Los fans de William Hope Hodgson (1877-1918) estamos de enhorabuena porque tras el imprescindible Los Mares Grises Sueñan con mi Muerte (los cuentos completos de terror en el mar del autor), la editorial Valdemar hará llegar a las librerías este mes los nueve cuentos que escribió Hodgson sobre Carnacki, el clásico detective de lo oculto, también cazador de fantasmas. Esos nueve cuentos se titulan como sigue (extraído de la sinopsis):
La Cosa invisible (una daga hechizada cobra vida y ataca sin que nadie la empuñe), La Puerta del Monstruo (una visita al reino de donde provienen los espíritus), La Casa entre los Laureles (un caso de habitación embrujada), La Habitación que Silbaba (una de las más tenebrosas historias de la carrera del detective), El Investigador de la Última Casa (la casa familiar de Carnacki es poseída por extraños sonidos y un agobiante aroma), El Caballo Invisible (quizá la mejor y más terrorífica de la colección), El Encantamiento del Jarvee (unas extrañas fuerzas sobrenaturales se apoderan de un barco), El Hallazgo (sobre el descubrimiento de la segunda copia de un libro único), y El Cerdo (la historia más extensa, espeluznante y perturbadora de la serie).
Carnacki, el cazador de fantasmas se edita dentro de la colección "Gótica", en una edición en tapa dura, 240 páginas por 22 doblones. Pero no acaba ahí la cosa, puesto que también publican una reedición de Mares Tenebrosos, la antología de cuentos de terror en el mar que ya publicaran en la colección "Gótica", solo que esta vez se publica en "El Club Diógenes", pero con el nuevo formato en tapa dura de bolsillo (como puede verse en esta fotoreseña). Aparte del mencionado Hodgson, también se incluyen relatos de autores menos conocidos como John Masefield, James Anley, William Outerson, Frank Norris, Michel Bernanos o Jack Cady. Esta edición en tapa dura tendrá 624 páginas y costará 17 doblones.
Es sin duda un gran mes para el género fantástico con estas dos aportaciones. Y además con el Día del Libro a las puertas.
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.