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Mi espada, mi conjuro.
La puerta. Magia.
La mazmorra. Un troll.
Nos gusta la fantasía

"Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades [...] hubo una edad no sonada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas."

LA

en la tinta

Mi espada, mi conjuro. La puerta, magia, Igni. La mazmorra,
un troll. El mundo. Nos gusta la fantasía.


- La fantasía es la poción mágica de la literatura -

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7 de marzo de 2018

‘El Juego de la Corona’ de Evelyn Skye, solo puede quedar uno en la Rusia Imperial


El juego de la Corona de Evelyn Skye es la primera parte de una bilogía ambientada en una época alternativa de la Rusia de los Zares, plagada de leyendas del folclore ruso y con un aire a cuento de hadas precioso. Aquí, la magia y los encantadores existen y la política exterior depende de lo poderosa que sea la magia de un país y del mago que la practique, de ahí la importancia de semejante figura en la corte imperial, asediada por los kazajos y el auge del Imperio Otomano. Y así surge el Juego de la Corona, un duelo de magia e ingenio donde solo puede haber un ganador y donde el fracaso implica la muerte.

“El Juego de la Corona es antiguo, más antiguo que el propio zarato. Empezó hace mucho, en tiempos de Rurik, príncipe de Nóvgorod, cuando Rusia todavía era un cúmulo de tribus, joven y salvaje y sin ley. A medida que el país maduró a lo largo de los siglos, también lo hizo el Juego. Pero siempre, siempre conservó su atroz encarnizamiento. Al ganador le esperaba un poder inimaginable. Al perdedor, un sombrío olvido. En el Juego de la Corona, la derrota no era una opción.”

La ambientación zarista de la novela es preciosa y la inclusión de las leyendas del folclore ruso la enriquece por momentos. La autora, que es licenciada en historia y literatura rusas, ha dotado de personalidad a la trama recreando de forma muy fidedigna la Rusia de principios del siglo XIX, incluyendo varios personajes históricos y dándole a la novela un aire de fantasía y cuento clásico que enamoran. Para mí, este es aspecto más sobresaliente de la novela: la ambientación de esa Rusia zarista alternativa llena de magia sin perder un ápice de realismo histórico. Maravilloso.


En cuanto a los personajes, la historia pivota alrededor de tres protagonistas bien diferenciados, que representan tres estamentos sociales diferentes en la Rusia Imperial. Por un lado tenemos a Vika Andréieva , una joven de dieciséis años que vive en Ovchinin, una pintoresca isla alejada de la capital, y cuyo talento natural es poseer magia elemental: lo mismo conjura nieve que transforma las cenizas en oro. Para ella, que se cree la única maga de toda Rusia, el Juego de la Corona supone el abandonar su anodina vida rural y ser deslumbrada por la magnificencia de San Petersburgo. Por otro lado, Nikolái Karimov es un joven huérfano kazajo que fue acogido y presentado en lo más selecto de la sociedad rusa por su despiadada mentora y cuyo talento es la magia instrumental: lo mismo puede ver a través de las paredes que construir los objetos más maravillosos. Es un superviviente nato y, por supuesto, sus dotes mágicas han sido llevadas en el más estricto secreto. La casualidad le hace ser el mejor amigo del zarévich Pável Alexándrovich Románov, nuestro último protagonista. El príncipe Pável, Pasha para los amigos, es una persona jovial al que la futura corona y sus responsabilidades le quedan grandes. Su tiempo pasa entre escapadas por la ciudad y fastuosas fiestas, para exasperación de su hermana, mucho más preparada que él para llevar el peso del imperio. Podéis suponer que, siendo esta una novela juvenil, tendremos un triángulo amoroso entre los protagonistas aunque, y esto es un punto muy positivo, no es el motor de la historia ni alrededor de lo que gira toda la trama, lo cual se agradece.


Los personajes secundarios me han parecido mucho más interesantes y originales que los propios protagonistas. Por un lado, tenemos a Serguéi y a Galina, padre y tutora de Vika y Nikolái respectivamente y cuya enconada rivalidad esconde más de un secreto. Ludmilla, a pizpireta propietaria de la pastelería La Cenicienta, me ha sacado muchas sonrisas con sus maternales interacciones con Vika. Yuliana, la hermana pequeña de Pasha, ha sido un punto de cordura e inteligencia en la corte de San Petersburgo. También he empatizado mucho con su situación: pese a estar muchísimo más preparada que Pasha para ser zarina y pese a estar realmente preocupada por la inestable política del reino, su papel de mujer la relega a un segundo plano que ella lleva con impotencia y frustración. Y el punto de ternura lo ha aportado la siempre leal Renata, la mejor amiga de Nikolái.

En cuanto al ritmo, la novela es un poco caótica al principio. Al estar narrada en tercera persona es necesario tener un poco de paciencia y esperar a que los hilos argumentales de Vika, Nikolái y Pasha se entrecrucen. Pero una vez pasado este primer escollo, la novela vuela sola y os encontraréis devorando sus páginas, atrapados en los originales y llamativos duelos mágicos de los que consta El Juego de la Corona. La verdad es que la ambientación maravillosa de la Rusia Imperial, los personajes bastante bien construidos para ser una novela juvenil, la acción mágica mezclada con el folclore ruso y el punto justo de romance hacen que El Juego de la Corona sea una novela juvenil de lo más disfrutable. Y además, aunque es el primer libro de una bilogía, el final queda lo suficientemente cerrado para ser considerado autoconclusivo. Sin contar que la continuación, El destino de la Corona, ya está disponible en vuestra librería preferida.


El juego de la corona

The Crown's Game, 2014. Evelyn Skye. Traducción de Marta Torres Llopis. Nocturna Ediciones, 2016, col. “Literatura Mágica”, 431 págs. Rústica con solapas, 16,00 €.
En cuanto a la edición, ¿qué queréis que os diga? Lleva el sello de Nocturna Ediciones y eso es sinónimo de calidad. No me canso nunca de repetirlo. El Juego de la Corona presenta una encuadernación en tapa blanda cuidada, papel de calidad, mimo en la maquetación y la traducción, que es fantástica, corre a cargo de Marta Torres Llopis, habitual de la casa. ¿Qué más podéis pedir? La colección “Literatura Mágica” de Nocturna Ediciones es de mis favoritas.

Duelos mágicos dotados de maravilla e ingenio; la fantástica ambientación de la Rusia de los Zares; la increíble ciudad de San Petersburgo en una época de los Románov alternativa a la nuestra; el primer amor juvenil; las leyendas y el folclore tradicional de la Madre Rusia… Todo esto y alguna que otra sorpresa más guarda El Juego de la Corona, una novela juvenil preciosa que gustará a todos, tanto a su público objetivo como a los nostálgicos como yo, que disfrutamos muchísimo de las novelas juveniles con aire a cuento clásico.

marzo 07, 2018y

13 de enero de 2018

‘The Heart of What Was Lost’, el aperitivo con el que Tad Williams nos lleva de vuelta a Osten Ard


Corría el cambio de milenio cuando descubrí por primera vez a Tad Williams y su “Añoranzas y pesares”. Recuerdo estar paseando entre las novedades de bolsillo de fantasía épica de mi antro de perdición habitual cuando una serie de ocho libros llamó mi atención. Las portadas eran lo más feo que había visto en mi vida, palabra. Marrones, sosas, sin apenas adornos y con una letra pulga no apta para miopes (seguro que muchos de vosotros sabéis cuales son). Sin embargo, pese a tal decepcionante primera impresión, al leer la sinopsis algo me enganchó. Quizá la analogía de Simón Cabezahueca, el pinche de cocina del castillo de Hayholt, con Taran, mi aprendiz de porquerizo favorito del mundo mundial, o un paralelismo con la épica de Tolkien… No lo sé. El caso es que me llevé el primero por probar y fue un flechazo literario en toda regla: el mundo de Osten Ard había llegado a mi vida para no marcharse jamás.

Imaginaos mi alegría cuando el pasado mes de junio se publicó en inglés The Witchwood Crown, el primer libro de la nueva trilogía “The Last King of Osten Ard”, la cua continúa “Añoranzas y pesares” treinta años después —quien no la haya leído todavía, en este artículo podéis encontrar cinco buenas razones para hacerlo—. Tad Williams siempre había sido muy reticente a escribir una continuación, prefiriendo desarrollar otros universos como el Otherland, Shadowmarch o Bobby Dollar. Han tenido que pasar más de veinte años para que se animara a volver, para que encontrara una historia lo suficientemente buena para ser escrita y poder dedicársela a sus seguidores. Y no es que lo diga yo, lo explica el propio autor en el prólogo de The Heart of What Was Lost. Y eso, querido Tad Williams, me ha llegado a la patata. A mí y a todos tus seguidores, que lo sepas.


