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Mi espada, mi conjuro.
La puerta. Magia.
La mazmorra. Un troll.
Nos gusta la fantasía

"Sabe, oh príncipe, que entre los años en que los océanos anegaron Atlantis y las resplandecientes ciudades [...] hubo una edad no sonada en la que brillantes reinos ocuparon la tierra como el manto azul entre las estrellas."

LA

en la tinta

Mi espada, mi conjuro. La puerta, magia, Igni. La mazmorra,
un troll. El mundo. Nos gusta la fantasía.


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Mi espada, mi conjuro. La puerta, magia, Igni. La mazmorra, un troll. El mundo. Nos gusta la fantasía en todas sus formas.

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7 de diciembre de 2017

‘El factor sobrenatural’, una historia repleta de fantasmas y un ojo que todo lo ve


Siempre han existido ciertas novelas de temáticas especialmente predecibles como aquellas que tratan de afortunados herederos que se mudan a su nueva casa encantada y a los que por supuesto les va fatal. Casi todos acaban muertos, tienen una apasionante huida por los alrededores de la propiedad y el/la superviviente termina finalmente vendiendo la razón de todos sus males a otros incautos propietarios, prolongando así hasta el infinito el drama. Estas novelas empiezan por regla general de forma previsible, pero con el tiempo terminan cayendo en el error de intentar no serlo para acabar siendo algo indefinido. El resultado es una nueva definición de la famosa frase “sin pena ni gloria” que acaba por exiliar la novela en cuestión al estante más inalcanzable o menos cuidado de nuestra biblioteca. Sin embargo, otras consiguen encontrar la fórmula perfecta.

La sinopsis de El factor sobrenatural quizá te incite a pensar que la novela será parte de “esas noveluchas para leer en la playa donde sabes de antemano todo lo que va a suceder”, pero sorpresivamente a medida que el lector pasee sus ojos por las diez primeras páginas termina por descubrir con satisfacción que lo que está leyendo no solo no encaja en el primer y segundo tipo sino que es una narración original de verdad, algo difícil en una época en la que todo parece estar ya inventado. En definitiva, ese tipo de novela que puede llegar a dejarte una expresión cómica con media ceja levantada, expresando de esa forma tu sorpresa ante una narración que ha conseguido lo que más le gusta a todo buen lector: el desafío de lo incierto, la intriga y el misterio.


Eso es lo que me sucedió a mi con El factor sobrenatural de Edgar Cantero. Sí, la novela va de dos chicos que han heredado una casa encantada/maldita, pero en cuanto descubres la forma en la que está escrita, repleta de tantos diálogos que en ocasiones parece más teatro que prosa, por la manera en la que se describen los pensamientos de los protagonistas y la extraña definición que el autor hace de ellos, sabemos que no vamos a leer algo que se encuentre dentro de la ingente morralla que se publica últimamente.

Los protagonistas son algo importante a destacar, aunque el autor opta por describir Axton House, la casa heredada, antes que a estos dos jóvenes herederos europeos. Ella, de nombre Niamh, de melena rebelde y extrañas ropas multicolores, tiene el matiz narrativo de ser muda, por lo que vamos a ser testigos de cómo Cantero es capaz de jugar con el formato de los diálogos y de la propia narración dándole a El factor sobrenatural un je ne sais quoi muy especial. Por su particular forma de interpretar y de comunicarse con lo que la rodea, Niamh es la que lleva el peso del misterio y la intriga a lo largo de toda la historia. El otro personaje principal es A, un chico normal, moreno, de media altura. con pinta de niño rico y del que no sabremos su nombre durante el resto de la novela, otra prueba más de los experimentos especialmente exitosos del autor al demostrarnos que no nos hace falta conocer su talla de calzoncillos, los orígenes de su nacimiento y la relación que tenía con otros niños del colegio —Edgar, te doy encarecidamente las gracias—. En  nuestra imaginación podríamos bautizarle con cualquier nombre que empezase con A, pero eso no cambiaría ni el esquema de la narración, ni por supuesto su final.


Junto a estas particularidades, se puede comprobar a su vez que la experiencia de los dos protagonistas con su casa encantada es algo más parecido al show de El mundo de Beakman que no a la película Poltergeist. No les vamos a ver huir sino que por el contrario tratarán de comprender qué está sucediendo en Axton House y cuales pueden ser las causas por las que tanto la familia Wells —sí, yo también pillé la referencia al famoso locutor— como la casa parecen sufrir el ataque de ciertos fenómenos paranormales. Se llega incluso hasta el punto de monitorizar las distintas estancias de la mansión al más puro estilo Cuarto Milenio bebiendo Fanta, comiendo twinkies, mientras se bromea sobre leer demasiado a Lovecraft y Frank Baum, entre otros.


