Águila Roja, 4ª temporada: Capítulo 3

Reseña de Loren

Título original: -.

Nacionalidad: España.

Fecha de emisión: 19 de septiembre de 2011.

Duración: 90 min.

Temática: Aventuras de capa y espada, ficción histórica.

Correlación: Águila Roja, capítulo 3, 4ª temporada.

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Como los lectores de este espacio sabrán, llevamos siguiendo Águila Roja desde sus inicios hace ya más de dos años. Una semana más, toca comentar el último capítulo que hace el trigésimo sexto del cómputo total, o lo que es lo mismo, el tercero de la cuarta temporada. Los que no hayan tenido todavía oportunidad de verlo, y vayan a hacerlo, decir que esta reseña contiene importantes SPOILERS, así que no sigáis leyendo.

Posiblemente uno de los episodios más tensos, o con mayor carga emotiva de las cuatro temporadas, sin contar a aquel en el que un eclipse de sol provocaba el pánico entre los habitantes de la villa (y que hubiera supuesto un buen fin de temporada), esta nueva entrega continúa la trama abierta en el capítulo anterior (ver una reseña del mismo), donde Nuño era acusado (puede que injustamente, no lo sabremos hasta el final) de haber violado a Beatriz, la hija de un duque que fortuitamente hizo un alto en el palacio de la Marquesa de Santillana. Lejos de tramas ocultas o conspiraciones (que es lo que yo imaginé en un primer momento) para poner en evidencia a la Marquesa (una vez más), resulta que Beatriz está embarazada, motivo por el cual fantaseó con que Nuño la había mancillado, cuando en realidad el padre del futuro bebé sería un trabajador de la finca del duque, al contrario de lo que creen Gonzalo y Satur, hijo del propio padre.

Los causantes de la desgracia de Nuño, tomando tranquilamente la merienda mientras se efectúan los preparativos de la ejecución.

Aunque el Águila Roja termina prácticamente fuera de combate al comienzo del capítulo, sin poder usar la mano de la espada por culpa de la picadura de una serpiente (¡ambidextrismo ya!), como héroe hace todo lo posible por intentar hacer justicia, tratando de salvar la injusta pena hacia Nuño (aunque el personaje nos caiga antipático), quien será decapitado por orden del duque. Todo esto causa un revuelo impresionante, la mitad de los habitantes de la villa contentos con que por fin se haga justicia para los nobles, otros como los sirvientes o la propia madre de Nuño, con una pena inmensa por la futura ejecución de su hijo. Siendo el padre, no podíamos esperar que el Comisario se quedara sentado de brazos cruzados, pues idea un plan de fuga para que su hijo y su "querida" puedan salir de la villa, incluso se disfraza de encapuchado para asesinar a sus propios hombres puñal en mano con el fin de quitarle las cadenas a su hijo, momento en que se topa con el mismo Águila Roja. De no ser por el Cardenal Mendoza (ese gran manipulador trepa y oportunista), las iras y temores del Comisario, uno de los mejores personajes de la serie, hubieran dado en el blanco como ha sucedido en momentos previos. A cada nuevo capítulo, el Comisario toma cada vez un mayor protagonismo, un personaje que lo tiene todo: honor (a su elección), habilidad con la espada, resolución, carisma... La única pega es que es uno de los villanos de la serie, aunque existen personajes con mayores dotes par la villanía que él. De pronto este personaje se convirtió en todo un sufridor.

Aunque obviamente el recurso de la mordedura de la serpiente es un deus ex machina que pone a prueba al héroe de la serie en un momento donde sus habilidades se requieren más que nunca (en caso de que Nuño fuera culpable, no habría movido un dedo por ayudar, estamos seguros), el capítulo en sí mismo está perfectamente elaborado, con la tensión justa que es capaz de provocar anticipación, e incluso incertidumbre como se ha hecho en ocasiones parecidas, y situaciones límite similares. A lo largo de tres largas temporadas hemos visto como las vidas de varios personajes principales eran amenazadas, resolviendo todo con un final feliz y provocando que el espectador, en una situación similar del personaje (o un gran cambio en sus quehaceres, como ingresar en un monasterio de por vida, poner rumbo a las Américas, etc.), no creyera que la vida de ese personaje fuera a cambiar demasiado (o lo más mínimo). Sin embargo, con este último capítulo la cosa ha sido distinta. Aunque finalmente Nuño se salve de una acusación injustificada, en el que incluso su propia madre cree que es culpable por haber buscado la compañía de mancebas, el tono del capítulo, sumado al enorme dramatismo, a la tensión por la inminente ejecución en la plaza pública (me ha recordado al momento "Hoist the Colours" de Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo), lo convierte en uno de los mejores para mi gusto.

El hacha del verdugo, arrebatador de almas, testigo de innumerables desgracias...

No debemos dejar de señalar el cambio de actitud en el personaje del médico, que con una gran tensión por las dos promesas de matrimonio (entre una noble y una plebeya), aunque sabemos por cuál se debería decantar por el buen funcionamiento de su familia, decide lanzarse a las peleas callejeras para liberar todo el estrés contenido, momentos que me han recordado a "El Club de la Lucha". En uno de esos momentos se topa con Gonzalo (quien había ido a buscar a Satur, metido como siempre en problemas con tal de ayudar), provocando un momento de tensión que a poco no termina luchando contra el médico. O el médico contra Satur, que era lo que esperaba que sucediera. En cualquier caso, Juan está sufriendo una transformación bastante brusca que no sabemos cómo terminará con todos estos triángulos amorosos que llevan estirando los creadores de la serie desde hace un tiempo.

La resolución del episodio, aunque satisfactoria, se me antojado algo precipitada. Nuño (buena interpretación del actor, por cierto), en el cadalso, con la cabeza ya apoyada en el tocón a punto de ser rebanado por el hacha del verdugo, es salvado por la intervención del duque (que no vemos en realidad). Ahí se hace más evidente que las distancias entre escenarios dentro de la serie de "Águila Roja" pueden llegar a ser confusas. O bien ese momento del hijo de la Marquesa es anterior a cuando el héroe llega a la finca del duque para obligarle a la confesión, quien evidentemente no contó a nadie que su hija estaba embarazada, o un mensajero, cual estrella fugaz, llegó al cadalso justo a tiempo de contar la verdad (lo más posible, dado el recurso cinematográfico empleado). Es más, la ocultación de esa información por parte del duque debería causar una represalia mayor: si la muerte de un noble es provocada por guardarse ese dato con alevosía, cuando de otra forma podría haberse evitado, al que oculta la información deberían caerle los grilletes de por vida, mandado a galeras y/o privado de todos sus bienes o títulos, pero claro, estamos en el siglo XVII y la justicia en esa época difería bastante de la de ahora (aunque no sé qué habría pasado hoy en día en algo parecido, seguramente el rico saldría bien parado). Sea como fuere, y sabiendo que seguramente no volvamos a ver al duque en la serie, no voy a incidir en este detalle para no ser demasiado estrictos con una serie que me parece de lo mejor en ficción que se ha hecho en años dentro de España.

Puntuación: 9/10

por Loren Sparrow septiembre 21, 2011