Hace un par de meses que hablábamos del origen de una de las series de novelas más afamadas y de calidad que se han escrito sobre el universo de Star Wars. Escritas por Michael A. Stackpole, antiguo diseñador de juegos y autor de las conocidas novelas de “Battletech” y otras obras de fantasía y ciencia-ficción (“Star Wars” entre ellas), y centrándose en uno de los grupos de más reputación de la galaxia, el Rogue Squadron (o Escuadrón Pícaro), nos mete en la piel de estos exigentes pilotos de caza durante sus complejas misiones a lo largo de toda la galaxia. Wedge’s Gamble es el segundo título de las nueve novelas que componen la serie, de las cuales cuatro son de Aaron Allston.
Ubicada cronológicamente seis años después de la destrucción de la primera Estrella de la Muerte, un par de años después de lo acontecido en El Retorno del Jedi, y tras la batalla en Borleias que fue el final de la novela anterior, la Alianza Rebelde todavía no tiene una sede oficial y estable desde la que instaurar definitivamente la nueva forma de gobierno que ha creado. La Nueva República nace para quedarse y borrar de la galaxia la tiranía y la opresión que ha ejercido el Imperio durante más de veinte años, destrozando familias, esperanzas y sueños, pero despertando en otros el anhelo insuperable que forja las ganas de luchar y sacrificarse por una vida mejor (algunos dirán de venganza, y en cierto modo lo es), un gobierno justo y digno para todas las especies que viven en la galaxia. Así se forjó la Alianza, hace tantos años atrás, y aún en día sigue pugnando por ese sueño. Por tanto, qué mejor sede en la que establecer la Nueva República que Coruscant, la Ciudad Imperial, la Joya del Imperio. Pero todavía hay un problema con el que tiene que lidiar el Mando Rebelde, y es que el planeta sigue comandado por lo que queda del antiguo gobierno, que aún es extenso. Recordemos que el Emperador encontró un funesto final a manos de Darth Vader hace tan sólo dos años. Ysanne Isard, la gobernante del actual Imperio, la fría y calculadora mujer de blancas mechas que inspira temor sobre aquellos a los que está al mando, pondrá las cosas difíciles a los Rebeldes, como ya demostró en la anterior novela de la serie. Pero en esta ocasión prepara una sorpresa, un desbarajuste con el que pondrá en jaque a la Alianza Rebelde, una trampa mortal que puede cambiar el desenlace de la batalla.
El Rogue Squadron toma protagonismo de nuevo. Habiendo recurrido a ciertos integrantes de la organización criminal Sol Negro, retenidos en la prisión de Kessel (que la propia Alianza libera, para consternación de algunos), y que pueden proporcionar información y contactos que ayuden en la misión, los Rogues deberán infiltrarse en plena Ciudad Imperial para sondear a sus habitantes y hallar un modo de desconectar el escudo planetario, para que así la flota rebelde pueda tomar el planeta sin perder más vidas y naves de las necesarias. Una apuesta arriesgada seguramente de al traste con todos los años de lucha y preparativos. Dirigidos por Wedge Antilles, los Rogues se infiltran en Coruscant para cumplir su importante misión, pero por el camino hallará muchos problemas, el mayor de ellos, un espía infiltrado que informa al Imperio de todos sus movimientos. En general, los personajes irán superando las distintas dificultades hasta el explosivo final, de una resolución inesperada y bastante acertada.
Stackpole nos demuestra una vez más su buen hacer con estas novelas, añadiendo un buen trasfondo, desarrollando un ambiente excelente y haciendo un gran trabajo con los personajes. Corran Horn, antiguo agente del CorSec (seguridad Corelliana), además de excelente piloto y personaje estrella de estas novelas, es también el protagonista en esta historia, aunque si bien el resto de los Rogues tienen sus momentos (Wedge, Gavin Darklighter...), el autor se centra más en Corran, dotándole de mayor protagonismo mientras lo hace avanzar en sus sentimientos y emociones respecto a su némesis, Kirtan Loor (causante involuntario de la muerte de su padre), a la vez que despierta gran interés en las féminas, dando pie a situaciones cómicas y embarazosas, sin olvidar esa parte de humor que tiene que tener toda novela de “Star Wars” que se precie. La aventura transcurre íntegramente en Coruscant, en apartamentos ocultos, almacenes oscuros y pubs de muy dudosa reputación, de ambiente un tanto opresivo, entre contactos personales que aportan información valiosa para el cumplimiento de la misión, escaramuzas e intercambio de disparos con los stormtroopers, y vuelos vertiginosos entre edificios a bordo de motos speeder. Las secuencias de acción que no falten, ni mucho menos.
La sorpresa preparada por Ysanne recuerda mucho a una de las muchas atrocidades ejercidas durante la 2ª Guerra Mundial. El oficial Evir Derricote (uno de los mayores villanos de esta historia, que como siempre parece destinado a no pagar por sus crímenes) se encarga de secuestrar a miembros de diferentes especies alienígenas para sus experimentos médicos, para que sirvan de pruebas del terrible virus que el Imperio está germinando. Dicho virus, el Krytos, es capaz de provocar horribles cambios en los sujetos, y la población alien de Coruscant parece que va a sufrir en demasía, convirtiendo el planeta en un problema difícil de tratar para los futuros conquistadores. El Imperio de nuevo haciendo de las suyas, y un ejemplo del gran mal que es capaz de provocar (prácticamente desde que surgió), con acciones que nunca han salido a la luz debido a las mentiras, modificando y eliminando la verdad de los archivos históricos de los museos, u ocultando la realidad en la HoloNet.
La serie “X-Wing” destaca por su calidad, por sus personajes, y por las peligrosas aventuras que vive el Rogue Squadron, siempre enfrentándose a misiones que parecen superar sus capacidades justo en el último momento. Pero esto es “Star Wars”, donde elucubrar sobre las probabilidades es cosa de droides y cabe en la mente de un corelliano (el que haya muchos de ellos en la Alianza dice algo a su favor). Como he mencionado antes, no falta la buena ambientación (detalles sobre los cazas Z-95, las estaciones de defensa Golan, o hechos históricos pasados), la acción (estas novelas no serían lo mismo sin las numerosas escaramuzas entre cazas), ni los personajes famosos que aparecían en las novelas de Martínez Roca (Winter, Zsinj o Leia). La novela, aparte de rellenar ese gran vacío que dejó la edición española, nos recuerda mucho a la última de las películas de la trilogía original: un escudo planetario que hay que desconectar desde la superficie, una magna sorpresa preparada por los villanos, una flota a punto de llegar cuando todo aún no está preparado… Los paralelismos son una constante en la saga de “Star Wars”.
Pero… ¿Qué más sorpresas nos deparará la fría Ysanne y su maltrecho Imperio? ¿Conseguirá salirse con la suya una vez más? Eso lo veremos en el próximo episodio: The Krytos Trap.
Colección/Serie: Star Wars · "X-Wing", 2 (de 9)
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