El factor sobrenatural

The Supernatural Enhancements, 2014. Edgar Cantero. Traducción de Xavier Morató. Minotauro, 2016, 384 págs. Tapa dura con sobrecubierta, 5,95 €.
Las pesquisas que Niamh y A van haciendo sobre la vida de los Wells, Axton House y las reuniones secretas que se tenían lugar en ella una vez al año (a la que asistían un buen grupo de aristócratas), nos sirven de guía para explorar una novela distinta, repleta de criptografía con la que intentan descifrar algunas de las cartas que dejó el señor Wells a los miembros más importantes de su organización secreta. Pasillos ocultos e ingeniosos resortes que nos permitirán disfrutar con la novela. Es una narrativa nueva, intrigante y divertida que lleva al lector a empatizar no solo con Help, el perro de la Protectora de Animales que más alto ladra y durante más tiempo, sino también con los protagonistas que sin saber cómo parecen haber viajado desde los años noventa a un capítulo cualquiera de Penny Dreadful con cada descubrimiento sobre la historia de Axton House. Prometo que no os aburriréis con El factor sobrenatural y que terminaréis volando por sus páginas para averiguar qué demonios es el Ojo de Horus, de donde sale la niña fantasma del cuarto de baño, y a la que le da por romper las bombillas, y si fue el mayordomo quien mató al señor Wells, o por el contrario era el único en el que el fallecido podía confiar para salvaguardar los secretos de la casa en la colina.

diciembre 07, 2017y

24 de diciembre de 2014

Reseña: «Sombras sobre el Nilo», de Kate Furnivall

La autora ha escrito una novela muy ágil con referencias a Sherlock Holmes y Agatha Christie.

Egiptología, el Museo Británico, Londres, El Cairo, romance, aventuras, misterios y Sherlock Holmes: este libro llevaba mi nombre en la solapa. Sombras sobre el Nilo, de la autora británica Kate Furnivall, ha sido una lectura muy entretenida y aunque el final ha sido un poco rocambolesco digno del mejor telefilm de sobremesa, en general ha sido una novela que he disfrutado mucho y cuyos puntos fuerte han sido, sin lugar a dudas, la ambientación histórica –que me ha encantado– y las relaciones fraternales entre los tres protagonistas de la novela. Pero vayamos por partes, que adelanto acontecimientos, ¿de qué va el argumento?

Jessie Kenton, una preciosa niña londinense perteneciente a una acomodada familia de clase alta, ve horrorizada como una noche sus propios padres se llevan a su hermanito Georgie, un niño con graves problemas de conducta, y lo sustituyen por el angelical Timothy. Aunque Jessie hace lo posible por intentar recuperar a su adorado hermanito y evitar querer a ese intruso que se ha colado en su familia, fracasa estrepitosamente en ambas: su aristocrático padre prohíbe toda referencia a Georgie y el usurpador realmente no tiene culpa de nada. Así que, cuando veinte años después, Timothy, que es ahora un prometedor egiptólogo del Museo Británico, desaparece de forma misteriosa, Jessie no está dispuesta a permitir que le arrebaten a otro de sus hermanos. Con la ayuda de Sir Montague Chamford, un aristócrata venido a menos que no puede resistirse a ayudar a una damisela en apuros, y las pistas que ha ido dejando el mismísimo Timothy en forma de acertijos relacionados con las novelas de Sherlock Holmes, Jessie moverá cielo y tierra para encontrar a su hermano desaparecido sin saber que con la búsqueda de uno encontrará las respuestas de la desaparición del otro, ocultas entre las sombras del mismísimo río Nilo.

Si este argumento no ha sido capaz de haceros ir a la librería más cercana, mal vamos. La verdad es que Sombras desde el Nilo es una novela ágil, que se lee casi de tirón si se dispone de tiempo suficiente para ello, muy bien ambientada y con tres personajes con los que enseguida te encariñas. Quizá siga demasiado la ambientación de novelas del estilo de Agatha Christie (no he podido evitar acordarme de Muerte en el Nilo mientras iba leyendo) pero en general, me ha parecido una novela correcta, sin grandes pretensiones, con la dosis justa de misterio y de recreación histórica, con un romance para nada almibarado que se desarrolla de forma natural y sin aspavientos. Y sobre todo, lo que más me ha gustado, es que la novela es una historia de hermanos, que hacen lo que sea necesario sin importar el precio que haya que pagar, por estar juntos.


