En mi opinión personal, se parece mucho al análisis de los cuentos populares que hizo Vladimir Propp hace tantos años, pero expandido y actualizado con fina ironía, humor sutil y bastante sorna. Se nota que la autora tiene mucha experiencia en este tipo de menesteres, pues ha sabido captar la esencia de los libros de fantasía e imprimirle un toque personal, divertido e interesante. Quién mejor para parodiar algo que los que se dedican devotamente a este tipo de letras, más que aparte requiere un montón de documentación y observación durante años. Echad mano de esta guía, pues es un complemento valioso para cualquier aventurero que se adentre en todo mundo de fantasía que se precie, sea VIAJERO u ORGANIZADOR. Con ella sabremos si una persona es buena o mala por el color de sus ojos o por la ropa que viste, sabremos qué tipos de príncipes desaparecidos hay, las distintas variedades de espadas mágicas disponibles, qué hacen las hordas de bárbaros y cómo visten, y lo que es más importante, sobrevivirás. Pero sin ella estás perdido...
BOTAS. Es destacable el hecho de que las botas de FANTASILANDIA rara vez o nunca se gastan y se pueden usar para montar o caminar sin necesidad de CALCETINES. Nunca les entran piedras, tampoco rozan ni aprietan y los clavos no traspasan las suelas hasta el pie. Acostumbran a ser de media caña o altas hasta la rodilla, entran y salen con facilidad y nunca huelen a pies. Desgraciadamente, el modo de confección de este espléndido calzado es un SECRETO muy bien guardado -seguramente proviene de no humanos-.
(Véanse ELFOS, ENANOS y GNOMOS).
CABALLOS. Son de una raza exclusiva de FANTASILANDIA. Pueden galopar a toda velocidad durante todo el día sin descansar. A veces no necesitan comida ni AGUA. Nunca se les caen las herraduras, no te llevan la contraria y no meten las pezuñas en agujeros, excepto cuando la ORGANIZACIÓN lo considera necesario, como, por ejemplo, cuando las fuerzas del SEÑOR OSCURO están sólo a media hora detrás de ti. [...] Pero por algún motivo, no se puede mantener una conversación mientras montas en ellos. Si quieres decirle algo a otro turista (o viceversa), ambos tendréis que parar los caballos y quedaros de cara a un VALLE mientras habláis. [...]
MENTOR. Guía que está a tu servicio hasta la mitad del VIAJE, cuando lo pierdes sin motivo aparente. Antes de eso te aconseja, te enseña las costumbres extranjeras y, a veces, hasta te enseña algo de MAGIA. Tiene varios cientos de años y, en la mayoría de casos, una larga barba blanca. Eso le da derecho a ser mandón, a tener aires de suficiencia, a filosofar sin parar y a ser enojosamente reservado cuando se trata de datos imprescindibles. Te encantará perder de vista al viejo idiota. Por desgracia, aunque lo parezca, no será así. Volverá, más autosuficiente y mandón que nunca, casi al final del VIAJE, justo cuando creas que te las estás arreglando bastante bien.