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Mi espada, mi conjuro.
La puerta. Magia.
La mazmorra. Un troll.
Nos gusta la fantasía

"Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades [...] hubo una edad no sonada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas."

LA

en la tinta

Mi espada, mi conjuro. La puerta, magia, Igni. La mazmorra,
un troll. El mundo. Nos gusta la fantasía.


- La fantasía es la poción mágica de la literatura -

Mi espada, mi conjuro. La puerta, magia, Igni. La mazmorra, un troll. El mundo. Nos gusta la fantasía en todas sus formas.

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Publihechizo

7 de junio de 2017

‘Armada’, reconquistando el honor de los ochenta

La segunda novela de Ernest Cline no tiene la misma complejidad de Ready Player One, pero es una lectura decente si te apasiona el mundo de los videojuegos.



A estas alturas de la película —de la novela, que diga—, imagino que las personas que hayan leído algunos de los libros de Ernest Cline, les hayan gustado o no, habrán descubierto sin demasiadas dificultades el secreto de su éxito. No es la forma que tiene de enhebrar las palabras para hacerlos disfrutar con sus textos, tampoco su habilidad de intercalar las tramas de los personajes para sorprendernos con un final digno de recordar. No, el secreto del éxito de Ernest Cline consiste en escribir desde la pasión sabiendo que lo que teclea en su ordenador tendrá resonancia dentro de sus lectores, aquellos que nos hemos ilusionado alguna vez con algún módulo de Dungeons & Dragons, con los primeros niveles de un MMORPG o hemos notado el corazón latiendo a mil por hora en cualquier encuentro contra otros jugadores en las famosas batallas PvP, también llamadas jugador contra jugador.

Por eso, creo que hay que tener cierta precaución a la hora de acometer Armada si has alucinado de lo lindo con Ready Player One, para mi gusto el mejor de los dos libros que ha escrito hasta ahora. En ningún momento podréis ver nada parecido entre uno y otro —salvo las referencias evidentes a “esas cosas que tanto molaban de los años ochenta”—, ya que las temáticas de las que habla son muy distintas entre sí y la complejidad del argumento de Ready Player One es un encaje de bolillos en comparación con el de Armada. Esto no quiere decir para nada que el libro del que voy a hablar hoy no me haya encantado, que no haya podido dejar de leerlo desde el principio hasta el final o que no haya sido capaz de arrancar la cabeza a todo el que haya osado interrumpir cierta escena chulísima de las que narra Ernest Cline gracias a la habilidad de Zack & Friends con sus Interceptors.

No sé si he comentado en alguna ocasión que siempre me han gustado las películas de ciencia ficción o, ya de mayor, videojuegos como la saga Mass Effect —por poner un ejemplo tan enfermizo como cualquier otro—. De hecho, desde que era un coco y casi no sabía hablar, mientras otros mocos se tiraban todo el día traumatizándose con Dumbo, yo no paraba de ver una película muy especial. Muchísimos años después, cuando me puse a leer Armada, no sé ni cómo, el recuerdo de aquella película volvió a mí con una fuerza tan sobrehumana que decidí investigar su título con los pocos recuerdos que aún me quedaban hasta conseguir hacerme con ella. Como no, hablo de The Last Starfighter o, como se tituló en España, Starfighter: La aventura comienza. La explicación viene a colación porque he tenido un grave problema a la hora de reseñar este libro, ya que pese a que me ha fascinado, no podía quitarme de la cabeza que en realidad el escritor sacó la idea de esta película y que por lo tanto la novela no era del todo original.


Hay que tener cierta precaución a la hora de acometer Armada si has alucinado de lo lindo con Ready Player One.
En la cinta —dirigida por Nick Castle y protagonizada por Lance Guest y Catherine Mary Stewart— se ve al protagonista echando horas a la recreativa del camping de caravanas donde malvive, lo cual le granjea las iras de su madre y su novia. Pronto descubrimos que ser el primero en la lista de puntuaciones puede llamar la atención de gente “más allá de las estrellas” y darte la oportunidad de no tener que convertirte en un simple friki sin futuro pero con gran habilidad para los videojuegos, sino en todo un héroe.

De acuerdo, miento descaradamente si digo que aquí acaban todas las semejanzas con la película, pero es que no me gusta spoilear en las reseñas. Es evidente que Ernest Cline pensó que The Last Starfighter ya debería tener un buen remake, pero que como nadie daba el paso al frente pensó que era buena idea hacerlo pasar por sus manos en vista de las ofertas que, según parece, ya le estuvieron haciendo de cara a llevar al cine Ready Player One. Personalmente, no me parece mala táctica. Pese a que haya personas que puedan considerar The Last Starfighter como una película de culto, doy fe de que no ha envejecido correctamente, así que desde aquí quiero darle las gracias al Sr. Cline por haberla rescatado del olvido.

Una vez dicho esto, creo que cualquiera puede leer Armada, haya jugado o no a cualquier juego en el que tenga que enfrentarse a otros jugadores reales. El lenguaje es sencillo, no hay que estudiar un posgrado para entender las escenas de acción de los cazas —pero y lo divertidas que son las de Michael A. Stackpole y Aaron Allston para Star Wars— y aquellos que no estén familiarizados con la jerga de los videojuegos pueden ver incrementada levemente la dificultad de la lectura, pero creo honestamente que no es algo negativo ya que “el saber no ocupa lugar” y en ningún momento leeremos lenguaje específico sobre aeronáutica como sí pasa en muchas de las novelas de ciencia ficción dura.


Cualquiera puede leer Armada, haya jugado o no a cualquier juego en el que tenga que enfrentarse a otros jugadores reales.
Es fantástica la forma en la que Cline introduce al protagonista, Zack Lightman, al más puro estilo de las películas de los ochenta —creo que si se hiciese una película del libro, debería empezar igualita que Regreso al futuro—. Su trasfondo es bastante típico: un adolescente que perdió a su padre hace tiempo —Xavier Ulysses Lightman—, que no para de jugar online con sus amigos a Armada, que tiene una madre que no para de trabajar para sacar todo adelante, que tiene coche propio y que cursa el último año de instituto, donde se tiene que enfrentar al típico matón algo corto de luces. Este protagonista, a diferencia de la imagen que diversas películas de Hollywood nos han dado sobre los gamers, no es una persona que se achante ante las provocaciones del lerdo de la clase, sino que bien podría tratarse de un joven Capitán Kirk al que no le importa tener que partir los morros de algún que otro desgraciado que se cree con la libertad de humillar a los demás.

La evolución de la trama también me ha parecido correcta, aunque nada sorprendente. Lo más interesante son las localizaciones que incluye Cline en la novela, así como la descripción que hace de los cazas, las defensas tanto espaciales como terrestres, las dársenas de guerra, las formas que tienen de jugar y los variados periféricos que utilizan para ello —algo que me ha recordado bastante a OASIS de Ready Player One—. Explica de forma magistral de qué maneras pueden coexistir dos juegos y cómo distintos amigos pueden jugar como si estuviesen en un ejército real ocupando puestos diferentes: los pilotos juegan a Armada y la infantería a Terra Firma. Otra cosa que me parece digna de mención es que, por una vez, nuestro personaje no está locamente enamorado de ninguna chica despampanante, de esas que tienen que enseñar culo mientras tratan de arreglar una Harley desde la parte frontal del manillar —que vea Transformers quien no haya pillado el guiño—. Si no recuerdo mal, incluso hay una gamer con hijos mayores que juegan con ella a Armada y con la que forman un gran equipo.

Llegados a este punto, me gustaría hacer una mención especial a la excelente traducción de David Tejera. No he tenido en ningún momento que dilucidar qué podía significar tal o cual frase, e incluso plantearme que a lo mejor estaba demasiado cansada como para seguir leyendo porque no conseguía entender correctamente ciertos pasajes. Tampoco he tenido que pelearme con términos sin traducir y tampoco he tenido que tragar errores garrafales sobre el mundo de los videojuegos, ya que es evidente que el traductor se mueve como pez en el agua entre estas terminologías. La traducción me ha permitido pasar como una centella por Armada, todo un descanso con respecto a la edición de Ready Player One, donde tuve que tragarme más de una gambada y donde la historia de Cline era la única capaz de hacerme distraer la mente de tales afrentas a mis ojos mazmorreros.

