa aquí es el desarrollo de la historia, hacia dónde nos conduce el guionista para dejarnos quizá un agridulce desenlace como sí tienen las historias de piratas. Pero el color no sería lo mismo sin un buen papel y una buena plasmación de la obra original. En este caso, Yermo Ediciones ha hecho los deberes y nos ofrece un tebeo que, aunque no resulta especialmente barato de por sí (el segundo álbum en que se divide este tomo permanecía inédito hasta ahora), es impecable en cuanto a valores de producción. Este primer lanzamiento de la editorial deja a las claras su intención de publicar tebeos de calidad, así que quien guste de los piratas quizá debería dejarse llevar un rato por las páginas de El diablo de los siete mares, pero que no espere encontrar ningún Jack Sparrow, ningún Long John Silver ni atletas que salten de un barco a otro en busca de botín, porque no lo encontrará. Una historia de piratas a la vieja usanza, al estilo de los clásicos de la literatura, eso es lo que es.
2 comentarios
La verdad es que a diferencia del cómic de Long John Silver o Barracuda, El Diablo de los 7 mares, no tiene un dibujo que me cautive especialmente. Puede ser por el uso del color quizás, o porque la proporción de tamaño de sus figuras de cuerpo entero dan cierta sensación de "achatamiento". El caso es que al menos en cuanto a los fondos de las viñetas, sí que puedo considerar que el cómic me despierta cierta curiosidad. Por el momento no lo tengo entre mis preferentes, pero no descarto darle alguna oportunidad en algún momento.
Después de haber devorado Long John Silver por recomendación vuestra (qué lujo!), la verdad es que me da miedo leer algo más de temática piratil porque el nivelazo de Dorison y Lauffray es difícil de superar.
Os dejo mi reseña: http://booksymusic.blogspot.com.es/2014/03/long-john-silver-xavier-dorison-mathieu.html
Por cierto, ya que mencionas la última entrega de la saga Assassin's, curiosamente también comenté su BSO: http://booksymusic.blogspot.com.es/2013/12/assassins-creed-iv-black-flag-brian.html
Salud!
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.