Dada la meticulosidad y el cariño que le tiene Tad Williams a Osten Ard, había un hueco argumental entre la trilogía original y la secuela; entre donde termina todo lo acaecido en La torre del ángel Verde y donde empieza The Witchwood Crown. Con The Heart of What Was Lost, la novela corta que sirve de puente entre “Añoranzas y pesares” y “The Last King of Osten Ard”, se subsana ese lapso, esos huecos argumentales y se deja todo bien atado para que tenga sentido la continuación de la historia en la segunda trilogía. ¡Qué grande eres, Tad Williams!

Pero metámonos en faena. ¿De qué va The Heart of What Was Lost? Bien, si no has leído “Añoranzas y pesares” detente ipso facto que vienen los spoilers en la propia contraportada. Si ya la has leído, adelante, sigue con nosotros. La historia comienza aproximadamente medio año después de la caída de La torre del ángel verde y la coronación del rey Seomán y la reina Miriamele. Las nornas o zorras blancas, los primos malvados de los Sitha y aliados de Ineluki, el Rey de la Tormenta, huyen en desbandada hacia el frío y desolado norte, Naggika, sembrando a su paso caos y muerte. Por ello, el duque Isgrimnur de Rimmersgard, con la venia de Hayholt, comanda un ejército formado por rimmerios y mercenarios del sur con el único objetivo de arrinconar a las Nornas en su madriguera y borrarlas del mapa, trayendo definitivamente la paz a los reinos de Osten Ard.

La novela está dividida en cinco partes bien diferenciadas, marcando un tempo narrativo que empieza pausado y se vuelve algo frenético en el fragor de la batalla, para volverse pausado de nuevo en la resolución final, atando todos y cada uno de los cabos. Despacito y con buena letra, al grano y sin floritura, Tad Williams se toma su tiempo para arrancar, centrándose en el desarrollo de los personajes y de los tres puntos de vista sobre los que va a recaer el peso de la narración (Porto, un soldado de bajo rango, el propio duque Isgrimnur y Viyeki, un lugarteniente de las nornas) para después llevarnos, de forma ágil, sin pausa y ni respiración a una confrontación entre humanos e inmortales, con emboscadas, planes dentro de otros planes, estrategias, política, sitios a fortalezas inexpugnables, magia oscura ancestral, sangre y zombis. Y todo ello en apenas doscientas páginas, sin que sobre o falte ni una mísera coma, oye. Ni paja, ni relleno, ni descripciones vacías, ni diálogos superfluos. Cada palabra donde tiene que estar, con el sentido con el que tiene que estar, ni más ni menos. Maestría, dicen que se llama.


¿Algo a destacar? La novela entera, de principio a fin, desde la primera línea al último punto y final. Es que no sé por dónde empezar, si por cálido prólogo del autor, que destila cariño por Osten Ard y la sólida base de seguidores que hay detrás, o por los apéndices, los mapas, el glosario, o por haberse tomado la molestia de escribir The Heart of What Was Lost solo para conseguir coherencia interna entre “Añoranzas y pesares” y la nueva trilogía, “The Last King of Osten Ard”.

¿Algo a mejorar? Dos cosas. Que hayamos tenido que esperar más de veinte años en volver a Osten Ard, aún cuando el propio Tad Williams siempre afirmó que esa puerta estaba bien cerrada, a cal y canto; y que sea difícil ver la traducción por estas tierras, dado el gafe que tiene el autor en España.


The Heart of What Was Lost

The Heart of What Was Lost, 2017. Tad Williams. Novela en inglés. DAW, 2017, 224 págs. Tapa dura con sobrecubierta / rústica, 22,00 / 15, 00 $.
Resumiendo: leed la novela, sí o sí. Si ya leísteis “Añoranzas y pesares” , es el momento de regresar, y para ello nada mejor que este pequeño aperitivo que supone The Heart of What Was Lost. Si no, ya puedes empezar a buscar, como si no hubiera un mañana, “Añoranzas y pesares” en castellano (en librerías de viejo), o en inglés (como “Memory, Sorrow and Thorn”) con su múltiples reediciones, porca miseria

Por supuesto, es posible acercarse a la nueva trilogía sin haberse leído la anterior, pero desde luego, no será la experiencia tan disfrutable como si empezaras desde el principio, con personajes tan entrañables como Simón Cabezahueca, Binabik o Miriamele; con un mundo medieval que bebe directamente de nuestra historia, con culturas como el medievo europeo, la sociedad vikinga, romana, galesa, o inuit... y que para más inri, fue una gran influencia en toda la fantasía que se escribió en los noventa, incluyendo a George R. R. Martin y su “Canción de hielo y fuego”, ahí es nada.

enero 13, 2018y

17 de noviembre de 2017

‘La ira y el amanecer’, el exotismo de las noches de Arabia en una novela de fantasía


Cien vidas por la que tomasteis. Una vida por cada amanecer”. Desde los confines de Jorasán, un reino inspirado en la Antigua Persia, nos llega La ira y el amanecer de Renée Ahdieh, una novela que bebe de la magia de Oriente Medio y que está claramente inspirada en los cuentos de Las mil y una noches; fue leer la sinopsis y quedarme fascinada. Sin embargo, pese que a que la historia tiene muchísimas cosas que me atraen, como el exotismo oriental o la promesa de intrigas palaciegas en los harenes del califato, he encontrado otras que me han chirriado bastante y que me han dejado una sensación agridulce. Quizá mis expectativas eran un poco altas y olvidé lo fundamental: que estoy ante una novela young adult, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva.

Pero vayamos por partes. ¿De qué va La ira y el amanecer? Sherezade al Jayzurán se presenta en el palacio de Jalid, Califa de Jorasán, para casarse con él. Esto no tendría mayor relevancia si no fuera por el hecho de que todas las jóvenes elegidas fueron ejecutadas al día siguiente de su noche de bodas, sin que nadie sepa el motivo de tan monstruoso destino. No obstante, Sherezade no solo tiene la osadía de acudir voluntariamente, sino que además sobrevive a la primera noche mientras embelesa al Califa con su audacia y sus cuentos. ¿Conseguirá la joven alcanzar un nuevo amanecer para cumplir sus ansias de venganza o correrá el destino de sus desafortunadas predecesoras?

Desde luego, la sinopsis de la novela no puede ser más prometedora y la autora recrea de forma muy fidedigna el aura de exotismo y misterio de la Antigua Persia. Y aunque en ocasiones pueda parecer que el desarrollo del escenario ­­—el famoso worldbuilding­­— se quede corto, en realidad no podemos ver mucho más: Sherezade está atrapada en el harén del califa y, pese a ser su esposa, es poco más que una prisionera, por muy dorada y suntuosa que sea su jaula. Casi la totalidad de la novela gira en torno a la joven y, aunque encontraremos algunos capítulos dedicados a otros personajes secundarios, son meramente anecdóticos, de ahí las limitaciones. Imagino que habrá que esperar a la segunda parte de la historia para ver el completo desarrollo de este punto y enamorarnos por completo de la magia y exotismo de las noches arábigas. Tampoco esperéis muchas intrigas políticas o palaciegas, e incluso magia o fantasía. Llamemos a las cosas por su nombre: esta es una novela romántica con un trasfondo político y mágico que se queda en un tercer y cuarto plano. El motor de la novela es el triángulo amoroso entre Sherezade, el califa Jalid y el mejor amigo de la protagonista, Tariq. Si es lo que estás buscando, el libro te encantará.

La autora recrea de forma muy fidedigna el aura de exotismo y misterio de la Antigua Persia.

En primer lugar, el éxito de cualquier novela radica en que empatices con los personajes y ese ha sido mi principal problema: conexión nula con ninguno de ellos. Comenzando por la protagonista, Sherezade es valiente, decidida y tiene las ideas muy claras… Hasta que pone sus ojos en el califa. El instant-love que surge entre ella y Jalid, ese monstruoso califa que está como un queso y tiene esa molesta manía de asesinar a todas sus esposas, es incongruente: le resta credibilidad y sentido común al personaje.