En definitiva, Armada es una novela entretenida que no va ni mucho menos a descubriros la panacea de la literatura de ciencia ficción. Es una buena forma de descansar entre lecturas más tediosas —eso hice yo— que os puede provocar algo de añoranza por “aquellos maravillosos años” en los que os tirabais media vida jugando con los colegas a los videojuegos. Sinceramente, me esperaba mucho más de este libro viendo el pepinazo que dio Ernest Cline con Ready Player One, pero imagino que el listón se lo puso él mismo en un lugar muy difícil de alcanzar. El secreto para que os guste esta novela es no esperar nada de ella.


CLINE, Ernest; Armada, traducción de David Tejera Expósito; Ediciones B, marzo de 2016, 432 págs; col. Nova; rústica con solapas, 21 €. Armada, 1.

junio 07, 2017y

29 de abril de 2016

Marc Simonetti firma una cubierta exclusiva para 'Aleación de ley'

El artista especializado en fantasía presenta una ilustración que sólo veremos en la edición española de la cuarta entrega de 'Nacidos de la Bruma'.




Los seguidores en la lengua de Cervantes de las novelas del oriundo de Nebraska andan pendientes estos meses de cualquier información relativa a las reediciones de las novelas que forman el ciclo de los Nacidos de la Bruma. Es algo perfectamente normal, ya que aparte de la edición del décimo aniversario de Elantris que recientemente ha llegado a las librerías, todavía falta por reeditar la trilogía original más Aleación de ley (la primera continuación que se ambienta unos trescientos años después en una época estilo western), sin olvidar El aliento de los dioses, todas ellas enclavadas dentro del universo Cosmere.

Nova, el sello especializado en fantasía y ciencia ficción de B, ha enseñado hoy mismo la cubierta que ha hecho el artista Marc Simonetti para Aleación de ley. A Simonetti ya lo conocemos por haber hecho las ilustraciones para las portadas de "Nacidos de la Bruma", la saga sobre Traspié Hidalgo Vatídico de Robin Hobb y algunas cubiertas de Star Wars, entre otras cosas, además de hacer portadas exclusivas de "Canción de hielo y fuego" en Brasil.

Ahora le ha tocado a España tener una cubierta exclusiva suya, y el resultado no puede ser más espectacular y, sobre todo, tétrico, MUY tétrico. Juzgad vosotros mismos en la imagen de cabecera (o pinchar en la imagen a tamaño completo).

La reedición de Aleación de ley está prevista para el 12 de octubre de 2016 y, cuenta, como el resto de reediciones, con el texto revisado y traducción de nuevas entregas por Manuel de los Reyes (los términos del Cosmere están a su vez revisados por Marina Vidal, autora de la cubierta de Alcatraz, y Didac de Prades).

Respecto a la reedición de la trilogía original de los Nacidos de la bruma, también conocemos su fecha de llegada a librerías: El imperio final (21 de septiembre), El pozo de la ascensión (28 de septiembre) y El héroe de las eras (5 de octubre). Estas tres novelas, recordemos, también tendrán cubiertas de Marc Simonetti, como ya comentamos en su momento, las cuales forman juntas un tríptico. AVISO DE ÚLTIMA HORA: nos comunican que el señor calvo gritando de la primera edición El imperio final ha sido avistado en algunas librerías reclamando un porcentaje de los beneficios; si de alguna forma interactuáis con él, llamad a las autoridades correspondientes.




El sello también ha adelantado las fechas para el resto de títulos que faltan por salir del Cosmere más brumoso, fechas que ya sabíamos pero se concretan para alivio de los fans: Shadows of Self estará en las librerías el 19 de octubre (¿Sombras del yo?) , mientras que The Bands of Mourning llegará más tarde, en 2017, todavía sin mes confirmado.

Como no, las ediciones de todos estos volúmenes serán en tapa dura con sobrecubierta y punto de lectura de tela, como viene haciendo el sello en títulos como La patrulla del tiempo, las dos entregas de "El archivo de las tormentas" de Brandon Sanderson o la tetralogía de los cánticos de Hyperion de Dan Simmons.

abril 29, 2016y

26 de febrero de 2016

La serie de Alcatraz contra los bibliotecarios malvados de Sanderson saldrá en castellano


La serie juvenil de Brandon Sanderson ya tiene traductora y empezará a publicarse en castellano entre este año y el siguiente.


Es quizá una de las obras menos populares de Brandon Sanderson por tener un tono marcadamente juvenil y porque todavía no se ha publicado en muchos países (entre ellos España) al contrario que sus otras obras de fantasía para adultos y young adult, pero será uno de los futuros pelotazos que se marcará Ediciones B al estar firmada por Brandon Sanderson, el que es ahora mismo uno de sus autores estrella en lo que al fantástico se refiere.

La serie, protagonizada por un joven llamado Alcatraz Smedry, recibe el día de su cumpleaños una bolsa de arena. Es posible que dicha bolsa tenga propiedades mágicas extraordinarias cuanto menos, si no no hubiera llamado la atención de un grupo de bibliotecarios que intentan robársela, lo cual da pie a una lucha perpetua contra el culto de los malvados bibliotecarios que ha servido para bautizar la serie.

La buena noticia es que el sello juvenil B de Blok publicará entre 2016 y 2017 los cuatro primeros volúmenes de la serie, presumiblemente con las nuevas cubiertas originales, cuyas traducciones correrán a cargo de Pilar Ramírez Tello, responsable de la traducción de Los juegos del hambre y sus continuaciones (RBA), Divergente (RBA), Ciudad Abismo (La Factoría de Ideas) y Guerra Mundial Z (Almuzara), entre otras.


"Alcatraz Versus the Evil Librarians" empezó a publicarse en inglés en el sello Scholastic (la misma que publica los libros de Harry Potter en Estados Unidos) y, como vimos en su momento, la serie ha cambiado de manos y ahora se publica en Starscape, el sello juvenil de Tor; también presenta un nuevo arte de cubierta a cargo de Scott Brundage, como sustituto de las originales de Marc Tauss. Hasta ahora se han publicado cuatro entregas de la serie, a saber: Alcatraz Versus the Evil LibrariansThe Scrivener's BonesThe Knights of Crystallia y The Shattered Lens. La quinta entrega se titula The Dark Talent y se publicará en inglés el 6 de septiembre de este año siguiendo el plan de la dominación literaria del autor.

*La imagen de cabecera es obra de Scott Brundage.

febrero 26, 2016y

17 de febrero de 2016

Blas Malo homenajea a Lope de Vega con una novela de aventuras


El archiconocido dramaturgo del Siglo de Oro español protagoniza un homenaje con el tono propio de la novela histórica de aventuras.


El poeta y dramaturgo madrileño Lope de Vega regresa al panorama literario, y lo hace bajo la forma de una novela de aventuras firmada por Blas Malo que hoy mismo Ediciones B ha hecho llegar a las librerías. El Siglo de Oro es uno de los muchos y posibles escenarios para situar una novela de este género, cuyo ejemplo más reciente e inmediato lo hemos visto en uno de los episodios de la primera temporada de El Ministerio del Tiempo. El Siglo de Oro es, a su vez, innumerable fuente de inspiración y caldo de cultivo para muchas otras historias similares, poblada de posibilidades y que retrata una época definida por profundos cambios culturales.

Pero Lope. La fúria del fénix, que así es como se titula la novela, es más que eso, es un homenaje a una de las figuras más eminentes del Siglo de Oro español, y también un retrato de la etapa más aventurera del dramaturgo plagada de amoríos no exentos de peligros, relaciones tumultuosas, desgracias, éxitos taquilleros en el ámbito teatral y, como no, aventuras militares en la Gran Armada.


