Título original: The Fear Index.
Edición: 336 págs. Grijalbo, septiembre 2012.
Disponible en ebook: Sí.
Precio: 21,90 € (tapa dura con sobrecubierta) / 14,99 € (electrónico).
Traducción: Gemma Rovira Ortega.
Temática: Suspense, misterio.
Correlación: Independiente.
Muchas veces he pensado que la literatura sirve para hacernos más conscientes del mundo que nos rodea. No la considero un bien únicamente de evasión y relajación. En este caso, la nueva obra del gran afamado Robert Harris, llamada El Índice del Miedo, tiene ese efecto en el lector.
Para aquellos que no conozcáis a este autor que parece haber inventado la palabra "Best-Seller", os lo puedo presentar como ese periodista de la BBC que consiguió la ilusión de todo escritor: hacer una obra lo suficientemente buena y con un éxito tal que le permitiera vivir de su profesión el resto de su vida. Esto mismo fue lo que le pasó con la novela Patria (DeBolsillo, 1993) –Fatherland–, en la cual planteó un final alternativo a la Segunda Guerra Mundial, en el que Alemania ganaba la guerra. Consiguiendo un gran éxito tanto en la crítica como en el público, le daría pie a realizar otro diamante en bruto de novela titulado Enigma (Plaza & Janés, 1996), inspirado en la máquina de encriptación alemana, también localizada en el mismo periodo histórico que la anterior. Otros ejemplos de grandes éxitos serían también Pompeya (Grijalbo, 2004) –Pompeii– e Imperium (Grijalbo, 2007), inspiradas en la Roma clásica.
"Hoffmann Tecnologías de Inversión estará dedicada por entero a analizar los distintos datos bursátiles de todo el mundo, para lo cual tendrá a una máquina inventada por el mismo Hoffmann llamada VIXAL-4."
No obstante,
Robert Harris no ha realizado únicamente novelas de ambientación histórica, también tiene novelas de ficción política contemporánea como pueden ser
El Poder en la Sombra (Grijalbo, 2008) –
The Ghost–, inspirada en la dimisión del Primer Ministro británico Tony Blair. Esta obra sería llevada a la gran pantalla por Roman Polanski –
El Escritor– con los actores Pierce Brosnan y Ewan McGregor. La que nos ocupa,
El Índice del Miedo, es su última obra de ficción contemporánea.
Esta novela es un thriller económico basado en la crisis global que actualmente azota el mundo. Nuestro protagonista será Alexander Hoffmann, un científico bastante peculiar, en cierta forma antisocial y con un gran afán por llevar a cabo sus investigaciones en materia de IA (Inteligencia Artificial) que comenzó desarrollando en el gran Gran Colisionador de Hadrones en el CERN, ubicado en la frontera franco-suiza. Para poder llevar a cabo el experimento a la vida real (lo que equivaldría a hacer prácticas en humanos de un fármaco), fundaría una empresa llamada Hoffmann Tecnologías de Inversión con su socio Quarry, el personaje que aportará esa nota de humanidad que le falta a este científico ensimismado en su trabajo. La empresa, un lugar completamente automatizado en el que el papel estaría expresamente prohibido bajo pena de destruir el documento impreso, con una estructura realizada con la última tecnología disponible, jugará un papel muy importante en la historia.
Hoffmann Tecnologías de Inversión estará dedicada por entero a analizar los distintos datos bursátiles de todo el mundo, para lo cual tendrá a una máquina inventada por el mismo Hoffmann llamada
VIXAL-4 al mando todas las transacciones a realizar. Ella es la que autoriza, invierte, retira y manipula las grandes cantidades de dinero que manipulan los distintos socios de la empresa, así como la que vigila la seguridad del edificio, a sus trabajadores, y procura las condiciones ambientales precisas de las oficinas. La historia comenzará con un extraño regalo en la puerta de Alexander, un ejemplar de
El Orígen de las Especies de Charles Darwin, dedicado a su persona. Esto, junto con el allanamiento de su casa que acaba con un golpe en su cabeza, comienza a trastocar completamente su aparentemente vida tranquila, detonando de esta forma, todos los acontecimientos de la novela.
Personalmente, considero que la historia podría haber dado mucho de sí. Tanto el invento del VIXAL como el regalo del libro de Darwin, podrían haber conseguido una historia bastante más trepidante de lo que realmente me ha parecido al final. Eso, junto con unos personajes totalmente planos, lo cierto es que me ha dejado con una sensación de indiferencia bastante importante, cosa que no me suele pasar con las novelas que leo. Lo curioso es que he leído alguna que otra cosa de este autor y sinceramente considero que quizás El Índice del Miedo sea lo más flojito que le he visto escribir después de tantos años.
Predecible desde el momento en el que se nos presenta la personalidad un tanto paranoica de Hoffmann y su experimento en cuanto a Inteligencia Artificial se refiere, creo que quizás pase sin mucha pena ni gloria a medida que pasen los años salvo que el mismo autor decida reescribir la historia, dándole pues mucha más chica de la que tiene actualmente. Quizás por eso me ha costado tanto trabajo leerlo.
En general considero que el libro está destinado a los fans de Robert Harris que quizás consigan sacarle mucho más provecho a su narración de la que le he sacado yo. No hay que olvidar que esta es únicamente mi opinión y que evidentemente, gustos hay como colores en el mundo, por lo que siempre es bueno experimentar por uno mismo las cosas antes de decidirse completamente. Particularmente, creo que los libros de Enigma e Imperium ("Trilogía de Cicerón", vol. I), citados al inicio de esta reseña, son mejores ejemplos de la capacitad narrativa de Robert Harris.
por Cyram
febrero 10, 2013
6 comentarios
Yo tengo el libro de Enigma esperando en las estanterías de casa. Últimamente tengo una fijación extraña con las novelas ambientadas en alguna de las Guerras Mundiales :)
A mi este tipo de thrillers sí que me gustan, aunque el hecho de que sea tan frío y los personajes esbozados como si se tratasen de máquinas al servicio de la historia me echa un poco para atrás. Pero en estos casos lo que busco es un "pasapáginas", y si lo cumple no tengo problema. XD
Me llama la atención en general la obra de este escritor.