“Os juro que viviré para ver todos los atardeceres posibles. Y que os mataré. Con mis propias manos”.

Podéis llamarme extremista, pero yo no veo historia de amor por ningún lado. Para mí, esto es un síndrome de Estocolmo en toda regla: la protagonista es forzada la noche de bodas; está constantemente controlada por Jalid, los sirvientes o la guardia; es una prisionera dentro de palacio, aun siendo la esposa del califa, y pese a todo, se enamora de él, incluso cuando ella misma reconoce la contradicción que ello conlleva... No sé, el límite entre una saludable historia de amor y una abusiva queda muy difuso, y es un detalle que me ha hecho quitarle puntos a la novela.

Es una novela romántica con un trasfondo político y mágico que se queda en un tercer y cuarto plano.

Esto nos lleva al personaje de Jalid, el califa de Jorasán. Entiendo que la intención de la autora es mostrar que Jalid es mucho más que lo que vemos a simple vista, que está lleno de claroscuros y que, en cierta manera, se ha visto obligado por las circunstancias a ser el monstruo que es. Pero, y aquí viene otro de los grandes peros de la novela, hay un límite entre intentar mostrar los porqués y entre convertirlo en una víctima más del sistema, quitándole responsabilidad y hierro al asunto. Ese matiz no me ha gustado en absoluto, aunque entiendo que era necesario para redimirlo a ojos de los lectores. ¿Podría haberse hecho de otro modo? Quizá, pero nunca lo sabremos.

“Si falláis una sola vez, os arrebataré vuestros sueños, os arrebataré vuestra ciudad. Y os arrebataré estas vidas multiplicadas por mil”.

Tariq, el tercero en discordia, es el mejor amigo de Sherezade y con quien en un futuro pensaba casarse nuestra protagonista. En este caso, Tariq no ha dejado de interferir en todo el plan que Sherezade tenía en mente para vengar la muerte de las jóvenes inocentes a manos del califa. Ha llegado a ponerme verdaderamente nerviosa que se entrometiera tanto y le diera tan poco valor a la inteligencia o a la audacia de Sherezade. Eso también me ha resultado molesto, ya que en todo momento daba a entender que la protagonista no era capaz de valerse por sí misma y sacarse las castañas del fuego.

Por supuesto, hay un plantel de secundarios que arropan a nuestros tres protagonistas y que me han gustado mucho más y han hecho que no decayera mi interés en la historia. Por un lado está Despina, la deslenguada sirvienta de Sherezade y que en cierto punto es el alivio cómico en la novela. También encontraremos a Jalal, el capitán de la guardia y primo del califa y cuya lealtad incuestionable hará que le demos cierto crédito al comportamiento errático de Jalid, sin olvidar al padre y a la hermana pequeña de Sherezade, quienes tendrán un papel más destacado en la segunda parte. Sin lugar a dudas, han sido ellos los que me han mantenido pegada a las páginas de La ira y el amanecer, y es por ellos por los que leeré la continuación que cierra la historia.

En cuanto al libro en sí, ¿qué os voy a decir? Siento que me repito en cada reseña pero es que Nocturna Ediciones hace un trabajo excelente con cada libro que publica. Se nota el mimo y el cariño que le ponen a cada novela de su sello, ya sea juvenil o adulta. En este caso, La ira y el amanecer viene en tapa blanda con solapas, hojas en tonos crema, ilustraciones al inicio de cada capítulo, un precioso mapa de Jorasán y un glosario al final con los términos árabes de la novela. ¿Qué no sabéis que significa efendi, kamanché o taberzin? Sin problema. Además, cuenta con la traducción de Carmen Torres y Laura Naranjo, la cual es simplemente estupenda.

En definitiva, La ira y el amanecer es una novela inspirada en los cuentos de Las mil y una noches, pero que enseguida toma identidad propia, siendo más una historia de amor que una de fantasía o intriga política. Pese a que no he conseguido empatizar con ninguno de los protagonistas principales, la historia me ha tenido enganchada a sus páginas debido al carisma de los personajes secundarios, con los que he desarrollado más afinidad. Si os gustan las novelas young adult con sus dosis de romance y triángulos amorosos, si os encanta las exóticas ambientaciones de la Antigua Persia o si simplemente disfrutáis con los cuentos ambientados en el Oriente Medio, sin lugar a duda, La ira y el amanecer es vuestra novela. Además, La rosa y la daga, su continuación, acaba de ser publicada y os podréis leer las dos de un tirón, sin esperas. ¿A qué estáis esperando? Id ya a vuestra librería de confianza y dejaos seducir por la magia de oriente.

La ficha


La ira y el amanecer
Renée Ahdieh
Editorial:
Nocturna Ediciones
ISBN:
978-84-16858-03-3
Fecha de publicación:
Marzo 2017
Encuadernación:
Rústica con solapas
Páginas:
451
Precio:
21,00 €
Traducción:
Carmes Torres y Laura Naranjo
Serie:
La ira y el amanecer, 1
Género/temática:
Novela, fantasía, romántico

noviembre 17, 2017y

12 de septiembre de 2017

‘El abismo’, un aterrador viaje a las profundidades de la mente

Neal Shusterman presenta hasta ahora su novela más compleja y personal, una obra sobre las enfermedades mentales y la soledad de los que las padecen.



Una novela poderosa, aterradora y conmovedora que nos sumerge en el oscuro océano de la mente.” Estas son las palabras que adornan la portada de la última novela de Neal Shusterman en español, y no puedo estar más de acuerdo. Ganadora del National Book Award for Young People’s Literature en 2015, El abismo es el libro más complejo del autor y el más personal. Aún así, si no habéis leído nada de Neal Shusterman recomiendo que empecéis por la serie de “Desconexión” —Desconexión, Reconexión, Inconexión, Conexión—, ya que de esta forma os haréis una idea del fantástico estilo del autor. Al empezar por El abismo, es posible llevarse una impresión equivocada porque la principal característica de la novela es su estructura caótica, deliberadamente caótica. Un poco más adelante explicaré el porqué de semejante genialidad.

Normalmente, cuando comento un libro procuro centrarme en la sinopsis editorial y no dar más pistas de las absolutamente necesarias. Siempre he considerado que el principal encanto de la lectura es sumergirse en ella con la menor información posible sobre la novela para ir descubriéndola poco a poco a la par que los protagonistas. En este caso no me es posible hacer una reseña en condiciones sin desvelar un poco más de lo conveniente y creo que tengo que dar contexto a la novela para poder hacerle justicia a la historia. Si os queréis detener aquí, adelante. Solo os diré que es uno de los mejores libros que he leído este año. Leedlo. Sin más. Si decidís quedaros, voy a dar un poco de contexto y hablar más extensamente de qué va El abismo y por qué es el libro más personal y emocional del autor.


El abismo es una novela que habla de las enfermedades mentales, de la soledad de los enfermos, de la lucha que tienen sus familias, de la incomprensión de la sociedad, de su invisibilidad y del coraje necesario para coexistir con ellas. La historia del protagonista, Caden Bosch, es una metáfora del descenso a la locura, a las profundidades abisales de la mente humana a bordo de un barco sin nombre y con una tripulación de pesadilla:

“No puedo recordar cuándo empezó este viaje. Es como si siempre hubiera estado aquí, salvo que no puedo haber estado siempre aquí, pues hubo un antes, justo la semana pasada o el mes pasado o el año pasado. De lo que sí estoy bastante seguro, sin embargo, es de que sigo teniendo quince años. Aún cuando lleve años a bordo de la vieja reliquia que es este barco de madera, sigo teniendo quince. El tiempo es distinto aquí. No se mueve hacia delante: se mueve como de lado, como los cangrejos.”

La estructura de la novela, por tanto, es tan caótica como la propia y perdida mente esquizofrénica de Caden. Y nosotros, lectores impotentes, seguiremos al protagonista en su descenso a la fosa de las Marianas, al abismo Challenger, sin saber por dónde vienen los palos. Iremos alternando capítulos con la más absoluta normalidad en la vida de un adolescente cualquiera y los brotes psicóticos y paranoides de su estancia en el barco sin nombre a las órdenes de un capitán que ríete tú del Sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas. La genialidad de la novela es esta: aparentemente no hay relación entre ambas líneas argumentales, ni entre el orden temporal de los capítulos, ni en su longitud o en su trama. Caden está perdido en su mente y nosotros con él. De ahí que la novela entera sea un ejercicio de reconstrucción: un inicio caótico, sin orden ni concierto, donde al final vamos alcanzando un final estructurado y absolutamente esperanzador. Si la forma de plantear la novela no es una genialidad, si la forma que tiene el autor de desconcertarnos con el viaje de Caden a lo largo de 161 capítulos no es brillante, que venga Cthulhu y lo vea.

