Novalis -seudónimo de Friedrich von Hardenberg- nació el 2 de mayo de 1772 en el castillo de Oberwiederstedt, cerca de Leipzig. Descendiente de una familia noble, recibió de su padre -un exaltado pietista- una educación severa y religiosa. Tras terminar sus estudios en el Gymnasium -escuela de educación secundaria- de Eisleben, empezó la carrera de Derecho en la cercana universidad de Jena, donde impartía clases el poeta, filósofo e historiador Friedrich Schiller -uno de los precursores del Romanticismo y figura principal del llamado clasicismo de Weimar-. Novalis se convirtió en uno de sus más devotos discípulos y empezó a componer sus primeros poemas. Pronto coincidió con Friedrich Schlegel y Ludwig Tieck, jóvenes poetas que, junto a Novalis, formarían el grupo de los primeros románticos alemanes. En 1794, tras terminar sus estudios de Derecho, empezó a trabajar como asistente de administración en la ciudad de Tennstedt, redactando protocolos y querellas. Ese mismo año también conoció a Sophie von Kühn, una niña de doce años con la que acabó comprometiéndose: su prematura muerte en 1797, a causa de una tuberculosis, le afectó profundamente e inspiró más tarde el tercer poema de sus Himnos a la noche, publicados en agosto del año 1800 en la revista Athenäum, el principal vehículo de expresión del primer grupo de románticos alemanes.
Los Himnos a la Noche son un conjunto de seis poemas -o "prosa poética", tal y como algunos autores prefieren denominarlos- que condensan buena parte del pensamiento de Novalis y, claro está, del primer romanticismo: lo infinito, la noche, el sueño o la muerte, tópicos románticos por excelencia, se asocian en Novalis con Dios, con el misticismo, con el descenso y con la eternidad. Intentaré explicar el pensamiento novaliano de la forma más clara posible -y hasta donde me permita mi conocimiento sobre el tema-, no sólo para comprender mejor los pilares fundamentales de la estética romántica, sino también para que vosotros, los que no estéis versados en este intrincado lenguaje, podáis interpretar, entender y sentir sus poemas, si es que algún día os apetece sumergiros en esta fascinante forma de pensamiento que se originó tras la Revolución Francesa.
El 13 de mayo de 1797, dos meses después de la muerte de Sophie, se produjo un acontecimiento: Novalis se encontraba en el cementerio de Grüningen cuando creyó ver aparecer el espectro de su amada. Ese reencuentro reveló el camino al poeta y le indujo a escribir esos hermosos versos que exaltan apasionadamente la noche. ¿Pero qué es la noche para Novalis? La noche es el camino a seguir para alcanzar el Yo interior, el lugar donde se encuentra el principio del Universo, Dios, la eternidad y el conocimiento absoluto. El regreso a uno mismo, a lo divino, esa entidad abstracta eterna que el poeta quiere obtener, sólo es posible a través de la nocturnidad, cuando la luz deja de hacer visibles los objetos. Novalis no plantea el ascenso a la luz, sino que favorece el descenso hacia la oscuridad, hacia el interior, pues "es en nosotros, y no en otra parte, donde se halla la eternidad de los mundos, el pasado y el futuro". Ese viaje iniciático originado en la noche, que el poeta debe emprender, es claramente espiritual. Para que el hombre pueda dirigirse al interior es necesario apartar la luz, pues ésta tan sólo entorpece la conquista del verdadero conocimiento de sí mismo y de la unión mística del poeta con su amada, Sophie. La luz ciega a la humanidad y les impide, por lo tanto, penetrar en el misterio de la noche, en el ámbito del sueño, en ese estadio contrapuesto a la razón y a la realidad. El ir más allá de la luz implica, necesariamente, la muerte. Para el poeta, la noche se identifica con la muerte, pues una vez revelado el camino se siente un deseo irrefrenable de no regresar a la luz, de no volver al ámbito terrenal: "la muerte es superior a la vida terrenal porque es el tránsito a la Noche y al Espíritu, que también son superiores a la luz y a la materia".
¿Jamás terminará el señorío de lo terrenal?
Desdichada actividad estorba el celestial vuelo de la noche.
¿No arderá eternamente el secreto sacrifico del amor?
Les ha sido medido su tiempo
a la luz
y a la vigilia...
Pero la soberanía de la noche es sin tiempo,
la duración del sueño es eterna.
¡Sueño sagrado!
Nunca dejes de traer la felicidad
a los consagrados a la noche,
en este trabajo diario de la tierra.
(traducción de José María Valverde)
Los himnos a la noche son básicos para entender buena parte del pensamiento novaliano. Su lectura, dificil y ardua, nos acercará al conocimiento y a la comprensión de algunos de los elementos fundamentales de la estética del primer romanticismo y, principalmente, de esa tan clara oposición entre el día -la vida- y la noche -la muerte-. Como toda poesía, en Novalis también está presente el juego simbólico, el lenguaje elaborado y las asociaciones que, aparentemente, parecen inconexas o fuera de lugar; no obstante, la lectura de sus versos te sumerge en el sentimiento íntimo del poeta, en la misteriosa y profunda noche, en los sueños, allá donde la imaginación se deja llevar hacia el infinito, incontrolable, para alcanzar un mundo eterno. Leed su poesía y dejaos llevar por la sensación que os transmiten sus versos. Imaginad tan sólo viajar junto a Novalis hacia la profunda y oscura noche, donde el sueño invade nuestras mentes.
Título Original: Hymnen an die Nacht. Heinrich von Ofterdingen / Editorial: Cátedra. / Formato: Rústica, 296 pág. / Fecha de publicación: 2004. / Precio: 12,00€ / Traducción: -.
4 comentarios
Si te digo la verdad, nunca he sido de poesía, pero en ocasiones sí he leído muchos versos románticos y esos sí me llaman bastante más.
A Novalis no lo conocía (pero sí a Ludwig Tieck, otro de los que citas), así que me ha gustado el artículo, muy buen análisis de lo que podemos encontrar en el interior de sus páginas.
Yo tampoco he sido nunca de poesía; sin embargo, el romanticismo tocó mucho este género y como a mí me encanta ese movimiento, pues no hace demasiado que he empezado a leer todos los poemas que hasta ahora han caído en mis manos.
¡Gracias! :)
Muy cierto, a mi el romanticismo también me gusta bastante. De hecho, es uno de los motivos por los que ahora la fantasía está tan de moda, aunque el gusto por la imaginación ya viniera de mucho antes, pero siempre tiene que haber un punto de inflexión.
😭😭😭
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.