OJO: lo que viene detrás destripa sin piedad el libro.
El gran problema de esta novela es que Harris escribe novelas de intriga (criminal o política) y ésta no lo es: es una novela de ciencia-ficción. Y como novela de ciencia-ficción resulta mediocre y previsible.
La idea de una IA que cobra consciencia y se rebela contra sus amos no es nueva: todos tenemos en mente a HAL9000, el robot paranoico de "2001, una odisea del espacio" (1968), pero podemos encontrar ejemplos tan tempranos como alguno de los relatos del "Yo, Robot" de Asimov en 1950.
No se puede reprochar a Harris que caiga en un tema tópico porque la idea de la singularidad tecnológica en la que la IA decida que el ser humano es prescindible está enraizada fuertemente en nuestro subconsciente colectivo (con buenas razones, añado) y nunca pasará de moda. Lo que se puede reprochar es que lo resuelva de forma tan mediocre y mil veces vista: a ratos, la forma en la que actua VIXAL parece una copia directa de la ARIIA de la mediocre película de 2008 "Eagle Eye" ("La conspiración del pánico" en España): la instalación de dispositivos de espionaje, las órdenes electrónicas a los operadores humanos que creen estar obedeciendo a sus jefes, la creación de fenómenos que provoquen las acciones deseadas mediante la manipulación del miedo de los seres humanos...
La parte más interesante de la novela es la forma en la que explica el funcionamiento de los algoritmos de inversión, sus diseñadores y operadores y los inversores que acuden a ellos; así como la insinuación muy poco disimulada de que las acciones de este tipo de grandes fondos de inversión tienen mucho que ver con las catástrofes económicas de los últimos años. Se podría haber profundizado más en esta trama mostrando las implicaciones morales de beneficiarse de la catástrofe ajena; Harris lo insinúa, incluso entra en ello tras el atentado en el avión, pero pronto se desvía para centrarse en VIXAL y la paranoia de Hoffmann.
Quizá sea ese el gran defecto de la novela: está contada prácticamente en todo momento siguiendo al protagonista (lógico, dado que es quien mejor conoce la máquina), y por lo tanto narra lo que interesa al protagonista en cada momento, dejando reposar toda la trama sobre sus hombros. Y Hoffmann es un protagonista endeble, poco interesante incluso en su locura y, en general, mal trazado. Una novela tan centrada en un protagonista tan plano está abocada al fracaso.
Acabo de leerla y he entrado aquí, a ver si me entero un poco más, porque me quedé pensando que se me escapaba algo.
*spoiler (más o menos)*No sé al final si todo lo hace el HAL digo VIXAL queriendo complacer a su creador o todo lo contrario, queriendo eliminarlo; o si todo es fruto de la mente de su creador*
Veo que la gente quedó más o menos igual de perpleja que yo.
Sigo a Robert Harris desde que me deslumbró con "Pompeya" y luego he ido trabajando su backlist. Esta es la primera novela suya que me cuesta terminar.
Eso sí, me quedé con una frase sobre el VIXAL aquella que dice algo así como que no tiene sentimientos, que sólo piensa en la ganancia, etc. como un hedge fund. (perdonadme, cito de memoria).
Y es que el algoritmo no es sino la imagen ideal de cómo se mueven los mercados.
También me hace gracia ver el tipo de ciudad o de país al que llevan sus dineros (y a veces hasta sus personas y sus niños) ciertos españoles. Mientras que los autóctonos se tienen que ir a vivir fuera.
Esa es la impresión que me ha producido la novela. Que hay un mundo real que se ve afectado por esos juegos y apuestas que hacen los financieros en sus pantallitas. Su forma de actuar afecta al resto de la población mundial, devaluando lo que tú te ganas con tu trabajo normal.
CUIDADO SPOILERS
Bona Caballero, con respecto a lo que has comentado, te puedo decir que en este caso sí que hay una parte de la trama en la que podríamos decir que la mente del protagonista toma la iniciativa. Como bien recordarás, el libro comienza con un ataque en su casa y cómo al hacerle un "tak", descubren que tiene ciertos problemas cerebrales. Esto junto con sus ataques de pánico como los que le dieron en el CERN provoca que tengamos siempre de fondo la posible paranoia del doctor en juego. Sin embargo, todo lo que pasa a lo largo del libro destaca que en realidad el VIXAL ha conseguido desarrollar una IA más allá de la que le ha dado el creador. Precisamente ese ataque de pánico que le dio en Suiza fue porque se dio cuenta de lo que había creado y lo peligroso que era ponerlo en marcha. Sin embargo su mente se aisló de aquel recuerdo intentando difuminarlo y siguió adelante con el proyecto que le propuso su amigo en Zurich creo que era, ya no lo recuerdo bien.
Así que jugamos con dos cosas, una con la inteligencia que ha adquirido el VIXAL-4 y la paranoia fruto de la ansiedad y de la inseguridad del protagonista que no sabe que en todo momento, ha intentado destruir a la máquina y protegerse de ella de forma inconsciente.
Como ya he dicho en la reseña, creo que podría haber sido un libro realmente bueno e interesante si no se hubiese precipitado las cosas de esa forma haciéndolo todo tan predecible y si se hubiese orientado hacia "algo más allá" que no la histórica lucha entre el hombre -con su mente de genio- contra la máquina, con su crueldad humana.
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.