La enfermedad existe, los enfermos mentales existen y no hay que avergonzarse de ellos. Es una enfermedad como tantas otras y requiere normalidad en su trato.

Por supuesto, esta novela no podría sostenerse sin un profundo conocimiento sobre las enfermedades mentales. Antes mencionaba que El abismo es la novela más personal y emocional del autor, y no es para menos. Brendan, el hijo mayor de Shusterman e ilustrador de la novela, sufre esquizofrenia y El abismo recoge tanto su metafórico viaje al infierno de la enfermedad como el de su familia y los profesionales que le ayudaron. Quiero decir con esto que la novela, aunque trata un tema durísimo y bastante invisibilizado (ya sabéis, las enfermedades que no se ven, no existen), es todo un alegato esperanzador. La enfermedad existe, los enfermos mentales existen y no hay que avergonzarse de ellos. Es una enfermedad como tantas otras y requiere normalidad en su trato.

“A los chicos muertos se los coloca sobre pedestales, mientras que a los chicos con una enfermedad mental se los esconde bajo la alfombra.”

De hecho, la finalidad principal de la novela, y lo que perseguía el autor desde el principio, es darle visibilidad a una enfermedad muy estigmatizada en nuestra perfecta sociedad. Y lo ha conseguido desnudándose y poniendo sobre el papel su propia experiencia y la de su familia, algo que considero muy personal y muy valiente. Si este libro no os remueve por dentro, estáis muertos. Así os lo digo.


En cuanto a la edición de Anaya Infantil y Juvenil, qué os voy a contar ya que no sepáis y que no os haya dicho ya en varias ocasiones. Si es una de mis editoriales favoritas de libros infantiles y juveniles por algo será. La edición española es estupenda, tapa blanda con solapas, papel de calidad y letra adecuada. Además mantiene las ilustraciones originales que Brendan Shusterman realizó mientras estaba atrapado en su propia mente y el traductor, Adolfo Muñoz, es el habitual de Shusterman. Si me gusta que el mismo doblador sea quien le da voz a los protagonistas de mis series favoritas, con los traductores me pasa exactamente lo mismo. El abismo es un libro que merece la pena tener en las estanterías, en el lector electrónico, en las bibliotecas públicas, en todas partes. Si además, trabajáis con adolescentes, Anaya tiene un plan de lectura para trabajar la novela en clase.

El abismo es un libro necesario, que toca la fibra sensible, que visibiliza una enfermedad muy estigmatizada en la sociedad y que lo hace de forma caóticamente brillante. Es una lectura desconcertante y exigente, que nos obliga a ponernos en la piel de Caden para vivir la realidad como él lo hace, con períodos de lucidez y episodios de pesadilla, y siempre con esperanza. Mucha esperanza. No recomiendo su lectura como primera aproximación al autor, ya que es desconcertante, pero desde luego es una novela indispensable que debe ser leída por todos, independientemente de su público objetivo. Es una novela brillante y no hay más.


EL ABISMO
Neal Shusterman
Trad. de Adolfo Muñoz
Anaya Infantil y Juvenil, marzo de 2017
Rústica con solapas, 408 págs.
16 €

septiembre 12, 2017y

17 de agosto de 2017

‘La puerta del dragón’, misterios y magia en las calles de Barcelona

La Barcelona Oculta es el escenario de la novela escrita a cuatro manos por Ana Alonso y Javier Pelegrín, una ciudad modernista repleta de magia y fantasía. 



Barcelona, ciudad mágica como pocas, ciudad del modernismo, de Gaudí, de la Sagrada Familia, del Parque Güell. ¿Qué pensarías si os dijera que hay una Barcelona oculta, amparada bajo los monumentos más emblemáticos de la ciudad y atrapada por las corrientes del tiempo en una dimensión paralela a la nuestra, llena de seres extraños creados por los anhelos y el espíritu creativo de los humanos? Pues bien, este es el núcleo central de la nueva novela juvenil de Ana Alonso y Javier Pelegrín, dos autores que me encantan cuando trabajan en tándem y de los que podéis encontrar aquí mismo reseña de algunas de sus otras novelas juveniles, como la trilogía “Yinn” (Fuego azul, Luna roja, Estrella dorada) o Agencia salamandra. En esta ocasión, y gracias a la editorial Edebé, los autores nos llevan a la Barcelona menos conocida y más misteriosa: la Barcelona Oculta.

¿De qué va La puerta del dragón? Lisa es una joven de diecisiete años que ve como su madre, Mónica, muere en extrañas circunstancias. La policía lo achaca todo a un accidente pero ella está convencida que el fallecimiento de su madre está relacionado con unas joyas modernistas de Masriera que Mónica estaba restaurando en su taller. Además, estas producen en Lisa unas extrañas visiones que la joven no llega a entender y todas las pistas la llevan ante Marc, el joven propietario de las joyas con las que la madre de Lisa trabajaba. ¿Estará ese joven misterioso relacionado con la muerte de la restauradora? ¿Ha sido todo un accidente? ¿Quiénes son las personas que acechan a la joven Lisa? ¿Qué oculta Marc? Solo adentrándonos entre las calles de Barcelona podremos descubrir todos los misterios que rodean a las joyas de Masriera y que esconde la Ciudad Condal entre las sombras.


Cuando la editorial Edebé nos ofreció este libro para dar nuestra opinión, me lancé de cabeza y sin pensar. He tenido en mis manos otras novelas de los autores y me encanta su estilo claro, directo y ágil y la forma en que construyen sus personajes. Los dos protagonistas principales, Lisa y Marc, me han encantado y creo que Ana y Javier han representado muy bien a los dos adolescentes sobre los que pivota la acción de la novela, con su lucha interna al enfrentarse al mundo adulto y al mundo oculto, sus dudas, sus vacilaciones, sus preocupaciones e incluso, en ocasiones, esa falta de sentido común e impetuosidad que gobierna tu vida cuando tienes diecisiete años. Me han gustado muchísimo los dos, los he encontrado muy creíbles y sus decisiones a lo largo de la novela me han parecido justificadas en todo momento, que es más de lo que se puede decir de muchas de las novelas juveniles que llegan al mercado.

Otro punto que me ha gustado ha sido el romance. ¿Qué sería de un libro juvenil sin un romance? Pero ojo, un romance bien llevado que, quizá sí surja en un primer momento de una atracción simultánea, pero que madura y se cuece a fuego lento a lo largo de toda la aventura de los protagonistas, y para mí, enemiga de los amores a primera vista y las relaciones tóxicas de las novelas young adult, es todo un plus. No hay nada más bonito que una narración con una trama amorosa bien llevada, aunque sea secundaria, que esté basada en el respeto y en la confianza que se tienen los dos protagonistas, ganada con esfuerzo y lágrimas, como tiene que ser.

La ciudad es un elemento más de la trama que tiene que ser tomado en consideración.

Me dejo a una tercera protagonista, muy especial y que no puede ser olvidada: la mismísima ciudad de Barcelona. Lo único que le ha faltado a la novela es un mapa con el recorrido de Lisa y Marc para que la experiencia hubiese sido casi sensorial. A través de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, de las calles más pintorescas, de los parques más fantásticos y de las atracciones más encantadoras de la Ciudad Condal se desarrollan las aventuras de nuestros dos protagonistas, al punto que la ciudad es un elemento más de la trama que tiene que ser tomado en consideración: el Parque Güell, el Tibidabo, la Sagrada Familia, La Casa de los Paraguas, La Boqueria, las joyas de Masriera… Para todos los que conozcáis Barcelona la ambientación os encantará, y para los que, como yo, no hayáis conocido aún la ciudad hará que os muráis de envidia.