La caracterización de los personajes, especialmente la de Georgie, es sobresaliente. En primer lugar, Jessie Kenton –nuestra protagonista– no es una damisela en apuros. Quizá es un poco inocente y a sus veintisiete años tampoco es que haya visto mucho mundo porque sigue atrapada en el rol de la mujer de principios del siglo XX, pero es autosuficiente y resolutiva. Lo que le falta en experiencia, dada la protegida vida que ha llevado, le sobra en voluntad. Además, no va desmayándose por los rincones y no se escandaliza por cualquier nimiedad en la etiqueta social, como el ir con un perfecto desconocido a Egipto sin más compañía que ella misma. Timothy también me ha parecido un gran personaje, aunque le ha faltado un poco más de desarrollo. Tim es un personaje de principios, con un corazón que no le cabe en el pecho y no está afectado por el elitismo de la clase alta británica, arriesgándose a ser un paria social por el amor que le despierta Egipto y una mujer con los mismos ojos negros que la reina Cleopatra. La estrella de la novela, o el personaje que más me ha gustado, ha sido Georgie: es autista y los capítulos dedicados a él están narrados en primera persona, con mundo tal y como él lo ve. Me ha parecido fantástica la recreación de su mente, con todos los claroscuros, la violencia, la bondad, su falta de lazos y su incapacidad de establecer relaciones sociales tal y como las conocemos nosotros. Además, también se muestra la gran incomprensión de la época para estas personas con necesidades especiales.

La ambientación y la recreación histórica también me han parecido muy destacables. No sólo se puede palpar el fantástico trabajo de investigación que ha hecho la autora para darle ese aire de verisimilitud a la novela, sino que además la adorna con hechos históricos concretos, como el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922 por el equipo de arqueólogos de Howard Carter, el expolio del patrimonio egipcio por parte del gobierno de Su Graciosa Majestad, los enfrentamientos sociales de 1932 en Trafalgar Square o el delicado equilibrio de poderes de un Egipto que luchaba por afianzar su autonomía política y alejarse del protectorado del imperio británico. Tampoco puedo dejar pasar las referencias a Sherlock Holmes que recorren toda la novela, utilizando fragmentos de novela y personajes del gran Arthur Conan Doyle, y que sirven a la protagonista como pistas en una gymkana.


La única pega que le encontrado a la novela, y esto es algo puramente subjetivo y personal, ha sido el rocambolesco desenlace final digno de un telefilm de sábado por la tarde. Es precipitado, no muy creíble y se cierra de forma poco satisfactoria, como si la autora, llegados a este punto, no hubiera sabido que hacer con los personajes o cómo cerrar una historia que, por lo demás, me estaba encantando. Una lástima, la verdad.

En definitiva, Sombras sobre el Nilo es una novela que bebe de géneros tan dispares como la novela de aventuras, la novela romántica, la novela de misterio o la novela histórica, todo ello de forma muy equilibrada y en su justa medida. Sus casi seiscientas páginas volarán bajo vuestros ojos, se os hará corta y os emocionaréis con la peculiar historia de estos tres hermanos que se ven separados por la incomprensión, el elitismo y la eugenesia que nacía como un germen canceroso en los albores de la Segunda Guerra Mundial, y todo ello desde la majestuosa sombra de las pirámides y la perezosa orilla del río Nilo.

Ficha técnica

SOMBRAS SOBRE EL NILO
Kate Furnivall
Bóveda Ediciones
Trad. Ester Molina.
584 págs. 18 €

diciembre 24, 2014y

21 de julio de 2014

Reseña: «Secret Academy: La joya de Alejandro Magno», de Isaac Palmiola

Segunda entrega de la serie "Secret Academy", grumetillos. Esta misión, si decidís aceptarla cual agentes secretos en Misión imposible, nos llevará a Turquía en busca un extraño mineral llamado Meteora que es la base de la fabulosa tecnología de la Secret Academy y, por lo tanto, codiciada por su némesis, el grupo Escorpión. Nuestros amigos, Martin, Úrsula y Aldous son seleccionados para negociar y hacerse con el contenedor que lo alberga: la joya de Alejandro Magno, que además dota de especial longevidad al poseedor de la misma. Por otro lado, los Escorpiones no se han estado quietos tras los últimos incidentes en la Isla Fénix, y han mandado a su propio grupo de intercepción. Además, no está clara la filiación de todos los miembros de la Isla y es posible que Lucas y Rowling estén en más peligro que nunca.