Según podemos saber por la sinopsis de Lope. La fúria del fénix, el personaje principal de la narración está empeñado en convertirse en el mejor escritor profesional del siglo XVI en España, pero para eso hay que recorrer un difícil camino lleno de obstáculos entre los que se encuentra el propio Miguel de Cervantes, desde cuya muerte transcurren ahora cuatro siglos.

Lope. La fúria del fénix acaba de aterrizar en las baldas de las librerías y puede encontrarse editada tanto en tapa dura con sobrecubierta (448 páginas y un precio de 20,50 doblones) como en formato digital (este último por 9,99 doblones). La ilustración de cubierta vuelve a ser obra de Alejandro Colucci. Además, podéis leer el primer capítulo de la novela.

ACTUALIZADO: Se confirma que próximamente habrá presentaciones de la novela en ciudades como Sevilla y Granada (el viernes 11 de marzo a las 19:30 en Librería Babel).

Esta es la cuarta novela de Blas Malo, quien ha escrito y publicado (también con Ediciones B) sus otros retoños literarios, a saber: El esclavo de Al-Hamrá, El Mármara en llamas y El señor de Castilla.

febrero 17, 2016y

21 de enero de 2016

Nova reeditará 'La patrulla del tiempo' de Poul Anderson


El sello Nova de Ediciones B se ha propuesto recuperar algunos títulos de fondo de su catálogo, ya lo ha demostrado con la reedición de Hyperion y La caída de Hyperion que hemos visto hace poco. Próximamente llegará a las librerías la segunda parte de la tetralogía de Dan Simmons, sendos títulos llamados Endymion y El ascenso de Endymion (hablamos de febrero, a la vuelta de la esquina), pero a partir de ahí también llegará a las librerías La patrulla del tiempo de Poul Anderson (1926-2001), todo un clásico de la ciencia ficción que se publica en una nueva y completa edición que tendrá 736 páginas y un precio de 23 doblones.

ACTUALIZADO: La editorial tiene intención de publicar entre seis y doce reediciones de distintos autores este mismo año, según informa Fantífica.

Anderson, entre cuyos trabajos figuran La espada rota (Alianza Editorial, colección Runas), La nave de un millón de años (Nova) o El pueblo del aire (Brugera), es un prolífico autor de numerosas obras históricas, de ciencia ficción y fantasía, además de ser el escritor de ciencia ficción que más veces se ha llevado a casa el premio Hugo. No es de extrañar, sin embargo, que Nova quiera tener de nuevo en su catálogo La patrulla del tiempo, una antología de relatos que versan sobre la historia a través de los ojos del patrullero del tiempo llamado Manse Everard, quien protege el flujo de la historia de las alteraciones que puedan surgir, viajando hasta época como la antigua Roma, el punto álgido del imperio persa o la época de los vikingos.

La patrulla del tiempo se publicó por primera vez en la colección Nova en el año 2001 (reeditado tres años más tarde en Punto de Lectura), pero aquella edición no contenía todos los relatos escritos por Poul Anderson sobre el patrullero Everard.


Próximamente conoceremos más detalles sobre la edición, pero la nueva edición, aparte de tener una nueva cubierta, llegará a las librerías el 30 de marzo e incluirá los once relatos originales de "Time Patrol" publicados a lo largo de cuatro décadas, frente a los nueve de la primera edición, a saber: "Patrulla del Tiempo" (1955), "El valor de un rey" (1959), "Las cascadas de Gibraltar" (1975), "La única partida en esta ciudad" (1960), "Delenda Est" (1955), "Marfil y monas y pavos reales" (1983), "El pesar de Odín el Godo" (1983), "Estrella del mar" (1991) y "El año del Rescate" (1988), "Time Patrol" (1990) y "Death and the Knight" (1995).

La ilustración de cubierta es obra del artista James Gurney, cuya ilustración se utilizó en primer lugar en la novela de Edward Llewellyn Salvage and Destroy (DAW, 1984).

enero 21, 2016y

15 de diciembre de 2015

'Palabras radiantes', Brandon Sanderson y su don para crear historias


Cuando se tiene entre las manos un libro como Palabras radiantes, con sus más de mil doscientas páginas, es muy complicado encontrar la objetividad necesaria para poder hablar de él tal y como una reseña requiere. Para empezar, el hecho de que la lectura haya sido por lo general bastante ágil que digerir ha ayudado a que esta servidora pudiera meterse de cabeza en la historia. Para seguir, es evidente que volver a comenzar otra macrosaga como "La Rueda del Tiempo" es algo que ha exigido depositar una confianza ciega en el autor, aunque tenga que rezar habitualmente a mi ristra de dioses para que no se acerque al lado oscuro y termine incluyendo tediosas descripciones de mujeres enfadadas tirándose de las faldas con gesto indignado.

RELACIONADO: 5 razones para leer 'El archivo de las tormentas' de Brandon Sanderson

Habiendo superado esos miedos iniciales, voy a intentar ofrecer una imagen completa de lo que me ha parecido Palabras radiantes, de forma que sirva tanto a los que aún no se lo han leído como para que los que ya lo habéis hecho me digáis si estáis o no de acuerdo conmigo en estas apreciaciones. Faltaría más, todo esto va sin spoilers.

Lo mejor


1. Los personajes

Para el que está acostumbrado a leer fantasía desde los once años es una ardua tarea, por no decir una labor imposible, encontrar personajes que sean capaces de tocarte la fibra, que puedan ponerse a la misma altura que aquellos que te hicieron amar el género en tus tiernos inicios. En muchas obras de nueva publicación, se suele encontrar a personajes que parecen pasar por la historia sin pena ni gloria, de forma que si les sucede algo, el lector no consigue empatizar con ellos y por lo tanto trata su desaparición en la historia como cuando leemos sobre la muerte de un personaje secundario o de algún que otro "extra" que tenga la mala suerte de cruzar por esa escena en el momento más inoportuno.


En el caso de Sanderson, tanto con la familia Kholin, ya sea con Dalinar, Adolin, Jasnah o la misma Navani, como con la pelirroja Shallan Davar, he conseguido armonizar mi empatía de una forma muy especial. No diré que los siento como si fuesen de mi familia —os sentimientos volcados en una lectura tienen un límite—, pero sí que los siento como personas muy cercanas. Sus personalidades tan dispares, pero a la vez tan parecidas, hacen que pese a no saber lo que puede suceder, no nos sorprendan las decisiones que toman estos personajes. Lejos de parecer predecible, digamos que sería algo similar a lo que se siente cuando las piezas de un puzle encajan con gran facilidad.

"En un libro, al igual que en una obra de arte, lo que busco son sensaciones y emociones"
Por otro lado tenemos a Kaladin y Syl, junto con todo el grupo de hombres del Puente cuatro. En este caso, pese a encajar inicialmente en su periodo de esclavo, este personaje y su pequeño spren no llegan a ofrecerme esa sensación de cohesión, de "pertenencia" a la trama en la que se suele encontrar a Kaladin. Se le ve incómodo en todas las situaciones, salvo cuando empieza a sentir lástima de sí mismo y vuelve a convertirse de forma tozuda en una especie de animal enjaulado. Puede que mi forma de ser choque directamente con ese tipo de actitudes, pero el caso es que creo que por el momento la trama de Kaladin no ha despegado y por lo tanto siento como si el personaje llevase encima una prenda demasiado grande, o pequeña, para su talla. Esto no hace más que darle interés a la narración, ya que consigue de mi una determinada reacción: incomodidad. En un libro, al igual que en una obra de arte, lo que busco son sensaciones y emociones. Para mi gusto, es una de las mejores tramas y que espero no se convierta en algo predecible en lo que a "romances" se refiere. No podría soportar la aparición del típico triángulo romántico al estilo Arturo, Lancelot y Ginebra o al de Stephanie Meyer.

Y como no podía ser de otra forma, la recurrente aparición de Sagaz casi al final del libro nos llama la atención sobre algo que en El camino de los reyes nos pasó completamente desapercibido. Nos recuerda que es un bufón, un juglar o bien un bardo con dotes de espía; pero a la vez nos deja claro que su trama no será algo que descubramos en un futuro cercano. Es el personaje que nos promete intriga, suspense, expectación, por si a medida que hemos ido descubriendo detalles sobre los Caballeros Radiantes y sus poderes especiales, nuestro interés se ha dispersado demasiado. Es esa piedra molesta que llevas en el zapato todo el día y que por más que intentas quitarte siempre vuelve a aparecer mágicamente. Sagaz es otro de los personajes que se está ganando completamente mi atención.