El antagonista de la novela también me ha gustado mucho, muchísimo. Pero hablar de él y de los integrantes de la Barcelona Oculta sería un spoiler en toda regla, por lo que simplemente apunto que me ha encantado el desarrollo de este personaje, de sus motivaciones, de esa Barcelona más allá de lo que conocemos y que me ha recordado tanto a otras novelas de fantasía, como La historia interminable, tanto que he terminado enamorada de ella. Los autores han creado un mundo mágico tan maravilloso y con un alma tan original que me dan ganas de quedarme a vivir allí por toda la eternidad.


Para los que seáis unos maniáticos de la edición, aquí va un pequeño análisis de las características de La puerta del dragón. La edición de la novela por parte de la editorial Edebé es muy correcta. Tenemos una encuadernación en tapa blanda con solapas, papel en tonos crema y casi cuatrocientas páginas repartidas en treinta y siete capítulos con su epílogo, adornados de un sello que marca el skyline de Barcelona y unas filigranas en las esquinas de todas las páginas, muy en el estilo modernista que respira la historia. La verdad es que tanto la portada como el acabado final de la novela están muy acordes con la trama, y a mí esas cositas me suponen un extra, cosas de ser bibliófila irredenta.

La puerta del dragón es una novela juvenil enmarcada en la fantástica y mágica ciudad de Barcelona, que además es una novela autoconclusiva que no os dejará el corazón martilleando en un horrible cliffhanger, importante en un mercado saturado de series y sagas. Las aventuras de Lisa y Marc en la Barcelona Oculta os recordarán a la magia de Michael Ende y su romance es mucho más real y natural, y por tanto más creíble y bonito que todas esos insta-love tóxicos que pueblan las novelas young adult. Si os gustan las novelas juveniles bien escritas, con contenido, con buenos protagonistas, con un villano carismático y una historia interesante ambientada en los lugares más emblemáticos de Barcelona, sin duda os encantará. Además, dicen las sombras que hay proyectados dos libros más en dos ciudades diferentes. Quizá la próxima aventura sea al lado de vuestra casa. ¡Dadle una oportunidad y no os la perdáis!

La puerta del dragón
Ana Alonso y Javier Pelegrín

Edebé, noviembre de 2016
Rústica con solapas, 400 págs.
14.95 €

agosto 17, 2017y

2 de junio de 2017

‘Arena roja’, gladiadores distópicos en el Primer Mundo

Gema Bonnín nos transporta hasta el siglo XXII, donde el vulgo se contenta con combates de gladiadores televisados dirigidos por las grandes corporaciones.



¿Preparados para sudar sangre en el mayor espectáculo del Viejo Mundo? Atémonos pues las sandalias, saquémosle lustre al gladius y comencemos, gladiadores. Siglo XXII: las grandes corporaciones gobiernan a su antojo la sociedad del futuro, donde las desigualdades sociales son más patentes que nunca. Asia es ahora el Primer Mundo, un continente donde la gente vive cómodamente, ajena a cualquier cosa que les saque de sus fáciles y tranquilas vidas de ciudadanos de primera categoría. Mientras, en la Vieja Europa, el hambre, la enfermedad y las penurias han hecho estragos entre los menos desfavorecidos: un verdadero Tercer Mundo. ¿Y con qué se contenta al vulgo que vive envuelto en la miseria? Con pan y circo, o lo que es lo mismo, con los cruentos combates televisados de gladiadores. Así que en este nuevo orden mundial, donde gobiernan las Corporaciones y donde se aliena a los individuos con espectáculos sangrientos, es donde situamos a nuestra protagonista, Faith Gómez.

Faith tiene doce años, pertenece a la élite social de Hong Kong y vive recluida en un magnífico complejo residencial, Goldenpark, reservado a las “segundas” familias de los mandatarios más influyentes y poderosos de la megalópolis. En ese microcosmos de opulencia y tecnología, Faith es una feliz adolescente de doce años. Faith tiene a su madre, Martina, a la que adora; vive en una villa de lujo donde no le falta de nada y su microuniverso es un lugar cómodo, seguro y protegido. Sin embargo un suceso dramático, que no voy a desvelar, lo cambia todo. De la noche a la mañana, Faith es vendida como esclava a Hydrus, una de las más poderosas megacorporaciones del planeta, que la envía a una escuela de gladiadores en Menorca para amortizar su inversión… Y hasta ahí puedo leer.

Interesante, ¿verdad? He de confesar que, dadas mis últimas decepciones con la distopía adolescente, no estaba convencida de si Arena roja me iba a gustar o no. Sin embargo, recordé que Nocturna Ediciones es una de mis editoriales juveniles favoritas —en su catálogo están algunos de mis libros más emblemáticos como Cristal embrujado de Diana Wynne Jones o Seraphina de Rachel Hartman) — y además la novela se ambienta en la Roma Invicta. ¿Podéis adivinar hacia donde se terminó inclinando la balanza? Exacto. Esta novela tenía que ser mía. Tenía que leerla y tenía que ver si las expectativas iban en consonancia al hype creado en las redes sociales.

Y es aquí cuando tengo que decir que, aunque me ha parecido una novela entretenida, me he llevado una gran decepción con Arena roja. No me entendáis mal. No me arrepiento de haberla leído. De hecho, la he disfrutado, en su mayor parte, y me la leí en tres tardes. Gema Bonnín, pese a su juventud, ha demostrado ser una escritora solvente que sabe lo que quiere y cómo contarlo, con un estilo directo y simple que casa muy bien con la personalidad de Faith. La autora ha creado una distopía adolescente con un argumento interesante, una protagonista resultona y una ambientación, a caballo entre el oriente asiático más tecnológico y la sangre y arena de la Antigua Roma, de lo más original. Pero (y ahora vienen los peros) hay una serie de puntos que han deslucido el balance general de la novela y que me han llevado a quitarle puntos. Estos puntos han sido el escaso desarrollo del escenario donde transcurre la novela, la escasa evolución de la protagonista, el ritmo lento con el que se lastra una supuesta historia de sangre y arena, la falta de personajes secundarios realmente carismáticos, y cierto tufillo a feminismo mal entendido, que me ha molestado durante toda la novela. Pero vayamos por partes y desgranemos los puntos fuertes y los puntos débiles que, a mi entender, tiene Arena roja y que han hecho que no fuera todo una historia todo lo redonda y brillante que esperaba.
La estructura de nuestras ciudades e incluso la forma de relacionarnos ha cambiado brutalmente gracias a las redes sociales y a la tecnología.

Una de las cosas que más me ha gustado ha sido el cambio social y geopolítico de la economía mundial y del poder que tienen las Corporaciones en la vida de la gente, cosa que no está tan alejada del futuro como parece. La crítica a la esclavitud, a la trata de personas o a los espectáculos vacíos como fuente de opio para una sociedad oprimida y empobrecida hasta decir basta, me ha parecido muy acertada. Sin embargo, la autora ensalza a esos gladiadores como estrellas mediáticas y sus condiciones de “esclavitud” ya las querría yo para mí: viven en un internado elitista de corte militar donde los entrenan con las últimas tecnologías, estudian, no pasan hambre, se forman, tienen días libres de ocio y esparcimiento… En definitiva, que viven como reyes y rodeados de lujos, nada de una vida espartana de sufrimiento y esclavitud. Y lo disfrutan, claro. Esto me ha chocado muchísimo: esclavitud y sangre en la arena, ¿sí o no? ¿Mola o no mola ser un gladiador en la arena del Coliseo?

A tenor de este primer punto, viene el tema del worldbuilding. Aunque ha pasado un siglo desde nuestra era, la autora tira de rédito y muestra un escenario sin apenas cambios. Del siglo XX al XXI, nuestra sociedad, la estructura de nuestras ciudades e incluso la forma de relacionarnos ha cambiado brutalmente gracias a las redes sociales y a la tecnología, por poner un ejemplo. ¿Por qué no se ve ese salto, o cualquier otro, en la novela al cambiar del siglo XXI al XXII? ¿No ha habido ningún avance en ningún campo? De Asia, que en teoría es uno de los atractivos de la novela, solo se nos muestra un continente desarrollado, económicamente poderoso y con megalópolis, en cuatro pinceladas y ya está, y bien podría ser Marte o una colonia joviana. En cuanto a la Vieja Europa, hace un paseo por ciudades emblemáticas como Roma y no muestra especialmente el cambio social. ¿Dónde está el hambre y la miseria? ¿La opresión? ¿Las desigualdades sociales? ¿La esclavitud? ¿Y ese Tercer Mundo?