Tengo que reconocer que me gusta mucho el giro que está tomando esta serie juvenil. Lejos de mantenerse lineal y de argumento esperable como en el primer libro (Secret Academy: La isla Fénix), que era bastante introductorio, Isaac Palmiola le ha dado un giro de tuerca bastante efectista que nos va a tener pegados a las páginas del libro, sin saber muy bien en qué o quién confiar. Es muy interesante el matiz sombrío que envuelve a esta novela, donde ya no es oro todo lo que reluce, y donde nuestros protagonistas corren verdadero peligro sin poder discernir quienes son ahora los amigos y quienes los enemigos. Hay muchos intereses creados alrededor de la Secret Academy, muchos oscuros secretos alrededor de su tecnología y de las verdaderas intenciones de los Escorpiones o del excéntrico millonario que patrocina la Isla Fénix. En esta segunda novela la acción se va a dividir en dos frentes: Martin y su equipo en Turquía, y Lucas y Rowling, en la Isla. Esto le va a dar mucho dinamismo a la historia y podremos al fin ver ciertas cosas que tan solo quedaban intuidas en el primer libro y que daban a entender que la Secret Academy y su cometido no era tan filántropico como se pretendía.


El desarrollo de los personajes es lo que más me ha gustado en esta segunda entrega, en especial el de Martin, el privilegiado nieto del excéntrico doctor Kubrik y enemigo de Lucas por el liderazgo de la Secret Academy. No es tan fiero el lobo como lo pintan y se agradece que por fin conozcamos lo que hay detrás de esa fachada de matón insufrible. No solo eso, también vamos a entender las motivaciones de otro de los protagonistas, no diré quién por riesgo de cometer el «mega spoiler» del siglo. Otro punto a favor de La joya de Alejandro Magno es el cambio de escenario, mucho más peligroso, desconocido y ambiguo.

El estilo de Isaac Palmiola es sencillo, directo, ágil y juvenil, aunque en este segundo libro se hace también un poco más sombrío, en consonancia con el argumento y con lo que pide la aventura. Me ha sorprendido muy gratamente la nueva dirección que está tomando la trama y, desde luego, estoy impaciente por ver qué ocurre en El regreso de los Escorpiones, tercera entrega de la serie que saldrá en octubre de este año.

En definitiva, La joya de Alejandro Magno continúa con las aventuras de los veintiún jóvenes escogidos por los caramelos del excéntrico doctor Kubrik en la Secret Academy, unas instalaciones académicas fuera de lo común y con una tecnología avanzadísima. ¿Conseguirán sortear la amenaza de los Escorpiones y conseguir la joya que contiene el desconocido y poderoso mineral meteora? ¿Descubrirán los peligros que acechan en las sombras de la propia Secret Academy? ¿Saldrán vivos de esta aventura nuestros amigos Martin, Úrsula, Aldous, Lucas y Rowling? Tendréis que sumergiros entre sus páginas para averiguarlo.

El libro en fotos




Información adicional
Editado por Montena en junio de 2014.
Tapa dura con sobrecubierta, 256 págs, 14,95 €. Disponible en ebook
Escrito originalmente en español.
Segunda entrega de la serie 'Secret Academy'.
Nuestra valoración: 

julio 21, 2014y

23 de agosto de 2013

Críticas de cine: «Ahora me ves...», de Louis Leterrier

Título original: Now You See Me.
Dirección: Louis Leterrier.
Guión: Ed Solomon, Boaz Yakin, Edward Ricourt.
Producción: Summit Entertainment, K/O Paper Products, SOIXAN7E QUIN5E, See Me Louisiana.
Banda sonora: Brian Tyler.
Nacionalidad: Estados Unidos, Francia.
Duración: 115 min.
Estreno en España: 19 de julio, 2013.
Temática: Crimen, misterio, thriller.
Correlación: Independiente.


