Las Espadas del Cardenal es una novela es una especie de ucronía fantástica que nos sitúa directamente en el París del Siglo XVII gobernada por Luis XIII, en 1633, para ser más exactos. Y como tal, no deja de estar presente el Cardenal Richelieu, que no podía faltar en una novela de este tipo, teniendo en cuenta que es una referencia directa (o toma como inspiración) a Los Tres Mosqueteros de Dumas y sucesivas continuaciones.
La trama nos introduce a una selecto grupo de espadachines que servía directamente a las órdenes de Richelieu (aunque actuaban en el nombre del rey), en misiones de alto secreto o en actividades cuyo fin no es muy lícito, aunque sabiendo de quién vienen las órdenes, es de esperar que haya algún juego político detrás. Al inicio de la novela, este grupo está disperso, pero a la La Fargue, el protagonista podríamos decir, se le encarga reunirlo para una última misión que pondrá en juego sus lealtades, ya que la última vez, cuando actuaron en el sitio de La Rochelle (otra clara referencia a Dumas), la cosa no salió muy bien puesto que hubo alguna que otra traición por parte de un integrante. Por otra parte, en caso de fallar en esta misión ultimátum, las repercusiones con España serían catastróficas, pero hasta bien entrada la novela no nos percataremos de ello, ya que la trama gira en torno de esto último, resolviendo incógnitas y planteando otras nuevas que pondrá en entredicho todo lo anterior. Por otro lado, existe una gran logia ubicada en España (aunque tiene sede en el resto de países de Europa), conocida como Garra Negra, dirigida por semidragones, que pretende establecer una sede en Francia para fines que sólo ellos conocen, y no se debe permitir bajo ninguna circunstancia (depende). Ya hay bastante el espionaje y con las tensiones diplomáticas que hay actualmente entre países como para añadir un problema mayor al asunto.
Lo que más me ha gustado de esta novela son las claras referencias a las aventuras de los mosqueteros que ideó Alejandro Dumas padre, así como los toques de fantasía de que hace gala. No por nada, el libro lo podemos encontrar en muchas secciones de fantasía, pero creo que más que como novela fantástica, es una novela de capa y espada con leves toques de fantasía, aunque se haga incapié en ellos y la mezcla resulte buena a mi parecer. Estas pinceladas de fantástico se debe a que en la novela aparecen dragones pequeños que sirven de mensajeros y espías y también se hace referencia a otros mayores que existieron hace mucho, y cuyos descendientes son una especie de semidragones que interactúan en la sociedad de esa Europa del Siglo XVII, identificables por la forma de sus pupilas. El otro componente fantástico mayor está en unos rituales mágicos elaborados con conjuros, además de otros que tienen su base en runas de poder, además de algunos objetos mágicos, una enfermedad mortal conocida como ranse, provocada por pasar mucho tiempo junto a semidragones. Como digo, lo fantástico en la novela no distrae del verdadero género, la capa y espada, siendo este último mayor en cuanto a componentes propios se refiere, como las típicas emboscadas de rufianes, las traiciones, los dobles engaños, los duelos a espada, las antiguas promesas que ahora salen a la luz… todo ello haciendo de la novela una lectura ágil y trepidante, puesto que rebosa de acción y diálogos que van directos a lo que nos interesa. Pierre Pevel hace uso del clásico folletín para mantenernos enganchados en la acción, y donde más se nota es en los finales de capítulo, ya que tienen su corte en el momento justo para que mantenga nuestro interés por la trama. Los capítulos son muy cortos (a lo mejor no llegan a las cinco páginas), y es algo que se hace raro al principio porque le da un toque de precipitación, pero conforme vamos leyendo se hace normal e incluso necesario ya que es el motivo principal de que la novela enganche. Los personajes, uno de los pilares en los que se sustenta la trama, están bien definidos, cada uno con sus habilidades específicas dentro del grupo, y provenientes de diferentes clases sociales, personalidad y formas de actuar que se traduce en los diálogos y en las acciones que lleva a cabo. Hay muy buenos personajes, como Leprat, La Fargue Agnés, Marciac, Saint-Lucq, Almadés el español… Al principio, la novela tarda un poco en entrar en materia, porque hay muchos personajes, y se hace una introducción con cada uno de ellos, pero pasado esto, todo toma un muy buen ritmo y agradecemos esas necesarias introducciones.
Por decir algo malo de la novela, está el hecho de esa brevedad en los capítulos al principio, pero pasa rápido esa extrañeza. Por otra parte, hay poca descripción, sólo pinceladas de lo básico que necesitamos para comprender el entorno. No hay una prosa recargada ni imágenes poderosas que nos emplace en medio de un idílico bosque francés. No, lo que hay es una prosa adecuada a un “pasapáginas”, una novela de folletín trepidante sin un momento de respiro, ya que siempre sucede algo. Pero esta simpleza en las descripciones no influye para nada en la forma en que vemos actuar a los personajes, por ejemplo. Lo que sí hay también, es mucha cita de calles famosas y edificios y barrios significativos de París, dando el ambiente propicio al libro. Lo último negativo que puede llegar a parecer es la tremenda cantidad de conspiraciones que hay a lo largo de toda la novela. Cuando llegados a un punto echemos la vista atrás, nos daremos cuenta de todos los datos que se nos ha ido dando, y tendremos que hacer el ejercicio de recomponer todo y ver qué es lo que cuadra y lo que no. Pero al final todo encaja como un puzzle bien organizado, dejándonos con ganas de más. Es una novela autoconclusiva, pero al final siempre hay un guión abierto que dará pie a la novela siguiente, ya publicada en Francia bajo el título de L’Alchimiste des Ombres, que espero no tarde mucho en salir publicada en España.
En definitiva, tenemos una novela de pura capa y espada con toque de fantasía, una prosa ágil y sencilla, mucho diálogo, acción trepidante, amoríos, engaños a tutiplén, folletín muy ligero, y personajes interesantes. No faltan tampoco las cruces con la flor de lis, las damas en apuros, y los tercos villanos que aún dados por muertos, vuelven a aparecer para molestar de nuevo al protagonista de turno. En lo que va de año, es una de las novelas que más me han enganchado y cuyas páginas han pasado volando ante mis ojos. Tanto es así que estoy ansioso esperando la continuación. No sé si gustará a todo el mundo, porque me parece que no es una novela que pueda llegar fácilmente sin una cierta predisposición, pero por intentarlo que no quede. Conmigo lo ha conseguido.
Colección/Serie: Las Espadas del Cardenal, 1
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Hace mucho tiempo que no oyes el suave sonido de la pluma rasgando el pergamino, así que busca en la estantería más cercana y recita los versos apropiados, pero sé cuidadoso o terminarás en la sección prohibida. ¡Por Crom! Los dioses del acero te lo agradecerán.