Arte en la Tinta: Belicismo en la portada de «Los héroes» para la edición de Subterranean Press

“Desgraciado el país que necesita héroes”
–Bertolt Brecht

Todos hemos escuchado en alguna que otra ocasión aquel dicho que reza: "nunca juzgues a un libro por su portada". Es cierto que la calidad literaria de un escritor y de su texto no debería decidirse por la ilustración que el libro pueda llevar, ya que normalmente esto puede responder a intereses de las editoriales, al país en el que se edite, junto con otras mil cosas más y no a lo que realmente el autor pudo haber deseado en su momento al editar su obra. Sin embargo sí que es cierto que es una carta de presentación realmente efectiva y extraordinaria, ya que desde un principio, lo que nos entra por los ojos es una imagen que puede condensar de un solo vistazo lo que la misma sinopsis puede hacer en una media de diez o más líneas. En una sociedad en la que el tiempo es oro y en el que hay pocas personas que quieran arriesgarse a malgastarlo en averiguar si una obra merece ser comprada y disfrutada, la comprensión de la posible temática, el carácter de la obra, e incluso el género, puede ser algo realmente importante a la hora de captar un lector de la forma más poderosa posible.

Es cierto que hay veces en las que las portadas de un libro no se corresponden ni con la temática ni con el argumento de lo que guardan sus preciadas tapas, pero a mí particularmente eso me quita totalmente las ganas de leerme la obra en sí. Lo admito, yo necesito algún estímulo más que el del interés que yo misma pueda tener en relación al autor o a su obra antes de llegar a la tienda para comprarla. Necesito que me "vendan la moto", dicho mal y pronto. Eso quiere decir que me gustan las buenas ediciones en las que no hay miles de letras por página, en las que se respetan unos márgenes razonables –ni muy exagerados ni de un tamaño ridículo– y en el que, por supuesto, la portada me ofrezca un resquicio de lo que, de llevarme el libro a mi casa, podré ver si me embarco en la tarea de continuar la lectura.

Precisamente por esta razón, hemos tenido la idea de reseñar algunas de las mejores portadas de algunos libros de los que algunos ya habréis podido disfrutar. Todas las que tocaremos a partir de esta primera entrada serán aquellas que hayan tenido más dedicación por parte de los ilustradores a la hora de hacer encajar las imágenes representadas con el texto que en cada momento, nos ocupe.

Así pues, me gustaría comenzar hablándoos de una imagen realmente impresionante realizada por Raymond Swanland para la sobrecubierta de Los héroes, la novela de Joe Abercrombie, en la edición limitada de Subterranean Press (en este enlace). Algunos ya conoceréis al ilustrador por algunas portadas como las de la cuarta edición del juegos de rol Dungeons & Dragons (principalmente Reinos Olvidados), ilustraciones para World of Warcraft, Eberron y la portada de La mejor venganza también en Subterranean Press. Y, para los más "frikis", por los entrañables muñecajos de los videojuegos desarrollados por Oddworld Inhabitants. Teniendo un éxito meterórico desde su participación en estos distintos proyectos, este dibujante ha participado también en la creación de varios guiones para alguna que otra película de animación, por lo que estoy convencida de que veremos muchas más de sus obras en portadas de nuestros libros favoritos gracias a su éxito y su calidad como autor.

Si os fijáis, en la imagen se nos presenta un campo de batalla repleto de guerreros. Siguiendo la tendencia que iniciaron grandes artistas en la historia del arte como fueron Paolo Uccello (1397-1475) con La Batalla de San Romano, o Velázquez (1599-1660) con el cuadro de Las Lanzas (también llamado La Rendición de Breda), se nos intenta hacer partícipes de los horrores de la guerra, en el que el miedo y la ira se entremezclan para provocar en los hombres las reacciones más violentas que el ser humano pueda llegar a imaginar. Es cierto que en el cuadro de Las Lanzas, lo cruento de la batalla se ubica en un lugar más lejano, pero no me negaréis que las lanzas de los combatientes de la ilustración de Raymond Swanland son bastante indicativas de que continúan una tendencia dentro de la temática de la guerra en lo que al arte se refiere.

La portada está realizada de manera que quede la zona principal del conflicto, el complejo megalítico llamado "Los Héroes" justo en el centro de la escena a modo de punto de fuga, ayudado también por la inclinación de las lanzas y la forma en la que la luz apunta hacia el fondo de la confrontación. El punto de luz, situado a la derecha, anima a que las armaduras reflejen toda la escena a su alrededor con un tono anaranjado, lo que nos hace centrarnos más en la escena violenta que se está desarrollando alrededor de nuestros personajes protagonistas, a la vez que nos deja bien claro que puede ser un atardecer en una batalla realmente larga.

Los personajes que aparecen en la escena están muy bien diferenciados. Por un lado, los de la izquierda, vestidos con cota de malla, armaduras pesadas, escudos de estilo "scutum", o de cuerpo entero. Sus cascos poseen la típica cruceta medieval sobre el puente de la nariz a modo de protección y poseen caballos entrenados para lanzarse al ataque como el que aparece en la escena, sin que puedan arriesgar a tirar a su jinete, lo que nos indica un ejército coordinado, con distintos escuadrones que podrían componerse de infantería y caballería.

En el otro lado, sin embargo, podemos ver algo completamente distinto, a diferencia de nuestro personaje de la izquierda, bien afeitado, con un peinado cómodo que alude a un mundo civilizado, tendremos a lo que podría ser un salvaje. Con el pelo largo y barba frondosa, indica que no tiene ningún tipo de jerarquía dentro de sus supuestos escuadrones, salvo el de parecer más fiero y más sanguinario que el de al lado, al cual veremos con una fea cicatriz en la cara. Esto también puede ser un indicativo de cuál de los dos ejércitos está más acostumbrado a entablar batalla o alguna que otra escaramuza, ya que si os fijáis, en la imagen de la izquierda, ninguno de los rostros que aparecen tienen ni heridas ni cicatrices.

Otro detalle también a tener en cuenta es la uniformidad de vestimentas que tienen los ejércitos situados en el lado izquierdo y la gran variedad de protecciones y armas que hay en el derecho. Da la impresión de que unos son más organizados y pertenecen a un único patrón, y que los de la derecha son mercenarios vendidos al mejor postor, con armas improvisadas, armaduras robadas y con algún que otro recuerdo de familia de un antepasado aún más violento que ellos.

Algo que también me gustaría destacar para todos aquellos que habéis leído la novela (Los héroes), es que os fijéis en ese personaje de una estatura semejante a nuestro protagonista, pese a hallarse en un segundo plano. Es el gigante llamado "El Extraño que Llama" –al que seguro que recordaréis muy bien–. También, justo al final de la escena, a cada lado de los dólmenes de "Los Héroes", podremos contemplar la primera escena que leeremos al comenzar el libro, en el que un grupo pequeño de hombres del norte se encuentra en la caverna en la cima a un grupo de hombres de la Unión. Los que os hayáis leído la trilogía "La primera ley", sabréis a quienes me refiero. Los que no... ya estáis tardando en leerla, merece la pena.

Dicho esto pues, espero que esta iniciativa de comentar algunas de las portadas más cuidadas y concienzudas de algunas novelas de fantasía o ciencia-ficción os haya servido para ayudaros a comprender mejor porqué la portada de un libro es tan importante y de paso quizás, a desvelaros algunos detalles en los que nunca os habíais fijado. Creo que es un gran fondo de pantalla. ¿No os parece?

por Cyram julio 27, 2013