Este escaso desarrollo de escenarios no es un punto que me haya molestado especialmente. Por desgracia, una de las características típicas de las distopías juveniles es el justamente esa falta de worldbuilding, siempre sacrificado a favor del componente amoroso o de la personal visión de la protagonista femenina de turno, aunque me ha decepcionado un poco que apenas se mencione la cultura oriental.

El tercer punto a considerar es Faith, nuestra protagonista. La autora explica, y explica mucho sobre Faith, pero no muestra la evolución de Faith pre-adolescente a la de joven adulto. El personaje se queda estancadísimo en sus propias circunstancias, aunque espero que se solucione en la segunda novela: Arena negra. Me explico: nuestra protagonista habla, pero no actúa. Se deja llevar por la academia, por los profesores, por los compañeros, por su propia Corporación, por la Arena, por el chico guapo, por su deseo de venganza... Habla mucho, le gusta escucharse y decirnos, página sí y página también, lo dura que es, lo fuerte que es, la voluntad de acero que tiene comparada con los blandengues de sus compañeros y lo vengativa que va a ser para con aquellos que destrozaron su vida. Pero no actúa. Se deja llevar continuamente por todo lo que le rodea y esto me ha supuesto un problema porque es justo lo contrario a lo que yo me esperaba en esta novela: rebeldía con sangre, sudor y lágrimas, con venganza y un ritmo trepidante entre duelos mortales en las arenas del circo romano, en medio de una vida espartana de sacrificio. Supongo que el plato fuerte se lo estará reservando la autora para la segunda parte, porque la acción de la primera casi brilla por su ausencia y salvo alguna que otra escaramuza en la arena, poco más vamos a ver. Espero, de verdad, con ansia viva, que el segundo libro traiga toda la acción que el argumento prometía porque este ni ha traído sangre ni arena, ni miseria, ni sacrificio, ni esclavitud. Tan solo “estrellas” entrenadas, con exigencia y entre algodones, que no han pasado la más mínima de las calamidades y a los que les gusta, para más inri, ser gladiadores.


Los secundarios de Arena roja han pasado por delante de mis ojos sin pena ni gloria. Y esto sí que ha sido todo un hándicap. Podría decir que hay dos personajes importantes sobre los que pivota la existencia de Faith, y que no me han resultado especialmente carismáticos. Es más, me han resultado molestos. Los he sentido poco desarrollados, planos y en algunos casos, incluso preocupantes. Martina, la madre de Faith es uno de ellos.

Tras leer el prólogo iba dispuesta a que Martina me gustara mucho: esa búsqueda inicial y los sacrificios que hace para que Faith tenga una vida de lujo me atraían como polilla a farolillo. Pero claro, luego todo su “supuesto” discurso feminista se resume en que lo que mejor define a una mujer es su aspecto físico y no su inteligencia, y que “si un chico te molesta, te roba un beso o te toquetea sin permiso, es una buena señal, porque le gustas”. Y el problema no es que Martina lleve una vida hedonista, cual geisha esperando eternamente al rico y poderoso al padre de Faith, no. Lo que me chirría es que me traten de vender a Martina como el paradigma del sacrificio, del feminismo y de la maternidad sin tacha cuando es un personaje frívolo e insulso preocupado por no marchitar su belleza y perder su status quo en la sociedad de Hong Kong.

Mi segundo problema ha sido Teseo, el chico misterioso con el que Faith se lleva cinco años y que tienen las interacciones más absurdas y forzadas que he leído últimamente. Vaya por delante que me gusta la presencia de los chicos misteriosos como a la que más; le dan un toque a las historias que es difícil de resistir. De Teseo no sabemos nada, salvo que vive en Goldenpark, que tiene un pasado misterioso y que, por algún motivo que nadie sabe, quiere ayudar a Faith, a la que solo conoce de vista, para poner en peligro toda su carrera y posición en la Corporación para la que trabaja. Aceptamos pulpo como animal de compañía, sin problema alguno, hasta que se desvele el misterio de las motivaciones de nuestro chico florero en el segundo libro que cierra la bilogía. Mi problema con Teseo ha sido una escena entre una Faith, de doce años, y un Teseo, de diecisiete que me ha resultado muy inquietante. No voy a dar detalles, pero estoy convencida de que hay mil formas de insinuar que a Teseo le podría interesar Faith como mujer en el futuro y no como niña.

Ya sabéis que no me gusta terminar una reseña sin hablar unas palabras de la edición de la novela. En ese aspecto, soy muy fetichista con los libros y, aunque parezca una frivolidad, para mí es tan importante el aspecto exterior de la novela como lo que contiene. En mi caso, el aspecto sensorial de un libro es lo que marca la diferencia entre comprarlo en papel o en formato electrónico. Nocturna Ediciones, como es habitual, nos trae una edición física preciosa y muy cuidada que se engloba dentro de su catálogo de Literatura Mágica: tenemos una novela en tapa blanda reforzada con solapas, papel de calidad y una cuidadísima maquetación, con márgenes e interlineado adecuado. Además, me encanta el tono crema del papel y el tacto que tiene al pasar las páginas. Es amor bibliófilo del bueno. Además, podéis encontrar por la red ilustraciones promocionales de los personajes a cargo de Lehanan Aida, una ilustradora que me encanta, que sigo desde hace tiempo en las redes sociales, y que se encarga de ilustrar otras novelas de Nocturna Ediciones, como El corredor del laberinto o la fantástica Sueños de piedra.

Creo que podréis comprobar que Arena roja de Gema Bonnín parte de buenas ideas, de buenas intenciones, de un buen argumento que la separa del resto de las novelas distópicas juveniles del mercado pero le falta una buena cocción y maduración para resultar brillante. El resultado final desluce mucho más de lo que debería y creo que, quizá, parte del problema sea mío, ya que tenía unas expectativas estratosféricas por todo el hype generado estos meses en las redes sociales. Arena roja me ha parecido una novela correcta, que podría haber sido verdaderamente impresionante si hubiese sido capaz de abordar los ambiciosos contenidos que se proponía: crítica a la sociedad de los países desarrollados, a las megacorporaciones, a la trata de personas, a la esclavitud, al machismo y a los roles de género. Sinceramente, creo que le hubiese ido muchísimo mejor a la novela el haber aligerado toda esta temática y haberse transformado en una novela de aventuras juvenil, sin más, ya que apenas ha tocado los temas que quería tratar, dejándolos en el aire. Por lo demás, es una novela entretenida que recomiendo si, en general, os gustan las novelas distópicas juveniles. ¡Buena lectura! ■


BONNÍN, Gema; Arena roja; Nocturna Ediciones, mayo de 2016,
463 págs; col. Literatura Mágica; rústica con solapas, 16 €. Arena roja, 1.

junio 02, 2017y

12 de enero de 2017

‘El oráculo oculto’, o cuando un veleidoso dios queda a merced de los mortales

‘El oráculo oculto’ está dirigido a un público más juvenil, pero sigue siendo una buena muestra del poder narrativo e inventiva de Rick Riordan.



Cómo disfruto con los libros de Rick Riordan! En serio, no me canso de leer las descacharrantes aventuras de estos semidioses griegos aunque tito Rick se empecine en repetir una y otra vez la misma fórmula, sin salirse del camino que él mismo abriera hace más de diez años con las aventuras de Percy Jackson y los dioses del Olimpo. Mientras funcione, ¿a quién le importa? A mí me encantan las novelas juveniles que siguen el camino del héroe, que son divertidas, trepidantes y llenas de humor y fantasía. ¿Qué me miran raro cuando me ven reírme con un libro recomendado a partir de los doce años? ¡Qué miren! La literatura juvenil no tiene edad y es maravillosa.

El oráculo oculto, primer libro de esta nueva trilogía/saga, viene a ubicarse cronológicamente justo después de La sangre del Olimpo, lo que viene a ser la novela número 11 dentro de "Las crónicas del Campamento Mestizo". ¿Significa eso que hay que leerlo en orden? No necesariamente, aunque sí es lo más recomendable ya que hay bastantes referencias a las aventuras anteriores y es posible, más que posible, que os terminéis comiendo un spoiler, más de uno en realidad. Pero no es indispensable. La novela tiene la suficiente autonomía como para leerse como ente independiente.

Para refrescaros la memoria y para aquellos que aterrizan por primera vez en el Campamento Mestizo, os dejo el orden de lectura que debe seguirse con la saga principal.