Me imagino que, escribiendo esta crítica en un lugar como este, podré encontrar a muchos de vosotros que sean unos grandes enamorados de la magia en general. Ésta, como bien sabréis, ha sido representada de miles de formas distintas a lo largo de la historia tanto del cine como de la literatura. Hemos tenido el placer de leer aventuras de grandes hechiceros en muchos libros de fantasía, de esos con toga y sombrero picudo o capucha, que se han enfrentado a la adversidad recurriendo a esas habilidades especiales que podrían salvar la vida tanto de sus compañeros como la de ellos mismos. En otras ocasiones, esta vez en el cine, estos magos han sido representados como una especie de monjes que han llegado a entrar en comunión con su "yo interior", tal y como aparece en Star Wars, llegando a influir con sus poderes en las emociones de los demás, a manipular distintos tipos de energía o a adquirir unas extraordinarias habilidades que les hacen vencer los mismos límites de la física.

Pero la magia, mis buenos amigos, no solo existe en la literatura y en el cine. En nuestro día a día también podemos encontrar personas que son capaces de hacer que nuestro cerebro recuerde estos otros ejemplos de magia que os he comentado. Precisamente, para que nos sorprendamos y enarbolemos un gran "waaala", cuando todos los elementos que el mago utiliza entran en comunión unos con otros frente a nuestros ojos abiertos como platos, repletos a rebosar de la necesidad que tiene el ser humano de dejarse embaucar y a la vez de desconfiar a partes iguales. Una experiencia que todos hemos sufrido o disfrutado en alguna que otra ocasión.


“La historia tiene sorpresa final, no dejéis que nadie os la cuente”
Os cuento todo esto porque justamente antes de las vacaciones de verano, fui a ver una película bastante interesante, en la que cuatro personas, muy diferentes entre sí y con distintas habilidades en el campo de la magia y la prestidigitación, son unidas por algo llamado El Ojo de Horus. Una antigua orden de magos provenientes de la época del antiguo Egipto y que pone a prueba a los magos más importantes de su tiempo antes de dejarles formar parte de sus seguidores. A lo largo de la película podremos ver cómo estas pruebas parecen estar realizadas verdaderamente por arte de magia. Tanto es así que al cumplir una de ellas, la de tener que robar el principal banco francés en riguroso directo, la policía tiene que intervenir para interrogarles y averiguar dónde se encuentra todo el dinero.

Acto y seguido, un departamento de policía desbordado –representado por Alma Dray (Mélanie Laurent) enviada por Francia para investigar el caso y teniendo al actor Mark Ruffalo en el papel de Dylan Rhodes  como responsable de la investigación– sin la capacidad necesaria para enfrentarse a estos magos llamados así mismo como Los Cuatro Jinetes (Jesse Eisenberg, Woody Harrelson, Isla Fisher y Dave Franco), junto con un mecenas avaricioso (Michael Caine) y un mago que odia a los magos y a sus trucos (Morgan Freeman), hace de esta combinación una mezcla altamente explosiva. Os aseguro a partes iguales tanto la emoción del mismo truco de magia como la intriga y la tensión por la persecución a la que se verán sometidos nuestros jinetes. Podremos ver también la nota de humor gracias a las perrerías que le gastan al buen Mark Ruffalo y, cómo no, tendremos la nota justa de ingenuidad y de belleza concentrada gracias a la maravillosa Mélanie Laurent.


Una película que me gustó especialmente porque mi interés no decayó en ningún momento, en la que todos los personajes son interesantes y en la que la historia te lleva a ti mismo de la mano por los entresijos de uno de los trucos de magia mejor representados hasta ahora en el cine, siguiendo la estela de películas como El ilusionista o El truco final (El prestigio), pero con una nota a lo Ocean's Eleven con la que os puedo asegurar que saldréis del cine sin poder olvidar ni una sola de las imágenes que habéis visto.

Quizás lo que eché más en falta fue que el argumento explicase un poco más cómo pasan de ser timadores de tres al cuarto en las calles o en pequeños espectáculos, hasta convertirse en los famosos Cuatro Jinetes con un espectáculo de proporciones épicas con un mecenas bastante rico que los quisiera apadrinar. ¿Lo mejor? La gran cantidad de mitología en torno a la orden de El Ojo de Horus, la forma en la que realizan algunos de los trucos de magia más sencillos para que tu como espectador te des cuenta de cómo se está desarrollando todo, las historias de algunos de los grandes magos de la historia (además, reales) que te cuentan a medida que vas caminando hacia el final de la trama, y cómo no, su moraleja.

