Reseña de la novela de Paul Kearney (The Heretic Kings), publicada por Alamut en 2010. Prosiguen las diferentes tramas iniciadas en El Viaje de Hawkwood, primera novela de la serie, de obligatoria lectura si queremos comprender en su totalidad las propiedades de 'Los Reyes Heréticos'.
En la primera entrega de "Las Monarquías de Dios" vimos caer la ciudad más importante del continente, la joya occidente, Aekir, a manos de los invasores merduk. También vimos cómo un soldado que sobrevivió en la debacle que siguió a la conquista de dicha ciudad va subiendo en los peldaños del ejército para ir haciéndose poco a poco un nombre. También vimos la quema de herejes en la ciudad de Abrusio, gobernada por el joven rey Abeleyn, y por supuesto, las aspiraciones de la Iglesia, motivadas por el aspirante a pontífice Himmerius. No he podido evitar sentir una enorme tentación a la hora de coger esta segunda parte titulada Los Reyes Heréticos, que tras ese augurante título se esconde una novela de fantasía épica en toda regla, donde los reyes hacen sus movimientos en un mundo que se asemeja a un enorme tablero de ajedrez político, militar y religioso; donde las órdenes fervientemente devotas aspiran a algo más que erradicar la herejía de la faz de la tierra; donde una serie de misterios largamente olvidados (y escondidos) comienzan a salir a la luz para cambiar todo aquello que los hombres conocen. Y digo tentación porque uno de los atractivos principales de la novela es descubrir qué demonios hay en el Continente Occidental, gracias a la expedición de la primera novela, y que por supuesto no os contaré (para eso habrá que leer el libro). Sí diré, en cambio, que mis expectativas han sido ampliamente superadas a ese respecto, y el misterio se desvela en su mayor parte (o eso creemos).
Nos encontramos ante una novela que se lee del tirón, con una estructura bien definida, partida en tres partes, cada una destinada a lo que va, al grano, sin florituras. Puede que el descubrimiento del continente desconocido sea uno de los reclamos básicos del libro, pero que tire la primera piedra aquel que no se ha emocionado con los descubrimientos del joven inceptino Albrec en la ciudad de Charibon, una trama que me ha recordado en cierta forma a la novela de Umberto Eco El Nombre de la Rosa. O quién no ha sentido cierta simpatía por Corfe Cear-Inaf (uno de los personajes mejor desarrollado de las novelas), la pérdida de su esposa en la conquista de Aekir, su ascensión en el ejército, el haber salvado al verdadero pontífice de Las Monarquías de Dios, Macrobius, y que no se le reconozca por ello, tratado como un vulgar soldado que no conoce su lugar en la política ni en el juego de tronos de Torunna tras la defensa clave del Dique de Ormann. Porque una cosa es cierta, la serie de Paul Kearney tiene de todo lo que podemos esperar en una obra de fantasía épica, con el correlativo aliciente de incluir elementos que nos resultan tremendamente familiares y conocidos por las lecciones de historia de toda la vida (quizá ese sea su mayor logro).
En Los Reyes Heréticos, el lector hallará todo lo que espera encontrar en la digna continuación de El Viaje de Hawkwood, algo potenciado porque podemos ver más cosas de ese mundo enorme que nos da la sensación de tener muchos más recovecos por explorar. Además, estamos ante uno de los misterios mejor desarrollados en el género fantástico de los últimos años (y sí, me refiero al descubrimiento del nuevo mundo). La única pega es que Kearney sabe dosificar la información de una manera excelente, dando al que lee un ritmo frenético por pasar páginas y llegar al desenlace de sus momentos favoritos más esperados. El problema es que el autor nos deja con la miel en los labios para una entrega posterior, y esa urgente sensación de lectura voraz debe ser saciada de algún modo. Nos vemos en Las Guerras de Hierro.
Ventajas:
-Numerosas tramas abiertas, imposible aburrirse.
-El saber qué hay en el Continente Occidental.
-El estilo del autor nos incita a seguir leyendo para ir desvelando los diferentes puntos clave de la historia.
-La ambientación que el autor imprime en ciertos temas como el mar, la disposición de campamentos militares, las batallas...
Desventajas:
-Que por escasez de ventas, la serie no ha tenido todo el éxito que merece en España.
-Que no haya sido publicada mucho antes.
-Para leer la continuación, Las Guerras de Hierro, es necesario (por el momento) estar suscrito a la colección.
3 comentarios
¡Bien dicho!
Esperemos que tu reseña sea un nuevo granito de arena que haga rodar a otros que sumen en la carrera de las suscripciones.
Gracias por opinar. ;)
Sí, espero que ese grano de arena aporte algo, y la opinión de la novela es totalmente sincera, sin duda lo merece.
Un saludo.
A ver si el tema de las suscripciones mejora hasta que finalice, que parece que la cosa está difícil.
Yo terminé de leer el primero hoy, y me alegra saber que el segundo está muy bien también. A ver cuándo puedo empezar con él ^^
Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.