2. Las descripciones

Qué queréis que os diga, puede que sea de "la vieja escuela", y que disfrute más de una descripción que un perro con su hueso. El caso es que la forma de describir que tiene Sanderson puede satisfacer a cualquiera de los lectores en cuyas manos caiga su libro. No tiene parrafadas interminables en medio de escenas de acción que puedan llevarte a desconectar y a tener que reajustar tu televisor mental para seguir tras la pausa publicitaria. Todo lo hace todo de forma hilvanada, le gusta describir sin que parezca que lo está haciendo. De ese modo, los que gustamos de los mundos bien detallados estamos encantados con su prosa, y los que buscan algo ligero y rápido, también lo encuentran.


De acuerdo, en Palabras radiantes no se ha dedicado a describir ciudades como en el primero —más que nada porque casi toda la acción transcurre en las "divertidísimas" y "frondosas" Llanuras Quebradas—. Pese a ello, se puede ver cómo domina perfectamente el lenguaje para describirnos los distintos entramados de los campamentos de guerra que dirige cada Alto príncipe. En su trazado descubrimos, como si fuese un juego de mesa, quién está más interesado en la batalla por el puro placer de matar o de conseguir fama y riquezas, el que da prioridad a la prosperidad de su casa sobre la política, los que están acostumbrados a marchar a la batalla mostrando un orden milimétrico y extremadamente marcial y quien considera que todos esos campamentos no son más que una acción desesperada del pueblo alezi para hacer justicia al llamado "Pacto de Venganza" (y que no especificaré aquí por si hay alguien que no ha leído El camino de los reyes).

"Si no hay magia no hay fantasía"
La cuestión es que parece que Sanderson haya rebuscado en el baúl de los libros de novela histórica para mostrarnos cómo era una corte en movimiento y todo el ajetreo que traía consigo una guerra de desgaste como la que tienen los alezi y los parshendi.

Otra de las cosas que me han encantado son las descripciones que hace de las armaduras y las espadas esquirladas, que junto con las ilustraciones que plagan el libro, permiten al lector tener una idea perfecta sobre lo que el escritor quería transmitir. El hecho de que haya mucha información e historia en las espadas esquirladas que los alezi y los parshendi desconocen, pero que a nosotros como lectores ya nos han dejado entrever, permite que la trama se complique de una forma realmente perturbadora y estimulante. Es como si el escritor te hiciese partícipe de algún secreto que solo él y tu conocéis y que va a ir desvelándose a medida que avanza la historia. De hecho, si me paro a pensar en esa trama de fondo que tienen todas las historias, puedo ver que esas espadas de descripciones tan concretas siempre están presentes y que su aparición —o desaparición— influye de forma importante a la trama.

3. El argumento

Lo siento si en este punto no soy especialmente objetiva, pero os aconsejo que leáis el preludio, el prólogo y el primer capítulo de El camino de los reyes. Si a lo largo de esas páginas no habéis sabido deducir la razón por la cual este apartado está incluido en la sección de lo mejor es porque probablemente no os gustará la forma de escribir del autor, porque estaréis saturados de lecturas o porque directamente no lo habréis leído con atención.


Esta saga promete ser una de las que pasarán a formar parte de los grandes clásicos del género de aquí a unos cuantos años por una buena razón, y es que Sanderson siempre suele sorprender, siguiendo la buena costumbre que están tomando escritores como George R. R. Martin y Joe Abercrombie. Con ninguno de estos tres escritores te puedes arriesgar a formular conjeturas, ya que parecen estar dentro de tu mente y tener el don de cambiar la historia a medida que lees para que jamás te pudieras haber llegado a imaginar lo que termina por suceder. No son de ese tipo de escritores tramposos que recurren al manido deus ex machina para darle la vuelta a la tortilla de forma chapucera insultando la inteligencia del lector. Saben qué teclas apretar para que tu mente tome unos derroteros que terminan por perderte, más que encontrarte, por el camino que sigue la historia. Al final, entre las conspiraciones que toman la delantera en tu mente, y la forma retorcida que tienen estos escritores de idear sus guiones, te encuentras sin saber muy bien como al final del libro, preguntándote si no tendrían razón aquellos psicólogos de tu colegio cuando en tu test de inteligencia las estrellas se quedaron en el apartado de "más tonto que un botijo".

Este apartado da mucho que hablar, y como no podría ser de otra forma, también este apartado lo encontraréis en lo peor, un poco más abajo y con sus consiguientes explicaciones.

4. Poderes especiales y magia

Si no hay magia no hay fantasía, y si la hay, aunque solo sea de forma mínima y sutil, para mi gusto sí que se puede considerar parte del género. De acuerdo, será fantasía muy light y descafeinada, pero fantasía igualmente. Nunca me ha gustado catalogar las cosas de forma estricta, ya que como todo en la vida, hay variedades de grises que son las que nos ofrecen las tonalidades y las texturas que le dan riqueza al día a día, al igual que sucede con la lectura. Por eso creo que la forma que tiene Sanderson de indicarnos las variedades de magia o de poderes especiales que hay en el Cosmere es de una calidad digna de mención. Unos ingieren metales o se los clavan en la piel, como sucede en "Nacidos de la bruma", otros utilizan el espectro de luz o diversas runas que se alimentan de la magia de la tierra para poder catalizar ese poder, como pasa en Elantris. En "El archivo de las tormentas" veremos que hay quienes poseen habilidades especiales a través de algo que ya vimos algunos veteranos en los libros de "La espada de Joram" de Weis y Hickman: un catalizador.


En dicha trilogía —lo siento, me niego a aceptar la existencia de un cuarto volumen—, los magos de Merrilon utilizaban a los llamados "catalistas" para poder extraer magia y así dedicarse a sus quehaceres. En "El archivo de las tormentas" sucede lo mismo gracias a los spren, una especie de espíritus de diversos tipos: los hay que hacen crecer la maleza, los que detectan patrones en el mundo que les rodea, o los que permiten a su protegido poder surcar los vientos como si tuviesen alas, al más puro estilo de los lanzamonedas de "Nacidos de la bruma".

Las consecuencias de utilizar este tipo de fuentes de poder tendremos que ir viéndolas a lo largo de los diez libros que nos aguardan —y que espero que sigan saliendo en España hasta el final—. Por el momento únicamente se nos han presentado algunas de las maravillas que pueden realizar sus usuarios y parece ser que se les considera poco menos que divinos. Es una forma fantástica de empezar a encauzar el tercer libro hacia otra trama que profundize algo más en el tema.

Lo peor


1. Las tramas y el ritmo

Nunca me he considerado una devota seguidora de ningún escritor. Hay quien tiene ese ánimo fetichista de conseguir fotografías y firmas que les llevan al extremo de no poder criticar con objetividad el trabajo de ese personaje al que han terminado por idolatrar. Por suerte aún no me he encontrado en esta situación, siempre agradezco una firma y una foto, pero jamás lloraría por conseguir una ni tampoco llegaría hasta el acoso para robar una instantánea. Por esa razón, cuando valoro cualquier lectura que hago, me olvido de quién es el escritor. Me da igual si lo conozco de haberme tomado unas cañas, si lo he visto por la televisión y todo el mundo lo vanagloria o si ni siquiera he visto una foto suya. El hecho es que el tiempo que invierto en una lectura tiene que compensarme. Debe de ser lo suficientemente satisfactoria como para llegar a merecer una reseña, y además tiene que haber conseguido motivarme lo suficiente para dejar otras lecturas apartadas para dedicarle tiempo a ese libro en cuestión. Dicho esto, no tengo más que asumir lo que muchos ya sabíamos y algo a lo que muchos deberán acostumbrarse: Brandon Sanderson NO es perfecto.


