Sólo el Acero, de Richard Morgan. Edición en rústica con solapas, 416 páginas, 21,95 doblones. Género: Fantasía épica. Serie: A Land Fit for Heroes/1.
Sinopsis:
¿Qué es de los héroes cuando las guerras terminan?
Para Ringil Ojos de Ángel, la posguerra han sido largos años exiliado, ganándose el pan con el relato de sus hazañas mientras su espada, la legendaria Críacuervos, cuelga olvidada sobre la chimenea.
Para Egar el Matadragones, el triunfal retorno a las estepas como señor de su clan nómada está marcado por la nostalgia que siente por los tiempos felices pasados como mercenario en el civilizado Imperio.
Y en ese mismo Imperio, la mestiza Archeth, dejada atrás por su raza desaparecida, sirve al emperador e intenta en vano mantener en funcionamiento la tecnología abandonada.
Algo empieza a moverse, sin embargo, en su mundo rodeado por un anillo. Ringil es reclamado por su noble familia, que lo había repudiado, para que rescate a una pariente de los traficantes de esclavos. Egar es objeto de conspiraciones, inspiradas por los dioses, para apartarle de la jefatura de su clan. Y Archeth debe investigar el ataque a una guarnición costera del Imperio, realizado con armas que en teoría no deberían existir.
Los caminos de los tres viejos camaradas de guerra volverán a cruzarse, y entonces sabrán por fin si su tierra puede ser realmente apta para los héroes.
Sinopsis:
Al acercarse el centenario del hundimiento del Titanic, varios planes se ponen en marcha para reflotar el pecio y obtener grandes beneficios del colosal espectáculo. De un lado se encuentra el proyecto de la empresa británica Parkinson, respaldado por las ideas del genial inventor Roy Emerson. Del otro, el intento de la corporación japonesa Nippon-Turner, que cuenta con el famoso ingeniero oceanográfico Jason Bradley, experto en rescates marinos.
Ambos proyectos se basan en la perdurable fascinación del Titanic, pero disponen de un tiempo limitado para conseguir su objetivo. Según se aproxima la fecha fatídica, deberán lidiar con todo tipo de imprevistos, pues no importa lo que prevean, el mar siempre les propondrá un desafío inesperado.
Pero la cuestión más acuciante para todos no será si se puede rescatar el Titanic (pues queda sobradamente demostrado que es factible), sino si debe hacerse, y qué sacrificios son aceptables para ello.
Arthur C. Clarke, uno de los grandes maestros de la ciencia-ficción y universalmente conocido como autor de 2001: una odisea del espacio, realiza en esta novela un ejercicio de prospectiva del futuro cercano en el marco de un desafío superlativo que pondrá a prueba el ingenio y la resistencia de sus protagonistas.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.