Percy Jackson y los dioses del Olimpo (Salamandra).

  1. El ladrón del rayo.
  2. El mar de los monstruos.
  3. La maldición del titán.
  4. La batalla del laberinto.
  5. El último héroe del Olimpo.
Los héroes del Olimpo (Montena).

  1. El héroe perdido
  2. El hijo de Neptuno.
  3. La marca de Atenea.
  4. La casa de Hades.
  5. La sangre del Olimpo.
Las pruebas de Apolo (Montena)

  1. El oráculo oculto.
  2. The dark profecy (en inglés, para mayo del 2017)
  3. ¿?
Los spin offs de la serie van detrás y, aunque no son imprescindibles, se pueden leer intercalados. Todos ellos completan el universo mitológico por donde navega Rick Riordan. Son Las crónicas de Kane (La pirámide roja, El trono de fuego, La sombra de la serpiente) y Magnus Chase y los dioses de Asgard (La espada del tiempo, El martillo de Thor para marzo del 2017). También tenemos crossovers entre los semidioses griegos y los egipcios, novelas gráficas y guías varias. Vamos, que el universo del tío Rick comienza a hacerse tan infinito como la mitología en la que se basa.



Ahora que nos hemos situado, ¿de qué va El oráculo oculto? El pagadísimo de sí mismo dios Apolo, el mismo que la lió parda en La sangre del Olimpo, ha sido desterrado del Monte Olimpo por Zeus, el dios del rayo, y ha aterrizado, literalmente, en unos contenedores de basura de Nueva York, sin poderes, sin gracia, sin dones y encerrado en el cuerpo de un adolescente desgarbado llamado Lester Papadopoulos. ¿Y qué es lo que puede hacer una divinidad de más de cuatro mil años encerrada en un cuerpo mortal? Buscar ayuda en forma de semidioses que habitan en el mundo moderno: el Campamento Mestizo.

El tito Rick vuelve a sus orígenes y nos regala una novela infantil-juvenil. ¿Qué significa esto? Varias cosas. La primera, la simplicidad del argumento y la forma de narrarlo, mucho más lineal y con menos frentes abiertos.


A partir de aquí, con la ayuda de viejos conocidos (Percy Jackson, Nico di Angelo y Will Solace) y otros nuevos (Meg McCaffrey), Apolo debe recuperar su divinidad sorteando las pruebas que Zeus ha tenido a bien interponer en su camino para demostrar que es digno de volver a ocupar su sitio en el Olimpo.

Como os he mencionado antes, Rick Riordan no innova en esta nueva novela y sigue el patrón que tan bien le ha funcionado con sus anteriores sagas: protagonista en apuros, carrera contrarreloj, obstáculos insalvables y mucho humor. Lo que sí he notado, y hay que recalcarlo, es que esta novela supone una involución del orden natural de lectura y de la edad del público al que va destinado. Me explico: mientras que "Percy Jackson y los dioses del Olimpo" es claramente un middle grade (recomendado a partir de doce años), su continuación, "Los héroes del Olimpo", se sitúa claramente como una novela young adult.

La lógica interna de la cronología de la serie pedía, de todas todas, que la nueva serie de "Las pruebas de Apolo" siguiera siendo una juvenil adulta, pero no. ¡Sorpresa! El tito Rick vuelve a sus orígenes y nos regala una novela infantil-juvenil. ¿Qué significa esto? Varias cosas. La primera, la simplicidad del argumento y la forma de narrarlo, mucho más lineal y con menos frentes abiertos. Obviamente, no es lo mismo escribir una novela para un chaval de doce años que para un adolescente de dieciséis, y esto hay que tenerlo muy presente: puede desencantar a los seguidores más creciditos de la saga que esperan la misma epicidad de "Los héroes del Olimpo". La segunda, es la recuperación, aunque anecdótica, de nuestros personajes favoritos y que sirven, únicamente, como nexo de unión. Si esperas volver a ver en su máximo apogeo a Percy Jackson, Nico di Angelo o a otros personajes principales, te vas a llevar un chasco. Esta es la historia de una nueva semidiosa, Meg McCaffrey, y de un dios caído en desgracia, vanidoso, egocéntrico y poco dado al trabajo duro como Apolo.


¿Me ha gustado El oráculo oculto? Muchísimo. He disfrutado más que un hobbit en alacena ajena, que ya es decir. El estilo rápido, trepidante, divertido e irreverente de Rick Riordan sigue estando en cada página, cada párrafo, cada línea. Eso no ha cambiado nada en absoluto. Lo único que se le puede achacar, y ni siquiera se le puede considerar un defecto, es que la trama se ha aligerado a favor a los lectores objetivos de esta nueva serie. Que los adultos sigamos enamorados de cualquier cosa que salga de la imaginación del tito Rick es otra cosa y no podemos esperar la misma complejidad argumental que nos regaló con el Campamento Júpiter.

Respecto a la edición, Montena sigue mimando los libros y nos ofrece continuidad con el resto de la saga: tapa dura, buena letra, márgenes adecuados. La traducción sigue a cargo de Ignacio Gómez y me ha gustado muchísimo. Es un plus la sensación de continuidad que proporciona que sea el mismo traductor el que se haga cargo de los libros. Especialita que es una.

A diferencia de las otras novelas del rico universo de Rick Riordan, ya no tenemos a un prodigioso semidiós luchando contra los elementos, sino a un dios envuelto bajo el cuerpo de un mortal, privado de todos sus dones y abandonado a su suerte en mitad de Nueva York. Si sois seguidores de esta serie y os acercáis con el corazón de un niño de doce años, la disfrutaréis como enanos. Si no, es posible que se os quede corta y os parezca de lo más juvenil y previsible. Aun así, no la perdáis de vista. El tito Rick siempre sorprende y promete más acción, más griegos, más romanos y más viajes escacharrantes por la mitología clásica.

El oráculo oculto
Las pruebas de Apolo 1


Autor: Rick Riordan.
Editorial: Montena.
Traducción: Ignacio Gómez Calvo.
Formato: 320 páginas en tapa dura.
Precio: 16,95 €.
Parte de una serie: Sí, "Las pruebas de Apolo".

Fantasía

Tras enfurecer a Zeus, el dios Apolo es desterrado del Olimpo. Débil y desorientado, aterriza en la ciudad de Nueva York convertido en un chico normal. Sin sus poderes divinos y bajo la apariencia de un adolescente que disimula sus cuatro mil años de edad, Apolo deberá aprender a sobrevivir en el mundo moderno mientras busca la manera de recuperar la confianza de Zeus.

Pero entre dioses, monstruos y mortales, Apolo tiene muchos enemigos a quienes no les interesa que recupere sus poderes y vuelva al Olimpo. Cuando Apolo se ve en apuros, solo le queda un lugar donde acudir: un refugio secreto de semidioses modernos conocido como el Campamento Mestizo.

enero 12, 2017y

1 de diciembre de 2016

Otra distopía juvenil con la que saturar las estanterías: ‘La reina del Tearling’ de Erika Johansen

Erika Johansen inicia una nueva serie distópica juvenil ambientada en el siglo XXIV, protagonizada por una princesa con nulas aptitudes para el cargo y cuya película protagonizará y producirá Emma Watson.



Conocéis esa sensación de estar un domingo por la tarde viendo una película en la sobremesa y, aunque sabes que es malísima, no puedes dejar de verla porque te has enganchado malamente? Ese sentimiento es lo que mejor describe mi lectura de La reina del Tearling, primera novela de Erika Johansen tras su paso por el Iowa Writers’ Workshop. El mayor mérito, por no decir el único, que tiene la autora y su novela es haber conseguido la atención de Emma Watson, productora y protagonista de la futura adaptación cinematográfica de La reina del Tearling.

Por ello, si estáis buscando una lectura ligera, rápida, poco exigente, sin desarrollo de personajes y con nula ambientación, lo que se dice un mero entretenimiento o un placer culposo, La reina del Tearling os hará pasar un par de tardes agradables. Si buscáis algo más adulto y menos juvenil, bien estructurado y novedoso, donde no tengas que recurrir continuamente a un continuo "dogma de fe" para avanzar en la narración, entonces lo mejor es que os hagáis un favor y os mantengáis alejados de esta novela, qué para más inri se parece a "Canción de fuego y hielo" o a "Los juegos del hambre" lo que un huevo a una castaña.

