"Sherlock Holmes: Juego de Sombras", de Guy Ritchie

Título original: Sherlock Holmes: A Game of Shadows.

Fecha de estreno (España): Enero de 2012 (ver tráiler).

Duración: 129 min.

Temática: Policíaco, thriller, comedia, aventuras.

Correlación: Secuela del Sherlock Holmes de Guy Ritchie.

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Como seguidor absoluto de cualquier película que, con cuentagotas, nos deleita el director inglés Guy Ritchie (en su momento casado con Madonna, pero eso es materia de otro relato), no iba a dejar pasar la oportunidad de echar un nuevo vistazo a lo que nos tenía preparado esta vez con su propia visión de Sherlock Holmes. Quienes hayan visto la primera entrega, estrenada hace un par de años, sabrán a estas alturas que su semejanza con el personaje original creado por Sir Arthur Conan Doyle roza la casualidad salvo en ciertos aspectos, así que en esta segunda entrega, titulada Juego de Sombras, no vamos a encontrar nada diferente a lo mostrado en aquella primera cinta (cuya crítica podéis encontrar en estas líneas), salvo que el director repite los mismos esquemas que funcionaron antes, desligándose de la verdadera esencia de su propia versión del personaje.

Como continuación directa de la anterior (aunque realmente no pasa nada por perdérsela, esta segunda puede pasar perfectamente por autoconclusiva), retoma la personalidad excéntrica del Sherlock Holmes interpretado por el showman Robert Downey Jr., que, acompañado por el leal y estoico Dr. Watson, notablemente caracterizado por Jude Law, nos ofrece una supuestamente compleja trama de juegos de sombras, que haciendo mención al título de la cinta, incide en los acontecimientos que desembocaron en la Primera Guerra Mundial, casi dos décadas después. Juegos de sombras, terrorismo, desmoralización de la población de Inglaterra, el anteponer los intereses económicos por sobre la vida de las personas, etc. Es en este tinglado donde contamos con otros personajes inéditos como el británico hasta la médula hermano de Holmes, Mycroft Holmes (interpretado por Stephen Fry), y de una silenciosa Noomi Rapace (aprovechando el tirón de las primeras adaptaciones de Millenium), en el papel de una gitana/vidente de armas tomar. Ambos papeles son meramente anécdoticos y no aportan realmente nada a la trama, lo mismo que Rachel McAdams, sirviendo únicamente de punto de enlace entre esta entrega y la anterior como ocasional recurso amoroso del protagonista.


Pero de acuerdo a mi criterio, la cinta falla en el aspecto argumental. Habiendo desarrollado una marca propia para el personaje de Holmes, made in Ritchie, el director se deja llevar por el aspecto más puramente comercial del personaje allá donde tuvo éxito en su entrega predecesora, esto es, multitud de gags que consiguen sacar la mayoría de las veces una carcajada o sonrisa cómplice en el espectador, escenas protagonizadas, aunque inteligentemente camufladas con lo que realmente tiene valor de la historia, en su mayoría por las excentricidades de un Holmes que, puede que proponiéndoselo, arrastra en su marea al desgraciado Watson en sus locuras y vaivenes. Toda esta argamasa consigue distraer al espectador menos exigente de un verdadero propósito argumental que podría haber dado mucho más jugo, en especial por enfocar la trama en los susodichos atentados en la Inglaterra de finales de siglo XIX, y por la inclusión del mayor enemigo de Holmes: James Moriarty.


De no ser por la desaprovechada actuación de la excelente caracterización de Jared Harris como el profesor de Oxford, Moriarty, que equipara su papel al de los propios Downey Jr. y Jude Law, ocupando la pantalla con su presencia en los breves momentos en que hace acto de aparición (impidiendo un duelo interpretativo con el personaje principal, una medición, en condiciones), así como por las vanguardistas secuencias de acción (en especial el tramo final), que sinceramente, me parecen lo mejor de toda la película, estaríamos hablando (siempre desde mi criterio personal), de una cinta floja, floja. Pero extrayendo lo bueno de una película que tendría que haber dado mucho más de sí tras las expectativas puestas en ella, se queda en agua de borrajas, pese a conseguir entretener lo suyo lejos de un argumento sólidamente construido, en lugar de la confusa trama detectivesca, con sus peleas bellamente montadas (para nada me parece abusivo el slow motion), y el vaivén de los personajes por terrenos de más allá de Inglaterra (doblemente fallido plan de aventuras internacional, aunque resultón en cierto modo), durante las más de dos horas de duración del metraje.

Con pesar, la peor película de Guy Ritchie hasta la fecha, que con sus Lock, Stock and Two Smoking Barrels, Snatch: Cerdos y Diamantes, y hasta con RocknRolla, pone el plantel muy alto en el cine inglés de crímenes y humor negro de su propia marca. Que se deje de Sherlock Holmes y vuelvan otra vez Jason Statham (sí, el de Transporter), Vinnie Jones y Mark Strong a la pantalla (hasta Gerard Butler) con sus jergas cockney llenas de palabrotas. O por lo menos que imprima algo más de su sello en las aventuras del detective victoriano (dedicado a una antigua profesora de inglés, que trató de humillar a ciertos alumnos exclamando que Holmes no era para nada victoriano), no algo a medio camino de un quiero y no puedo yéndose por la comercialidad exclusiva. Por contra, Sherlock Holmes: Juego de Sombras es una cinta divertida, sin pretensiones, que da lo que promete, nada del otro mundo si viste la primera entrega, para mi gusto superior, en cuyo caso estás ya prevenido. Los créditos del final otra pieza artística remarcable, conjunción perfecta de música e imagen para todos aquellos que admiramos el cierre de una sesión de cine.

Puntuación: 6/10

por Loren Sparrow febrero 07, 2012