Llegados a este punto, antes de que alguien decida borrar esta página de sus marcadores favoritos y no volver a entrar jamás, dejadme que os reconozca algo importante: sí, es cierto, hizo maravillas mil con las tramas de "La Rueda del Tiempo" y, sí, le dio a Perrin y a Mat una dignidad que a determinada altura de la serie era algo difícil de plantearse siquiera, pero eso no quiere decir que llevar tantos proyectos al mismo tiempo no le compliquen la vida y hagan que se resienta su trabajo.

"Podría haber prescindido sin demasiados problemas de al menos doscientas o casi trescientas páginas"
En el caso de las tramas y el ritmo de Palabras radiantes, me he dado cuenta de que las historias que se salen de la línea argumental principal parecen estrellas distantes perdidas casi a punto de desvanecerse, porque en realidad la atención tanto del escritor como del lector se paran brevemente en ellas. Tenemos el caso de Rysn,Talik y los Tai-na, una comerciante que es capaz de descubrirnos una región realmente impresionante y que a muchos les recordará a los viajes de Atreyu para ver a la vieja Morla en La historia interminable. Es una trama de un capítulo que surge hacia la mitad de esta segunda entrega y a la que se come con patatas la trama principal de Kaladin, Shallan y Dalinar.

Otro ejemplo lo tennemos en Lift, Wyndle y Gawx, quienes se enfrentan a aquel que parece ir exterminando a todos aquellos con capacidad para utilizar "poderes especiales" a raíz de ciertos spren. Pese a que sea un capítulo rápido y variado, pudiendo haberse extendido un poco más a lo largo de estas más de mil doscientas páginas, también termina por sucumbir ante el peso de la historia de Syl, Patrón, Amaram y Sadeas. Eso sumado a los interminables capítulos de Shallan tras su viaje en barco con Jasnah Kholin, convierten el libro en una novela con "sobrepeso". Podría haber prescindido sin demasiados problemas de al menos doscientas o casi trescientas páginas, ya que esas tramas que he mencionado bien podrían haber aparecido en la siguiente entrega. Por el momento no aportan nada a la historia y me parece una forma de echar el freno de mano a una narración que pese a ser ágil no va precisamente en volandas.

2. El enemigo indefinido

Sabemos que los alezi luchan contra los parshendi, sabemos las causas que han motivado la guerra y también sabemos que cada bando tiene unas estrategias muy concretas para conseguir las gemas corazón de las llanuras, lo cual se supone que favorece la obtención de recursos para los ejércitos que las consiguen. A lo largo de Palabras radiantes podremos leer algunos capítulos que tratan sobre la sociedad parshendi, sus tradiciones y su visión de la guerra. Veremos cómo ellos también tienen eruditos que se hacen preguntas acerca del mundo que les rodea y cómo interpretan ellos las señales de sus dioses al igual que hace el pueblo alezi de cara a batallas futuras o a posibles conversaciones de paz. En medio de todo este conflicto, el asesino de blanco, Szeth, se dedica a boicotear sin saberlo los planes de los dos contendientes. Esto puede llevar al lector a confusión, ya que no sabemos exactamente quién es el villano. Inicialmente al menos, hasta que Eshonai, última portadora de esquirlada de los parshendi y su hermana erudita Venli, den un paso adelante.


Particularmente creo que esta maniobra está un tanto fuera de contexto. Como si los acontecimientos se hubiesen sucedido demasiado deprisa como para poder entender de forma correcta lo que ha podido llevar a cambiar de opinión a Eshonai. La situación de emergencia que vive su pueblo junto con las investigaciones de Khalan y Jasnah terminan por revelar parte de una verdad que no veremos al menos hasta que se publique el tercer volumen de la saga. Quizás Sanderson intente abarcar demasiado, pero si esa era su intención, para mi gusto habrían hecho falta más capítulos en los que como lectores pudiésemos conocer a los parshendi. Más que nada porque en este tipo de sagas largas ya sabemos lo que sucede con las tramas que se dejan apartadas "un momento" para volver a recoger el testigo más adelante. Terminan por perderse en la riada de subtramas y forman un quiste narrativo que solo traerán quebraderos de cabeza al escritor en un futuro, por mucho Sanderson que sea.

3. Le falta oscuridad

Los que habéis leído El camino de los reyes sabéis perfectamente lo que está sucediendo en la ciudad de Kharbranth y el papel que Taravangian, rey de Jak Keved, tiene en esta trama. Me pareció un contrapunto realmente interesante ante la fortaleza de Jasnah y su aprendiza. La trama de Kaladin en el primer libro también es muy especial, e incluso algunos de los pensamientos de Khallan la marcan como un personaje al que seguir la pista en las novelas siguientes. Sin embargo, en Palabras radiantes no he visto prácticamente trazos de "oscuridad" en el aire. No consigo que la inquietud que sienten todos los personajes ante una inminente fatalidad —otra de las cosas que no quiero revelar y en lo que no voy a incidir más— se asiente dentro de mi cabeza. Directamente no me lo creo. Esa urgencia, esa desazón no la siento como algo mío y por lo tanto el autor no consigue hacerme partícipe de esa sensación ominosa que se supone debería sentir. Si, ocurren cosas muy malas y para las cuales no tenemos respuesta todavía, pero creo que no consiguen tapar esa luz que plaga el libro. La mayoría de las situaciones que se viven a lo largo de sus mil y pico páginas no son de desenfreno, terror y urgencia, son de planificación, adecuación y adiestramiento. Son un interludio hacia algo más interesante, lo cual creo que le quita misterio a toda la historia.



Posiblemente la solución estaría en ver a Dalinar convertido otra vez en Espina Negra, bebido hasta las cejas y retando en duelo a todos los que se han reído de él o de su familia en alguna ocasión, a Kaladin cobrándose su justa venganza, y a Shallan recordando lo que sucedió hace años en su hogar con su madre. Aunque debo reconocer que quizás sería demasiado hardcore. Es mejor que las emociones vengan en pequeñas dosis para que podamos disfrutarlas durante los siguientes ocho libros. ¿Creéis que le pasará como a muchos autores y terminará haciendo más de los previstos? Yo creo que no sabrá como terminar la saga y al final saldrán por lo menos doce libros, así a ojo de buen cubero. ¿Alguien quiere hacer una porra?

Conclusión

En definitiva, Palabras radiantes es una novela realmente interesante, digna de ocupar ese espacio que tenéis disponible en vuestra estantería y de la que ya tenéis pensado ir quitando otros libros para dejar espacio para el resto de volúmenes de "El archivo de las tormentas". Tomad mi opinión simplemente como una sugerencia y dadle una oportunidad a este buen escritor de Nebraska, estoy convencida de que muchos os alegraréis. Y, ¿quién sabe?, es posible que en el tercer libro Sanderson consiga tirar por tierra mis malas notas y solucione todo sobre lo que me he quejado.

NOTA: Todas las imágenes de este artículo son propiedad de Michael Whelan y Tor, salvo Brandon Sanderson, que se pertenece a sí mismo.

diciembre 15, 2015y

24 de julio de 2015

5 razones para leer 'El archivo de las tormentas' de Brandon Sanderson

La saga de fantasía épica del autor de Nebraska se convertirá dentro de unos años en todo un clásico de la fantasía épica. Y si todavía tenéis dudas, allá van unas buenas razones de ello.




Es muy difícil encontrar hoy día a un lector de fantasía que no conozca a Brandon Sanderson. Este más que prolífico escritor de Nebraska ha dado punto final a la longeva saga "La Rueda del Tiempo" de Robert Jordan, ha creado la saga de "Nacidos de la Bruma", ha escrito una trilogía juvenil basada en un nuevo tipo de superhéroe —los Reckoners— y, lo más importante de todo, ha comenzado a recorrer un camino que le hará entrar en la historia de los más famosos escritores de fantasía gracias a su saga "El archivo de las tormentas".

