Novela magistral en que se basó la mítica película Centauros del desierto (The Searchers, 1956), dirigida por John Ford y protagonizada por John Wayne.
El abismo de Maracot y otras aventuras del profesor Challenger, de Arthur Conan Doyle. Rústica sin solapas, col. "El Club Diógenes", 368 páginas. Precio por confirmar. A la venta en abril. Aventuras, Independiente.
Del mismo modo que Conan Doyle para la creación del genial detective Sherlock Holmes se inspiró –tanto en el aspecto como en el carácter– en su profesor de la Universidad de Edimburgo Joseph Bell, otro profesor, el fisiólogo William Rutherford, sirvió de modelo para el no menos singular profesor Challenger –«una mente privilegiada en un cuerpo de pitecántropo»–, según confesión de su autor. Al profesor Challenger lo conocimos en El Mundo Perdido (El Club Diógenes, 41), novela que se puede considerar fundacional del «género de dinosaurios» y «mundos perdidos». En el presente volumen se han reunido las otras tres aventuras del profesor Challenger: la novela corta La zona ponzoñosa y los relatos La máquina desintegradora y Cuando la Tierra lanzó alaridos, excluyendo la novela El país de la bruma, pues en ella Challenger se ha convertido en una mera excusa de Conan Doyle para hacer propaganda del espiritismo.
Cuentos de Medianoche, de Bram Stoker. Rústica sin solapas, col. "El Club Diógenes", 288 páginas. Precio por confirmar. A la venta en abril. Terror, Independiente.
Aunque el nombre de Bram Stoker sea de sobra conocido entre los aficionados al terror, a menudo se tiene del escritor irlandés una idea estereotipada de autor vampirizado por su creación: Drácula. Pero lo cierto es que su obra pone de manifiesto otros y muy variados registros literarios. Si Drácula fue el producto de sus sueños más turbios, los relatos reunidos en Cuentos de medianoche son los de un hombre afable, mordaz, dotado de un espléndido sentido del humor –una de las constantes más notables y menos señaladas de su trabajo– y que contemplaba la literatura no como una actividad confesional o catártica, sino como un placer, el tan irlandés placer de contar y transmitir historias, cualquier tipo de historias, por el simple hecho de hacerlo. Por supuesto, el lector va a encontrar entre las páginas de este volumen desde un terrible instrumento de tortura hasta una vampira, un lobo sanguinario o una momia egipcia y otros horrores macabros; pero también piratas malayos, traviesos muchachos, maridos aparentemente ultrajados, granjeros desahuciados y agentes publicitarios en apuros. Cuentos de medianoche es un canto a la variedad estilística y temática de Stoker, y también uno de los compendios de rarezas y curiosidades más completo publicado hasta la fecha en nuestro país.
Debido a la penuria económica en la que transcurrieron los días terrenales de H.P. Lovecraft, el «outsider de Providence» se vio a menudo obligado a completar los magros ingresos obtenidos por sus relatos, publicados en su mayoría en revistas populares, con otro tipo de tareas algo menos gratificantes, como el asesoramiento y revisión de relatos enviados por otros autores, labores que iban desde una sucinta revisión de estilo hasta la reescritura completa de la historia con cambios sustanciales en su argumento. En 1989 apareció en Estados Unidos, publicado por Arkham House, el volumen con las colaboraciones definitivas del Maestro de Providence: The Horror in the Museum and Other Revisions, cuya edición corrió a cargo del estudioso y experto en H.P. Lovecraft, S.T. Joshi. Estos relatos, cuya autoría comparte Lovecraft con otros escritores, fueron en su mayoría íntegramente escritos por él sobre un argumento, a menudo reconstruido, ideado por otro autor. Así, en los dos cuentos en colaboración con Winifred Virginia Jackson, La Pradera Verde y El caos reptante, Jackson no aportó ni una sola palabra; en el caso de las dos historias corregidas por encargo de Adolphe de Castro, La última prueba y El verdugo eléctrico, Lovecraft reescribió por completo ambos relatos, conservando apenas el hilo argumental primitivo; los tres manuscritos revisados para Zelia Bishop, La maldición de Yig, El montículo y La cabellera de Medusa, están escritos en su totalidad por HPL, según lo anotado por este en sus cartas, y tan sólo conservan una pequeña parte del argumento o idea original. Finalmente, Lovecraft escribió casi por completo los cinco relatos de Hazel Heald, y en cuanto a El diario de Alonzo Typer, de William Lumley, aparte del núcleo central de la historia, el cuento es casi en su totalidad obra de Lovecraft.
Las memorias de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle. Tapa dura, col. "Sherlock Holmes", 448 páginas. 26,30 doblones. A la venta en marzo. Policíaco, selección de relatos sobre los personajes de Sherlock Holmes y el Doctor Watson.
Tras el éxito obtenido por la publicación en el Strand Magazine de los primeros relatos breves de Sherlock Holmes entre 1891 y 1892 (reunidos posteriormente bajo el título de Las aventuras de Sherlock Holmes, tercer volumen de esta colección), el director de la revista solicitó a Arthur Conan Doyle otra serie de doce relatos. Pero Conan Doyle sentía que su personaje había crecido tanto que corría el riesgo de eclipsar a su autor: le tenía esclavizado y le impedía hacer otras cosas. Así que decidió desembarazarse de él de la mejor manera posible: lo haría morir heroicamente. Pero necesitaba un adversario al nivel del genio de Holmes, así que creó al profesor Moriarty, epítome del mal y, sin duda alguna, uno de los más memorables villanos de ficción. El problema final, último relato de la serie, dejó helados a miles de lectores con la inesperada desaparición del detective, dado por muerto en las cataratas de Reichenbach, en Suiza. Y pese a las innumerables coacciones de que fue objeto, Doyle tardaría aún diez años en resucitarlo. Los relatos que componen la selección que finalmente se llamaría Las memorias de Sherlock Holmes revelan cada vez más las ricas personalidades de Holmes y Watson. Los temas de estas historias son variados: así, La Gloria Scott, El hombre encorvado y El paciente interno tratan de dilucidar crímenes ocurridos en el pasado; El tratado naval es una historia de espionaje; El Squire de Reigate y El intérprete griego nos hablan de la avaricia; o El empleado de correduría de bolsa, que trata de un timo cometido por motivos inconfesables.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.