Atentos señores porque la historia tiene sorpresa final, no dejéis que nadie os la cuente. Si leyendo esto os ha picado la curiosidad, id a ver la película y dejaros llevar por la esencia del momento, por eso que siempre os tiene en vilo, por aquello que os hace estar fijándoos en las mangas del mago para intentar descubrir la trampa y el cartón, por todo lo que nos hace exclamar de alegría cuando nos damos cuenta de que hemos sido engañados de la forma más hábil posible al final del truco, sin haber podido descubrir cuerdas, paneles falsos, espejos o sombras. Eso que viene a llamarse comúnmente como magia.

agosto 23, 2013y

21 de marzo de 2013

Reseña: «El Teatro de los Prodigios», de Ramón Merino Collado

Título original: El Teatro de los Prodigios.
Edición: 282 págs. Grupo AJEC, junio 2012.
Precio: 12 €.
Disponible en ebook: No.
Traducción: Obra original en castellano.
Temática: Misterio, fantástico, antología de relatos.
Correlación: Independiente.


Como bien sabéis todos los que nos leéis de forma habitual por aquí, los redactores de La Espada en la Tinta tenemos una gran carga de trabajo. Cómics, novelas, películas y muchas otras cosas hacen de nuestra colaboración aquí algo arduo con lo que cumplir, pero normalmente termina resultando especialmente compensatorio cuando nos encontramos con una obra que nos marca de forma especial. Ya sea con los matices de esos nuevos personajes que descubrimos o sorprendiéndonos con géneros con los que no estábamos muy familiarizados. Esto mismo me ha pasado a mi recientemente con el libro El Teatro de los Prodigios del autor Ramón Merino Collado.

Como ya he dicho en otras ocasiones, mis preferencias a la hora de acometer mis distintas lecturas suelen centrarse principalmente en la novela más que nada. He podido probar otro tipo de estilos como son el ensayo o el teatro, pero creo que con el que me quedaría sería con el de la antología de relatos. He descubierto que quizás leer este tipo de obras sea la mejor forma de relajarse entre una lectura y otra. Abarcando infinitas posibilidades en cuanto a género se refiere, los relatos me han otorgado la posibilidad de conocer otros estilos narrativos que además, pueden también servirme para aprender. Supongo que todos a los que nos gusta la lectura en algún momento hemos hecho nuestros pinitos en la escritura, por lo que frecuentemente considero que la lectura es también un elemento didáctico muy a tener en cuenta.

"Me gustaría recomendaros este libro a todos aquellos que tenéis ganas de leer algo más atrevido en el plano del género de la ficción y de las antologías de relatos"
En esta ocasión me gustaría presentaros esta antología de relatos de una forma muy especial. Para mi gusto está dedicada a los amantes de lo misterioso, aquellos que no temen adentrarse en una historia por muy inquietante que esta pueda parecer. El autor juega en muchas ocasiones con el tiempo y el espacio como si de chicle se tratase. En ningún momento se me ha hecho pesada la lectura, todo lo contrario, considero que ha sido bastante amena e interesante. Quizás por mi deformación profesional en cuanto a fantasía se refiere, quizás haya echado un poco de menos ese entorno medieval que tanto me gusta encontrar en las novelas que suelo leer, pero también es cierto que hace falta saber cambiar de registro y poder disfrutar de una buena historia, esté ambientada donde el autor quiera ambientarla. De hecho considero que es bastante importante el que un autor sepa manejar el entorno a su antojo para adaptarlo al argumento, algo que en El Teatro de los Prodigios, ha resultado encajar a la perfección.


En mi humilde opinión, considero que si en los colegios en vez de mandar obras chapadas a la antigua que puedan llegar a aburrir hasta a la ostra más persistente mandaran antologías de relatos, es muy probable que los chicos aprendieran a sintetizar la información de forma más efectiva, consiguieran controlar el lenguaje de tal forma que se adapte al espacio que ellos quieran tener y no –como en muchos casos sucede– al que desea tener la propia obra. Estoy convencida de que muchos de ellos se lanzarían de cabeza de forma frenética a una intensiva lectura que les hiciese saltar entre distintos géneros para poder tener un mayor espectro de opciones entre las que elegir cuando quieran quedarse en el que les resultase su preferido.

