La editorial granadina arremete este mes de septiembre con varias novedades que se publican por primera vez en papel, caso de la continuación de Jitanjáfora o el inicio de una nueva saga de fantasía épica.
El devastador asedio a Vamurta, la capital de los hombres grises, lo cambiará todo para siempre. La caída de la ciudad se narrará como un suceso épico y descarnado. Vamurta agoniza esquilmada por la barbarie, y sus habitantes emprenden una huida por mar, que los llevará a los lejanos puertos de las colonias. Para muchos de ellos, comienza una epopeya hacia tierras inhóspitas, hacia parajes extraños aún por descubrir.
Serlan de Enroc, el más poderoso de los hombres grises, se convierte en un fugitivo. Pronto deberá enfrentarse a un viaje impredecible. A una vida dura, cincelada por las manos de los dioses y el azar. A una epopeya que mostrará su verdadero rostro, sus dudas, su coraje.
Tres mujeres trazarán el destino de Serlan, y en ellas hallará el amor, los anhelos y las fuerzas perdidas para encontrar su lugar en el mundo. Un mundo donde las luchas por el dominio territorial se recrudecen en una guerra intermitente entre civilizaciones, marcada por la fragilidad de las alianzas.
La leyenda vuelve a ser escrita a golpe de acero y fuego.
La segunda novedad debería estar llegando estos días a las librerías habituales, se titula Dioses Comiendo Moscas, y es una antología que contiene quince relatos escritos por tres autores distintos. La edición es en rústica, tiene unas 185 páginas y cuesta 11 doblones. Disponible el 12 de septiembre. Sinopsis:
Obsesión y fantasía. Apaguen la luz, abandonen el edificio, no permanezcan en los pasillos. Prohibido hablar, No usen las manos si no es para pasar las páginas en presencia de un adulto. Noches de ira y de furia, relatos de hombres confundidos, muertos que se creen vivos y vivos que se saben muertos, de noches claras y amaneceres de color ausente. La vida vista desde muy cerca pasa desapercibida. Sufrir en silencio para disfrutarlo más. En definitiva: No empiece a leer. Siempre hay alguien que resulta herido.
Finalmente, también se publica en papel por vez primera la continuación de Jitanjáfora, de Sergio Parra, con Jitanjáfora (Desencanto), un viaje desiniciático que arremete contra los convencionalismos del género fantástico. La edición es en rústica con solapas, tiene 336 páginas y cuesta unos 17 doblones. Disponible el 12 de septiembre. Sinopsis:
Es hora de madurar: la magia no existe, y se acabó lo de jugar a hechiceros.
El Mal tampoco existe. Y si existe, es indudablemente menos terrorífico que el Bien. Porque todo es siempre más complicado de lo que parece. Incluso el Bien. Todo está lleno de sombras. Sombras de las que surgen arcángeles redentores, duendes adoradores del arte, brujas ninfómanas y monstruos de pesadilla, como los que habitan en una urbanización norteamericana presuntamente idílica. Y, por supuesto, sombras que esconden lo que ocurre de verdad en un gran supermercado: una batalla épica cuyo desenlace podría cambiar el mundo.
Finalizadas las clases en la Escuela de Magia, Conrado, Figueredo y Umami son enviados a su primera misión de campo al lugar más peligroso de la Tierra: Estados Unidos. Objetivo: investigar un proyecto de control memético que podría volver amable y sonriente a todo el mundo. Sin embargo, las cosas no siempre son lo que parecen, y para salir con vida, Conrado deberá alcanzar una temperación totalmente nueva, quizás esa clase de temperación que se parece sospechosamente a la falta de temperación.
La segunda parte de Jitanjáfora (finalista de los premio Ignotus y los Xatafi-Cyberdark 2007) continúa dinamitando las convenciones del género fantástico, huyendo de la ortodoxia formal, moral y subnormal. Demostrándonos que la magia potagia es sólo un pueril juego de manos. Y que, en definitiva, ésta no es una narración apta para todos los públicos, aunque debería serlo.
Jitanjáfora: desencanto constituye un sarcástico tour de force para volver atrás, un gran viaje des-iniciático. Porque así son todos los grandes viajes: te cambian hasta el punto de que nada cambia. Y entonces llega la hora de colgar la túnica, romper la varita y ver la comedia pasar. Exorcismo completado.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.