Título original: El monstruo en mí.
Edición: 206 págs. Saco de Huesos Ediciones, octubre 2011.
Disponible en ebook: Sí.
Precio: 14 € (rústica sin solapas) / 4 € (electrónico).
Traducción: Obra original en castellano.
Temática: Terror, antología.
Correlación: Independiente.
Dos conceptos pueden describir de manera objetiva la prosa de José Ignacio Becerril, y estos son su impredicibilidad y la capacidad de sorprender al lector. Porque de lo que no hay duda es de que si quitamos esos factores, pocas obras literarias, de cómic, cine, videojuegos, teatro, o lo que sea, se salvan de la criba. El factor sorpresa es necesario si queremos hacer que un lector cualquiera, de esos que generalmente no son conocidos y que nutren sobremanera la permanencia de una obra, regresen a las palabras del autor de una obra igualmente cualquiera. En el caso de José Ignacio Becerril, al que también conocemos por Nachob, podemos argumentar que tiene el cielo ganado a base de estas píldoras de ficción que son sus relatos. El monstruo en mí es una de sus tantas aportaciones al mundo de la historia corta, con textos publicados en antologías como Mundofábrica, Fabricantes de sueños, Calabazas en el trastero o El hombre imaginado, uno de sus últimos trabajos publicados y que reseñamos por estas lides hace unos meses.
Un aire de melancolía, de pesimismo, de degradación (lo siento, al contrario que el resto de lectores de la obra, no he podido atisbar nada de esperanza salvo en pequeñas dosis en alguno de los relatos, como en "Casa ocupada"), impregna todos los relatos, aunque existe un pequeño espacio para el humor como en el relato breve "Tumbas en la ciudad" –aunque se trate de algo aislado–. El estilo de Nachob aquí es directo, calculador por requisitos del guión, puede que algo meticuloso en la prosa debido a esa exigencia del tono requerido por el relato –no todos son iguales ni retratan las mismas situaciones, si no esto sería muy aburrido–, pero en último momento resulta de agradecer que una prosa bien cuidada como ésta ayude a querer continuar leyendo el resto de relatos que conforman la antología.
Pero si hablamos del estilo, también debemos mencionar los sentimientos que produce la obra en cuestión. Como he dicho anteriormente, un buen relato es aquel que te hace sentir algo –puede que solo a determinado tipo de lectores, porque las opiniones son tan variadas como interesantes–, y Nachob ha hecho que dos los relatos, DOS en concreto –y lo recalco en mayúsculas para que se vea bien–, me dejen bastante más perturbado de lo habitual en comparación con el resto de las piezas. Uno de ellos ha sido "Casa ocupada" –con razón quedó finalista de los Premios Ignotus de 2012 al "Mejor relato"–. ¿Razones? La idea que transmite el autor es muy siniestra y deja a las claras que los monstruos monstruos son y no existe explicación alguna para sus actos; es la esencia pura del mal –pero el mal "con cabeza" es incluso peor–. Introduce la atmósfera de una mansión centenaria en cuyo sótano podemos encontrar un ser que no entiende de bondades, dale un tono muy "España profunda" –vale también América, profunda, digo–, y tenemos uno de los mejores relatos de la literatura fantástica española y que perfectamente podría trascender fronteras.
El segundo relato de esa mi duología predilecta de El monstruo en mí ha sido "Ocho esferas plateadas". Seguramente podréis imaginar el tema de fondo por el título, si tenéis algo de imaginación y pensáis en algo que a muchos nos dará repulsión. Dejo el tono de la reseña por unas pocas palabras y me dirijo con total sinceridad al autor: "Nacho, leí el relato en el balcón de la terraza, donde sé que en ocasiones hay amigas como las que describes en el relato (yo las he visto, pero son parientes menores), y has hecho que en las primeras páginas sienta un repelús tremendo, mire hacia todos lados sólo por si acaso, y termine yéndome del sitio de lectura hacia otro más seguro. Así que gracias, pero no el hecho de hacer que me vaya a otro sitio, sino por provocar sensaciones en los relatos, algo que en ocasiones la gente olvida".
Terminado este inciso, poco me queda por añadir salvo que si tenéis intención de encontrar literatura española de temática fantástica y no sabéis a qué echarle el guante, podéis probar El monstruo en mí. Está avalada por diferentes galardones como Premio Cultura Hache 2012 al "Mejor libro de relatos" y haber quedado finalista –todos sabemos como una buena recta final es prácticamente lo mismo que ganar– como "Mejor antología" y "Mejor relato" (por "Casa ocupada") en los Premios Ignotus 2012, así como en las mismas categorías (y mismo relato), pero en los Premios Nocte 2012.
4 comentarios
Magnifica reseña, como siempre
Doy fe de que lo que cuentas es cierto, porque normalmente te veo leyendo tranquilo, y aquel día cuando pasé por la habitación te vi mirando tal y como suelo hacerlo yo cuando veo más de 3 hormigas juntas en el mismo sitio. xDDD Y pensando en nuestra experiencia en Cantabria... normal que tuvieses los sentidos mucho más alerta, sobre todo si el relato de Nachob es tan realista como comentas.
Yo reconozco que he tenido el placer de degustar este libro, al igual que ya hice con el de El Hombre Imaginado, y doy fe de que gracias a él me gusta mucho más leer relatos que antes. Me ha despertado el gusanillo, y creo que eso es lo que deben hacer los buenos escritores. Si por algún casual empiezas a leer algo y te entra sueño... ¡alarma! mala señal. Con Nachob cuesta trabajo incluso irte a dormir porque sus relatos no dejan de rondarte la cabeza. xDD
Me ha molado la reseña.
Pues por mi parte solo puedo daros unas enormes gracias por vuestras palabras y vuestro apoyo.
Mi único afan es conseguir contar historias que emocionen, que se metan en tu cabeza y en tu corazón, y saber que lo he conseguido en vuestro caso es lo más a lo que puede aspirar este pobre cuentista.
Un supersonriabrazo.
Fantástico. Fantástico sobre todo porque lo tengo en la lista de pendientes XD
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.