Para los que quizás os asuste un poco la cantidad de relatos de los que dispone el libro, relajaos porque no es de esas obras que te tienes que hacer un buen té y pillarte un buen sitio cómodo para leerlo. Este libro yo misma lo he podido leer en cualquier lugar, ya sea el autobús, antes de entrar al cine o simplemente antes de dormir –aunque muchos de los relatos puedan resultar tremendamente perturbadores para nuestro sueño–. En total son nueve relatos, con una mayor o menor extensión, pero en general con una escritura ágil, educativa y realmente impactante. Ramón Merino Collado me ha impresionado muy gratamente, tanto por su forma de expresar las sensaciones y sentimientos, como la capacidad que tiene para poder llevarte en persona hacia el interior de sus historias. Espero que con el tiempo este buen autor decida lanzarse a la piscina y publique alguna novela con los mismos tonos oscuros que tienen algunos de los relatos aquí escritos. Considero que sería una verdadera gozada leerle y mucho más pensando que será un género en el que yo, por lo menos, me sienta mucho más cómoda.

En definitiva y para no marearos mucho la perdiz, simplemente me gustaría recomendaros este libro a todos aquellos que tenéis ganas de leer algo más atrevido en el plano del género de la ficción y de las antologías de relatos. No sólo los extranjeros pueden escribir verdaderos diamantes en bruto, en nuestro país tenemos verdaderos ejemplos de superación, compromiso y calidad que creo que no deberían pasar desapercibidos. Este autor es uno de ellos. Estoy convencida de que os gustará.

Por cierto... a mí los dos relatos que más me han gustado han sido "Los Libros" en el que a los amantes las historias clásicas de aventuras les brillarán los ojos como si volvieran a tener diez años y "El Verso que me dio el Viento", porque quizás muchas mujeres nos hemos sentido un poco como la protagonista, Diana.

marzo 21, 2013y

4 de febrero de 2013

Reseña: «El Atlas de las Nubes», de David Mitchell

Título original: Cloud Atlas.
Edición: 608 págs. Duomo Ediciones, col. "Duomo Nefelibata", noviembre 2012.
Disponible en ebook: No.
Precio: 21 €.
Traducción: Víctor Vicente Úbeda Fernández.
Temática: Ciencia-ficción, drama, misterio.
Correlación: Independiente.


El Atlas de las Nubes es ese libro que impone cuando uno lo ve en la librería. Es ese libro que te sugiere que lo cojas, que lo ojees, que incluso te plantees comprarlo y no esperar a una posible edición en bolsillo más económica. Es ese libro que, de una manera u otra, el destino ya ha decidido que va a acabar en tus manos. Porque como reza el comentario de la portada “todo está conectado”, así que tarde o temprano acabará en tu biblioteca. Y digo todo esto, no solo porque a mí me ha pasado ya, sino porque después de leerlo considero que El Atlas de las Nubes sea tal vez el primer gran clásico del siglo XXI. Consejo número 1: toma papel y boli al iniciar la lectura. Cada persona tiene su método, cada cual lo disfruta de una forma. Pero es probable que se necesiten tomar ciertos apuntes, sobretodo en el posible caso de no leer el libro del tirón, sino a ratos libres. Nada del otro mundo, pero es que su estructura lo requiere, para hacer más fácil la conexión de ideas.

Comenzaré por ahí. El Atlas de las Nubes es una novela que desafía toda lógica narrativa. Pondría como ejemplo la excepcional película del maestro Christopher Nolan Origen para ilustrar con más detalle mis palabras. Se trata de un arriesgadísimo y original reto para el lector en el que, a través de éste puzzle, de esta muñeca rusa que es la novela, Mitchell nos narra seis historias de seis personajes en seis vidas distintas en seis épocas diferentes. Y el hecho de tomar los apuntes no es para otra cosa más que poder tenerlas frescas cada una de ellas, pues no están contadas de forma lineal sino que, como si de una cebolla se tratase, vamos avanzando en el tiempo, historia tras historia, dejándolas todas a medio contar para llegar a la sexta y más alejada en el tiempo histórico y desde ahí, volver atrás nuevamente hasta la primera. ¿Complicado? Mejor diría descarado. Y es que la gracia del juego radica en relatar los hechos de este modo, pues linealmente la cosa perdería mucho fuelle.


Pero esta historia coral tiene mucho más. Adam Erving viajando a bordo de un galeón por el Pacífico en el siglo XIX, Luisa Rey tratando de sacar verdades a la luz a finales de los 60, Sonmi-451 en un futuro robótico tal vez no muy lejano o Zachry el Cagueta en una Tierra ya post apocalíptica. Todo un desfile de personajes, de épocas y de situaciones aparentemente distintas y distantes, pero que de algún modo van a estar “conectadas”. (Prometo que mis apuntes finales han acabado llenos de rayas de colores, con hilos argumentales, conexiones, etc…). El puntazo narrativo tiene su colofón en la manera en que cada una de las historias está contada. Diario, cartas, entrevista, narración en primera persona, hay de todo. Y cada una de ellas perfectamente ambientada en un lugar y época distintos, con una recreación de los detalles perfecta, cuidando hasta lo más mínimo incluso la manera de hablar y la psicología de sus personajes, acorde con el momento y lugar.