Hace poco que se ha publicado Palabras radiantes, segundo volumen de la saga, donde podremos volver a reencontrarnos con Kaladin, Dalinar, Jasnah, con caballeros portadores de armaduras y espadas Esquirladas, y con el asesino Szeth. Aprovechando la ocasión me gustaría daros una serie de razones por las que deberíais leer "El archivo de las tormentas" de Sanderson y experimentar un mundo muy imaginativo que encandilará a todo aficionado a la buena fantasía.

1/ Mucha, mucha magia

Todos los que leemos fantasía desde nuestra más tierna infancia tenemos claro que la magia debe ser un elemento imprescindible en una buena historia de fantasía. La hemos visto de un tipo menos refinado en novelas de franquicias como "Dragonlance" o "Reinos Olvidados", donde los magos pueden hacer levitar barcos, provocar derrumbamientos, alzar elementales, invocar al rayo o lanzar bolas de fuego. Los que tuvimos el placer de leer "El ciclo de la Puerta de la Muerte" de Margaret Weis y Tracy Hickman también descubrimos que la magia se podía escribir en el aire gracias a las runas de los patryn, algo que hemos visto hacer de forma similar en Elantris.


Sin embargo, hasta ahora no habíamos visto cómo ese tipo de magia se podía aplicar a la consunción de metales como sucede con la alomancia mencionada en "Nacidos de la bruma, a los colores como en El aliento de los dioses, o al poder que desprenden las piedras cargadas de la energía de las tormentas, como vemos tanto en El camino de los reyes como en Palabras radiantes.

A los veteranos nos recuerda a lo que ya sucedía en "El señor del tiempo" de Louise Cooper, donde los warps —tormentas gigantescas— solían traer consecuencias inesperadas para los habitantes de la Península de la Estrella y que terminaban afectando de una forma muy especial a Tarod, el protagonista.


El caso es que en "El archivo de las tormentas" la magia no solo se centra en las gemas, sino que parece ser que hay ciertas personas, como es el caso de Jasnah, que tienen una capacidad innata para canalizar ciertas habilidades especiales sin depender directamente de las gemas. Un misterio que por el momento no hemos terminado de esclarecer. 

2/ Un mundo diferente

Los que llevamos más de veinte años leyendo fantasía nos suele aburrir el hecho de que el mundo donde se ambiente la historia sea "como los de siempre". Muchos escritores no comprenden que debe haber un equilibrio a la hora de crear ese mapa en el que se basará la narración. En un lado de la balanza está la inspiración que han obtenido gracias a su contacto con otros títulos del género, y en el otro su propia creación. Esto es lo que domina Sanderson a la perfección. Roshar, el mundo de "El archivo de las tormentas", es una mezcla de otros muchos y donde podremos distinguir el nuestro y otros tantos que han hecho historia en la literatura fantástica. Sin embargo, ha conseguido otra vez dar esa vuelta de tuerca para que te sorprendas a ti mismo pensando que Roshar tiene toda la pinta de ser único.


Sí, tiene montañas, lagos, ríos, llanuras, costas y ciudades, pero su continente está presentado —a diferencia de muchos otros— en lo que parece ser un trozo de ladrillo o de mosaico, con forma ovalada, no se extiende hacia todas partes y no tiene unas medidas concretas, sino más bien achatadas. Los lagos de Roshar no siempre terminan en el mar, sino que en ocasiones desaparecen junto con los océanos para crear lugares tan misteriosos y aterradores como las Llanuras Quebradas. Sus costas son la antesala para poder descubrir lugares que aparentemente no tienen una mayor importancia, hasta que sus personajes te explican cómo es el trazado de tal o cual ciudad, y te encuentras de nuevo sorprendido ante la audacia de Sanderson, siempre con el don de esconder las respuestas poniéndolas a la vista.


De cara al mundo en el que habitan los protagonistas, es cierto que no encontraremos al típico elfo, enano o troll vagando por el mundo. Sí, hay criaturas monstruosas que viven en los rincones más inhóspitos, pero el autor ha decidido acudir a nuestros recuerdos más actuales. La diversidad de Roshar no se mide por sus razas, sino por sus orígenes. Los únicos que pueden ser una excepción son los parshendi, a los que no se les considera humanos. La fauna y flora de Roshar tiene también un tono distinto: los que habéis jugado a los videojuegos de la saga Myst podréis ver cosas que se parecen en un diez o un veinte por ciento, como por ejemplo esa especie de bulbos que viven en el desierto y que se abren cuando llueve, o esos animales tan especiales que, al igual que los delfines, persiguen a los barcos por alta mar.

3/ Novelas... con dibujos

Para poder ofrecer a los lectores una mayor visibilidad de los trazados de las ciudades, fauna y flora que habita Roshar, Sanderson se ha planteado cada libro de "El archivo de las tormentas" como una oportunidad para invitar a colaborar a distintos ilustradores. Dibujados a carboncillo y con todo lujo de detalles como si fuese el cuaderno de Shallan Davar, tenemos la opción de aclararnos las ideas cuando no conseguimos imaginar adecuadamente algunos de los seres vivos que describe el autor.


De esta forma vamos a poder tener también una idea mucho más exacta de la forma de las armaduras y las espadas Esquirladas, de las gemas que obtienen su poder de las tormentas, de cómo son las zonas más agrestes de Roshar —como las mencionadas Llanuras Quebradas—, de cómo es uno de los puentes que tenían que llevar a hombros los compañeros de Kaladin, de la forma que tienen los brazaletes de la familia de Shallan y Jasnah, o de cómo son las vidrieras de la ciudad de Karbranth, entre otras muchas cosas.

Puede que os parezca una tontería, pero siguen existiendo personas que se niegan a leer un libro sin dibujos, por lo que las mil y pico páginas de cada volumen son muy recomendables para convencer a algunos reticentes a adentrarse en este mundo mágico.

4/ Un trasfondo mitológico realmente imponente

No sé vosotros, pero cuando leí la introducción de El camino de los reyes me imaginé a aquellos antiguos caballeros alados como arcángeles que en cierta forma representaban a los jinetes del Apocalipsis. Personajes parecidos a los que hemos visto videojuegos como las dos partes de Darksiders, donde tanto Guerra como Muerte tienen que luchar por salvar a sus hermanos y a la humanidad de los demonios y del olvido. Ese momento en el que el último caballero deja caer sus Esquirladas, como una forma de explicarnos que en un futuro tendrán que volver a por ellas, es lo que le da a "El archivo de las tormentas" una base enorme sobre la que asentar la historia.


Ese tipo de comienzos es de los que se tienen siempre presentes en el imaginario popular, y que muchos de los que querrán lanzarse a la aventura de la escritura desearán emular. Ser capaz de relacionar la mitología griega con la nórdica, y con las leyendas contadas en la tradición cristiana, consigue hacer de "El archivo de las tormentas" algo que se debe tener si o sí en la estantería si se quiere afirmar con rotundidad ser un lector asiduo de fantasía épica.
 
5/ Serás testigo de una saga que hará historia

No será la primera vez que hayáis oído a algún conocido vuestro decir algo como "yo empecé a leer La rueda del tiempo cuando tenía once años y la he acabado con treinta". Hablamos de toda una vida dedicada a una saga que se ha ganado con creces el derecho a ser considerada como un gran clásico de la fantasía. Podéis imaginar mi alegría cuando me enteré de que Sanderson, a la muerte de Robert Jordan, había accedido a darle fin.


Por tanto, esta ocasión es una oportunidad única e irrepetible de entrar a formar parte de un nuevo capítulo dentro de la historia de la fantasía épica. Da igual si la saga no consigue ser especialmente satisfactoria, el simple hecho de que el escritor haya dicho desde ya que "El archivo de las tormentas" es el proyecto literario de su vida es algo que nos debe de servir de aliciente para lanzarnos a vivir la aventura de la mano de Sanderson. Porque llegará un momento en el que podremos decir con orgullo: "Yo empecé a leer El archivo de las tormentas desde que se empezó a publicar y ahora mismo tengo en mis manos el último volumen, y no puedo esperar para conocer el final."


Esperemos que los hados en este caso se pongan de nuestra parte y que la editorial encargada de publicar esta serie decida seguir haciéndolo durante muchos años para que podamos ver el final en español.

