Julio César está harto de los irreductibles galos y ha pensado en una serie de doce pruebas que Astérix y Obélix deben superar si no quieren rendir la aldea.
La editorial Salvat, quien publica los álbumes del héroe galo en Hispania, acaba de lanzar la nueva edición de Las XII pruebas de Astérix, la única historia del héroe galo por excelencia de la bande dessinée escrita por René Goscinny que se adaptó directamente al cine y que más tarde se publicó en formato álbum —esto es, no es un cómic, sino un libro sobre la película—. Esta historia escrita por René Goscinny y dibujada por Albert Uderzo ya se puede encontrar en librerías (otra vez) en edición en tapa dura, 80 páginas y un precio de 11,95 sestercios.
La nueva edición del álbum, que se corresponde con la publicación del título en Francia, incluye un texto nuevo, 40 ilustraciones inéditas de Albert Uderzo y una carta del dibujante a los lectores, además de una nueva portada.
En Las XII pruebas de Astérix, Julio César quiere terminar de una vez por todas con la aldea de irreductibles que se le resiste desde hace tiempo, y para ello ha ideado un plan: doce retos a prueba de dioses que los galos deberán superar mediante los dos representantes que elijan. En caso de superar las pruebas Julio César se rendirá ante los galos, pero si no las superan, la aldea gala debe caer. Lo que no sabe Julio es que, como no podía ser de otra forma, Astérix y Obélix cuentan con la poción mágica de Panorámix.
La película Las doce pruebas de Astérix fue el tercer largometraje del personaje llevado al cine en 1976 tras Astérix el Galo (1967) y Astérix y Cleopatra (1968). Los propios René Goscinny y Albert Uderzo dirigieron la película, y Uderzo colaboró en el guión de Goscinny.
A pesar de que se han estrenado otras películas del héroe galo, ninguna le ha arrebatado a Las doce pruebas de Astérix el título de ser la cinta más exitosa del personaje, y con razón: es una película de aventuras muy divertida, crítica con el siglo XX en muchos aspectos, y con multitud de anacronismos (el dios de la montaña que anuncia detergente, el episodio de pesadilla con los funcionarios, etcétera), todo ello marca de la casa.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.