Empecemos por el principio. ¿De qué va La reina del Tearling? Kelsea Raleigh acaba de alcanzar la mayoría de edad y, tras la muerte de la reina Elyssa, dos décadas atrás, es la única heredera al trono del Tearling. Escondida, protegida y educada por dos fieles sirvientes (Carlin y Barty) en una cabaña oculta entre los bosques del reino, la joven espera a que los restos de la fiel Guardia Real para que la conduzcan a la capital y reclame el trono que ahora mismo ocupa su tío el Regente, mero títere de la Reina Roja, la malvada y poderosa hechicera del reino vecino de Mortmesne.


Fantasía épica… ¡Yuju! Cuando leí la sinopsis editorial de la novela, yo esperaba una aventura de corte fantástico-medieval, con intrigas palaciegas, magia, opresión, grandes gestas y una protagonista que se enfrente a su destino, con mayor o menor fortuna. Teoría y práctica comenzaron a divergir en el mismo momento que la expresión "gen recesivo" apareció a bocajarro y sin anestesia en medio del párrafo. ¿¡Que qué?! ¿Quién osa nombrar a los guisantes de Mendel en vano? ¿Quién habla de genética moderna en una novela de fantasía épica? Ahí fue cuando me di cuenta de que me habían dado gato por liebre y lo que tenía entre las manos era una novela distópica young adult. O lo que es lo mismo: si juntamos a una autora novel con una historia distópica adolescente y la venta de los derechos cinematográficos, el resultado suele ser una novela de personajes planos, trama previsible y ambientación nula, como pasó con Seeker, otra distopía juvenil que prometía mucho y quedó en agua de borrajas. ¿Sabéis a que me ha recordado la base de esta novela? Al viaje o travesía de los peregrinos británicos en el Mayflower, allá por el siglo XVII, en busca de nuevas oportunidades en las Américas.

La reina del Tearling tiene tantas incoherencias en la trama, tantos agujeros en el argumento, tantos interrogantes que no se resuelven, tantas referencias a nuestra era y al medievo tomadas aleatoriamente sin ton ni son, que hay que acercarse a la novela con las expectativas cercanas al cero absoluto para poder disfrutarla. Y voy a ser sincera: pese a todo y pasado el primer fiasco, la he disfrutado. Pocas lecturas vais a encontrar tan ágiles, rápidas y sin pretensiones como La reina del Tearling. Como os decía al inicio, la sensación ha sido la misma que ver un telefilm de sobremesa de un domingo por la tarde: aun sabiendo que es malo de solemnidad, no puedes dejar de verlo. Eso sí que se lo voy a reconocer a la autora: el libro es un pasa páginas muy efectivo.

Si estáis buscando una lectura ligera, rápida, poco exigente, sin desarrollo de personajes y con nula ambientación, lo que se dice un mero entretenimiento o un placer culposo, La reina del Tearling os hará pasar un par de tardes agradables.


¿Qué es lo que ha mantenido mi interés en la novela, preguntaréis? Nuestra protagonista no, desde luego: Kelsea es un personaje insufrible. Es inexperta pero no se deja aconsejar, porque es una marisabidilla que ha recibido una educación privilegiada en todo tipo de temas inimaginables mientras estaba oculta en una humilde cabaña del bosque. No tiene idea de política, toma decisiones sin pensar y pasa olímpicamente de las consecuencias de sus actos, porque ella lo vale. Y para más inri, nunca se equivoca, todo le sale bien y no hay nadie que sea mejor que ella, aunque no pare de lamentarse y decir lo contrario. ¡Alerta, Mary Sue a la vista! Espera, dejemos que ella misma se describa como una joven rechoncheta y poco agraciada, acomplejada por su físico del montón, y asunto arreglado. Lo dicho, inaguantable.

Lo que me ha mantenido pegada a la historia son tres personajes secundarios, completamente distintos aunque bastante estereotipados, que desde luego han despertado en mí, como lectora, más simpatías: Javel, Maza y el Traedor, a los que he bautizado como el Bueno, el Feo y el Malo Sexy. No quiero decir mucho más, puesto que me metería en el terreno del spoiler, pero desde luego os digo que la trama de ellos tres es mucho más interesante que el propio hilo conductor de la novela, lo que hace flaco favor a una protagonista anodina, carente de carisma y digna de lástima, por mucho que la autora se emperre en hacernos creer lo contrario.

En serio, me gustaría contaros muchísimas cosas más de la novela, tantas que darían para un ensayo: la desconocida ubicación temporal de la historia, la incoherencia del sistema político del Tearling, la "magia potagia" del artefacto de turno en un mundo distópico, el uso aleatorio, arbitrario e incoherente de la tecnología, las muy-pilladas-por-los-pelos motivaciones de la Reina Roja, la nula clase aristocrática del Tearling, que parece que por no tener, no tienen ni ejército privado aunque sigan un sistema feudal, o el mismísimo reino de Mortmesne, del que apenas sabemos algo salvo que están muy avanzados respecto al Tearling, en todos los aspectos.



En realidad, la impresión que me ha dado la lectura de La reina del Tearling es que la autora se ha metido en un berenjenal que no tenía intención alguna de escribir. Me explico: las incoherencias internas de la historia y el meter con calzador elementos distópicos me sugiere que la autora no tenía planeada una novela de este tipo. Creo que, por algún oscuro designio editorial, una prometedora historia clásica de fantasía épica juvenil ha desembocado en una distopía young adult que no hay por donde agarrar. Y es una lástima porque creo que la novela tenía potencial y se ha quedado en un triste quiero y no puedo.

Respecto a la estructura y edición de la novela, La reina del Tearling contiene un mapa del Tearling y catorce capítulos divididos en tres grandes bloques temáticos, donde el inicio de cada capítulo viene acompañado por una pequeña cita histórica sobre la política, la sociedad o algún otro dato de interés acerca de la Travesía, la reina o el propio Tearling. La historia es un verdadero pasa páginas, escrita de forma ágil, con gran traducción, descripciones justitas y diálogos que oscilan entre la irrelevancia y el absurdo. No sé dónde radica el truco pero, pese a todos los fallos de argumento, ambientación y desarrollo interno, engancha. Y lo más curioso, me ha dejado con ganas de leer el siguiente, o al menos, ver por donde respira la adaptación cinematográfica. Creo que lo que más me ha gustado es la falta de romance y la inexistencia de rocambolescos triángulos amorosos que no llevan a ninguna parte. Eso, sin lugar a dudas, ha sido toda una novedad siendo como es una novela young adult.

En definitiva, La reina del Tearling es una distopía young adult más con las que poblar las ya de por sí abarrotadas estanterías de las librerías y cuyo mayor mérito es haber despertado el interés de Emma Watson para hacer la adaptación cinematográfica. Si no sois lectores exigentes y leéis la historia sin pretensión alguna, dando por buenas todas las incoherencias de la trama, tanto a nivel de ambientación como de desarrollo de personajes, quizá la disfrutéis y os haga pasar un estupendo rato lector. Si sois lectores más exigentes, esta novela no es para vosotros. Ya sabéis que cada lector es un mundo y que para gustos, mil colores.

LA REINA DEL TEARLING

Autor: Erika Johansen.
Editorial: Fantascy.
Traducción: Gemma Rovira Ortega.
Formato: 496 páginas en rústica con solapas, o digital.
Precio: 16,90 € (6,99 € en digital).
Parte de una serie: Sí.

FANTASÍA

Kelsea Glynn es la única heredera del trono del Tearling. Tras la muerte de su madre, la princesa fue criada por dos fieles sirvientes en una cabaña oculta en los bosques. Durante casi dos décadas, el tío de Kelsea ha ejercido la regencia, pero no es más que el títere corrupto de la Reina Roja, la taimada y despótica hechicera que ostenta el poder en el feudo colindante de Mortmesne.

El día que Kelsea cumple diecinueve años, los maltrechos restos de la guardia de la reina acuden para sacar a la joven de la clandestinidad y escoltarla hasta la capital.

Así empieza el turbulento viaje de Kelsea al corazón del Tearling para reclamar su trono, ganar la lealtad del pueblo, y rescatar su reino de la corrupción y de la magia oscura.

Armada con una voluntad de acero, la joven se someterá a una auténtica prueba de fuego que puede convertirla en leyenda... o destruirla.

diciembre 01, 2016y


 

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