¿De verdad no queréis ser partícipes de esto? Yo ya he leído el segundo, y es una gozada.

julio 24, 2015y

19 de junio de 2015

Reseña: 'Los hijos del caballo' de Ana B. Nieto, regreso a la Irlanda celta


Hay muchos libros con los que podemos vivir todo tipo de aventuras a lo largo de nuestra vida. Unos se dedican a distraernos, otros a enseñarnos, pero también están aquellos que, por la forma en la que están escritos, parecen ser parte de algo muy nuestro, casi como si los acontecimientos que se narran en él nos hubiesen sucedido a nosotros. Es posible que este tipo de sensaciones responda directamente al hecho de que la novela no esté narrada de forma petulante y jactanciosa. La naturalidad, llevada al papel en este caso, es el porqué.

El amor por los sueños truncados es algo que está presente en ambas novelas
Como ya dije en la reseña de La huella blanca —novela que pese a considerarse autoconclusiva es la primera parte de la "Trilogía niño robado"—, la escritora Ana B. Nieto ha conseguido algo que únicamente Juliet Marilier había conseguido: apasionarme. Es raro que decida leer una historia principalmente dramática, donde el amor tenga un papel tan trascendente. No me gusta ese género, ni en libros ni en películas, pero puedo decir que en este caso ha sido algo muy distinto. No quiero confundiros, tanto La huella blanca como Los hijos del caballo son románticas. El primero nos muestra las consecuencias del amor adolescente, explosivo, hacia un pueblo desaparecido, hacia un padre que nunca supo muy bien cómo cumplir esa función que le vino dada como progenitor y ese que desborda a un joven locamente enamorado de la chica junto a la que ha crecido. El segundo también tiene su propia historia de ese amor tan poderoso que tienen los padres por sus hijos, el que emana de esos mismos hijos a la hora de querer vivir sus propias vidas y así cumplir con sus soñados destinos, y el que conservan aquellos que vivieron hace muchos años y que sufrieron siguiendo la estela de la Huella Blanca y Ciarán pero que quizás se tengan que plantear las cosas desde una nueva perspectiva. En general, el amor por los sueños truncados es algo que está presente en ambas novelas.

De todas maneras, y para aquellos que empiecen a poner "caras tontas" con todas estas "cursiladas", diré que la "Trilogía niño robado" también va de guerras y traiciones, de piratas y saqueos, de esclavitud y libertad, de creencias antiguas y nuevas. Ante todo, Ana B. Nieto nos ha querido acercar partes de una historia prácticamente convertida en leyenda, como son las narradas en las sagas irlandesas. La autora ha viajado hasta la lejana Éire para sumergirse en interminables tomos de historia, cogiendo un poco de aquí y otro poco de allá para lograr contarnos cosas asombrosas.


Si os estáis preguntando por qué no os digo de qué va Los hijos del caballo es porque quizás no habéis entendido que ya os lo he contado. Es un libro para degustar, no para engullir, con una escritura sencilla pero rica, y os puedo asegurar que no os arrepentiréis de llevarlo con vosotros a vuestro hogar. Es perfecto para leer en cualquier sitio, aunque personalmente creo que un parque rodeado de verde, en un día que augura lluvia, puede ser el ideal.

Ahora a lo que espero con ansia es a la publicación de la tercera y última novela de la trilogía, donde según me dijo la autora por redes sociales, uno de los personajes más desagradables de esta historia, Corótico, tendrá por lo visto un papel fundamental en el devenir de la narración. ¿Qué pasará con Niam? ¿Nos contará la autora qué será de Aife? ¿Y qué le sucederá a Diarmait tras la última batalla? Jugosos interrogantes que han conseguido poner Los hijos del caballo en uno de los puestos preeminentes de mi biblioteca, como ya sucedió con La huella blanca. Reconozco que tras leer algunos libros que hablan sobre la historia antigua irlandesa tenía ganas de ir a visitar más a fondo el país —cuando estuve vi muy poquito y estuve aún menos—, pero tras terminar esta segunda novela debo confesar que anhelo volver, y abiertamente digo que me encantaría hacer la ruta que hizo Ciarán a caballo. Sería impresionante.
LOS HIJOS DEL CABALLO
Fecha de lanzamiento — Enero 14, 2015
Editor — Ediciones B

Edición — Tapa dura con sobrecubierta, 408 págs
Precio — 20 €
Serie — Niño robado 2



Ana B. Nieto vuelve a trasladarnos a la Irlanda del siglo V con una saga familiar que nos hará revivir el encuentro entre el mundo celta y el cristianismo. Una historia de piratas, druidas, reyes y poetas, llena de aventura y pasión. Continúa la saga sobre los últimos celtas y la cristianización de Irlanda. Ahora, los tres hijos de Ciarán, en sus destinos enfrentados, deberán elegir entre su familia y sus dioses. La sombra de la guerra amenaza la Llanura del Cisne. Coirpre de los Juncos, el violento e insaciable Señor del Oeste, quiere completar su conquista, que ya inició hace años con la masacre de la tribu Barr. Ciarán, único superviviente de aquel exterminio, ha conseguido encontrar un pedazo de tierra que habitar en paz junto a sus tres hijos. Sin embargo, el pasado no está dispuesto a desaparecer. Su antiguo enemigo, Diarmait, ahora rey, no perderá la ocasión de vengarse haciendo prisionero al hijo mayor de Ciarán. Precipitará así los destinos de las dos familias, que se unirán definitivamente para salvar la Llanura y lo que queda de su mundo. Un mundo que está en peligro no solo por la batalla que se avecina, sino también por la expedición que lidera Patricio, huido de la esclavitud y renacido como misionero, que regresa a Irlanda dispuesto a cambiar la historia de esta para siempre.

junio 19, 2015y

16 de abril de 2015

Reseña: 'El principe Lestat' de Anne Rice, el eterno adolescente vampiro

Han pasado los años y han cambiado las modas, pero Rice no. Sus vampiros son los mismos elitistas melancólicos de siempre: jóvenes, hermosos y tremendamente elitistas todos ellos. Incluso cuando alguno se convierte al vampirismo a una edad tardía, Rice encuentra la excusa para acabar dándole un cuerpo joven y fibroso. Todos son ricos, todos se alojan en las suites de los mejores hoteles, todos son devotos de la música clásica, de los coches de lujo, del mobiliario europeo de época y de la poesía del romanticismo. En una sociedad donde el vampiro es un parásito incontrolable con abundantes dosis de gore —The Strain— o una luciérnaga patética —Crepúsculo Rice es una de las últimas guardianas del vampiro romántico y sensiblero, que se aferra al pasado tanto como su autora. Lestat —y sus amigos vampíricos— son incluso incapaces de acostumbrarse al mundo de la telefonía móvil o a la existencia de internet. Para ellos al parecer es incomprensible; para mi, es solo Rice deseando haber ambientado su saga en el siglo XIX.

RELACIONADO: Convivencia con el vampiro: Las 'Crónicas vampíricas' de Anne Rice, una retrospectiva

Pues bien, esta isla de incorruptible vampirismo romántico que es la obra de Rice pasaba por horas bajas antes de El príncipe Lestat, ya que entre La reina de los condenados (tercer libro de la saga) y éste nada había funcionado particularmente bien. Rice daba vueltas sobre las mismas ideas una y otra vez y presentaba personajes nuevos con historias idénticas a las de personajes antiguos, y sobre éstos antiguos volvía a hablar profundizando en su trasfondo hasta el punto de dedicarles libros enteros. Fue el caso de Armand —quizá el mejor personaje de la saga—, Marius o Pandora. Para quienes alguna vez habían disfrutado con "Crónicas vampíricas", El príncipe Lestat cargaba con la gran responsabilidad de remontar la saga o hundirla definitivamente.

Como si la propia Anne Rice fuera consciente del declive de su principal legado literario, en El príncipe Lestat retoma el tema de la Reina de los Condenados, la Reina vampira de cuya existencia dependen el resto de inmortales. Tras los acontecimientos de La reina de los condenados las cosas han cambiado —nos cuenta Rice— para los hijos de la noche. Es todo puro caos. Cuando la Reina de antaño, Akasha, quemó la mayoría de casas de reunión y mató a tantos de sus descendientes acabó también con un sistema que se había ido cimentando con el paso de los siglos y que funcionaba. En el tiempo que ha pasado, y con una nueva Reina ausente ningún nuevo sistema ha reemplazado al anterior. En otras palabras, Rice admite que todos los volúmenes que ha escrito desde La reina de los condenados no han supuesto el menor progreso en su mundo vampírico.


Por descuido o desinterés de la nueva reina los vampiros lo pasan mal. Tienen —en un ejemplo de metaliteratura— los libros de Anne Rice, supuestamente escritos por Lestat y sus allegados (Entrevista con el vampiro, Lestat el vampiro, etcétera) como guía y fuente de información sobre su pasado y su naturaleza, pero poco más. Claman pidiendo ayuda a los ancianos, a los hijos de los milenios, los vampiros realmente antiguos que podrían apaciguar las aguas y traer el orden, pero estos no responden, y una nueva quema, una nueva ola de destrucción se desata cuando desde Oriente algo o alguien empieza a destruir grupos enteros de vampiros sin explicación alguna. La incertidumbre crece y unos pocos inmortales intentan descubrir qué está pasando y, a la vez, comprender su propia naturaleza, averiguar las razones biológicas de sus cualidades vampíricas y crear de una vez una ciencia propia capaz de tratar con criaturas como ellos.

Esta novela Rice usa un método muy parecido al de George R. R. Martin: dedica sus capítulos a distintos personajes cuyas tramas se van entrelazando. De todos ellos destaca el que da título al libro.

Lestat es príncipe, desde luego, aún cuando ya debería ser rey. Lestat, que fue convertido a los veinte años y cuenta ya con doscientos, ha viajado al lado de la Reina de los Cielos y la Reina de los Condenados, se ha enfrentado al ladrón de cuerpos y ha conocido al diablo Memnoch, y a innumerables vampiros ancianos y neófitos. Pero Lestat sigue siendo un eterno adolescente. Es un Vampiro más insoportable que temible: aún a su edad y con su experiencia, es inmaduro e indeciso, vaga sin rumbo lloriqueando y deseando morir, en una eterna crisis existencial. Quiere amar y quiere ser amado, y a la vez quiere estar solo; quiere vivir entre humanos y quiere la compañía de los vampiros. Se recrea en su notoriedad y al mismo tiempo desea ser ignorado.

La novela está escrita en primera persona y el interno e interminable debate de una edad del pavo queda aún más acentuado e inspira en el lector un deseo muy fuerte de usar este mismo libro que tenemos entre manos para martillear una estaca en el corazón del príncipe y acabar así con tanta tontería. Lestat, simplemente, es el personaje menos interesante de este tomo.


Mucho más interesante me parece Antoine, el músico, el antiquísimo Gregory, Marius y David o la comuna de Armand, Sybille y Benji. Seth y Fareed suponen una oportunidad única: el segundo es un científico de primer orden. Teniendo en cuenta que la sociedad vampírica se remonta a más de seis mil años en el pasado, sus logros en cualquier área del saber son casi inexistentes: es un grave fallo en la lógica interna de “Crónicas vampíricas”. ¿Qué no habría logrado alguna de las grandes mentes que ha visto la humanidad si hubiera dispuesto del tiempo y la eterna juventud de la que gozan los vampiros? Y estos, con sus dones, no hacen nada ni siquiera para entender mejor su naturaleza. Esto se ha acabado con la llegada de Fareed, y ya era hora. Las gemelas Maharet y Mekare y Jayman, coprotagonsitas de La reina de los condenados parece que han sido retocados para encajar en los nuevos planes de Rice. Ahora Jayman (Khaiman en la edición anterior de Ediciones B) nos lo pintan como un pobre tonto desorientado, y a las gemelas como unas irresponsables que no se enteran de nada de lo que pasa ni tienen ningún interés en enterarse. Rhoshamandes y Benedict, la pareja clave, son personajes trágicos, simples herramientas para que progrese la narración hacia su final, completamente intercambiables con cualquier secundario por lo poco que Rice los desarrolla.

El príncipe Lestat padece de los mismos defectos que todos los anteriores: es poco realista cuando pretende dar una visión de la historia, pintándola de color de rosa. Desde la perspectiva de los vampiros, todo (el mundo romano, la edad medieval) es un despliegue de belleza y progreso, sin demasiada crítica. Cualquiera que les oyera pensaría que estos tiempos eran la edad dorada de la humanidad donde todos, señores y siervos, tenían oportunidad de confraternizar y un plato en la mesa cada noche. Es poco original, cuando todos los vampiros, como decía, están cortados por el mismo patrón. Pero sobre todo, está demasiado cargado de autocomplacencia. Anne Rice dice, a través de uno de sus personajes, que su saga “Crónicas vampíricas” es (en un ejercicio metatextual se referencia abundantemente en la novela, supuestamente obra de varios de los vampiros que las protagonizan), y cito textualmente: “[...] las historias de la serie, a decir verdad, la dejaron fascinada; no solo por su complejidad y profundidad, sino por sus oscuros y peculiares giros argumentales, y por la cronología que trazaba del desarrollo moral del principal protagonista [...]”. Poco se puede añadir a una reseña si la propia autora ya te hace el trabajo señalando lo compleja y profunda, oscura y peculiar es su obra (nótese la ironía).

Se le reconoce a Anne Rice que al fin parece decidida a hacer lo que su personaje, Mekare, rechaza y es tomar las riendas de su reino. Ya en el principio de este libro ofrece por primera vez un glosario — innecesario por otra parte; no hay tantos términos específicos ni estos son tan poco autodefinitorios— y por primera vez desde La reina de los condenados más que mirar al pasado o perderse en aventuras vacías de interés parece querer atar el nudo y dar un rumbo coherente a su saga.


Al final de este libro, la sociedad vampírica ha experimentado un cambio: está decidida a progresar hacia algo, quizás hacia una familia bien avenida que caminará hasta la puesta de sol y el final feliz que no veremos porque es un punto y final, o hacia un futuro cargado de más novelas. De momento recomiendo este libro a los fans de la saga porque pese a sus defectos, no se puede negar que es entretenido y que por fin resuelve muchos de los cabos sueltos que quedaban por resolver. Para los neófitos, no hay ningún peligro si se detestan las escenas innecesariamente gore o el terror desatado, porque en este libro no hay ninguno: todo es bello, todo es elegante, todo es inspirador.

Estos depredadores que son los vampiros por naturaleza se dotan a sí mismos ya desde su despertar en la Sangre de un código moral que les lleva a alimentarse de mortales de forma cándida y discreta, sin matar, y si es necesario liquidar a su presa. Procuran que sea un criminal y que nadie les eche de menos. Del mismo inocente modo Rice toma del progreso de la tecnología y la globalización lo que le interesa —algunas nuevas tecnologías— e ignora lo que no le conviene —un control mayor que nunca en la historia sobre el ciudadano y sus operaciones, de su identidad, de cómo y donde gasta el dinero, de donde lo saca y, sobre todo, ignora la omnipresencia de las cámaras que desde cualquier teléfono móvil podrían grabar un vampiro usando "el don del fuego" y colgarlo en YouTube en medio minuto—.

El príncipe Lestat es una visión extremadamente optimista del mito del vampiro y de como la psicología de unos seres semejantes podría evolucionar con el paso del tiempo. Exageradamente optimista acerca de como podrían encajar tales criaturas en la sociedad moderna y seguir pasando desapercibidas. Y la prueba es que otras obras posteriores ya ni lo intentan: Sookie o Anita Blake viven en mundos donde el vampirismo ya ha salido del armario. Rice se aferra a su isla romántica. Para algunos será un encanto, para otros quizás no tanto.

Ediciones B, marzo 2015
Tapa dura con sobrecubierta, 560 págs. 22 € 
Electrónico, 9,99 €
Traducción de Santiago Del Rey Farrés

abril 16, 2015y


 

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