Aprovecho la ocasión para mencionar que la novela ha sido adaptada y llevada a la gran pantalla por los hermanos Wachowski (ahora hermano y hermana), padres de la trilogía Matrix. Tendremos la oportunidad de verla en España a finales de febrero. Mi primer pensamiento al enterarme de ello fue “imposible adaptarla”, pero después de ver el tráiler me da la impresión que va a ser una gran película. Cuenta con un reparto de lujo con Tom Hanks, Halle Berry, Hugo Weaving, Susan Sarandon y Hugh Grant a la cabeza. Eso sí, parece que le han dado una vuelta de tuerca más para realizar la conexión de historias añadiendo algún elemento nuevo que no se ve reflejado en la novela tanto ni de la misma manera. En cualquier caso, cuando la vea, reflexionaré sobre esto. Quiero advertir que bajo mi punto de vista, el montaje de dos minutos y pico es un cúmulo de spoilers, así que si os gustan las sorpresas, mejor quedarse quietos.

El título del libro se debe a la música, pues El Atlas de las Nubes en sí es el sexteto que pretende componer en su historia uno de los protagonistas. Aquí viene el detalle mágico: uno no puede dejar de imaginarse la música cuando lee, así que cuando escuché la banda sonora de la película por primera vez y sonaron esas fabulosas primeras notas de piano dije: “–¡Así es, así es como me la imagino! ¡Muy grande!” Y entonces vi el tráiler donde uno de los personajes dice una frase que no aparece en la novela y sí en el guion, que me dejó de piedra: “–Esa es, la música de mi sueño.” Fascinante, porque parece que Mitchell ha dado en el clavo, todo está conectado, incluso más allá del libro.

Como filólogo inglés y puntilloso me gustaría matizar que no estoy de acuerdo con un par de detalles por parte del traductor. Si el lector español no sabe lo que es la yellow press mejor traducir por “prensa rosa o del corazón” (p.173), para facilitar el total entendimiento. Como tampoco comparto la no traducción del nombre Frodo Baggins por el de Frodo Bolsón (p.182), nombre por el que es conocido en nuestro país, por muy popular que sea, simplemente para mantener la coherencia de tu trabajo. Y ya digo, solo por ponerme quisquilloso. De la misma manera me quito el sombrero ante la traducción del capítulo “El cruce de Sloosha y toda la pesca” por la cantidad de palabras adaptadas a la jerga “de pueblo” creada por el autor, o  puedo alabar el capítulo “La antífona de Sonmi-451” en la que se intenta mantener el significado de términos futuristas completamente inventados, entre otros detalles magníficos, a cargo de Víctor V. Úbeda.

Así pues agradecer a la editorial Duomo por habernos brindado la oportunidad publicando este texto del que tanto tiempo andaba detrás. Sí, y aprovechando el tirón de la película, obvio. Pero a vosotros, personas nefelibatas*, os digo: cada vez que sostengo mi ejemplar en la mano me da la sensación que tengo ante mí un  libro histórico, una de esas operas magnas que tal vez un día los futuros estudiantes de filología tengan que analizar en clase como hice yo una vez con los Shakespeare, Conrad, Browning, Shelley, Golding, Steinbeck o Salinger, entre otros. Porque, no lo olvidéis, todo está conectado. Siempre. Amén.

*Nefelibata. 1 adj. Persona soñadora, que anda por las nubes.

febrero 04, 2013y

25 de julio de 2012

El Cura – Thomas M. Disch

Título original: The Priest.
Edición: 368 págs. Berenice, enero 2007.
Precio: 19 €.
Traducción: David Cruz.
Temática: Novela gótica, misterio, intriga.
Correlación: Independiente.


Si os dijera que la Iglesia está corrupta, no os extrañaría, ¿verdad? Y si os contara que, a pesar de las reformas que han tenido lugar a lo largo del tiempo, continua poseyendo los mismos vicios que desde su surgimiento en la Edad Media, me parece que tampoco os asombraría demasiado. En nuestro mundo actual encontramos, adaptados a nuestra sociedad, los mismos defectos que tantas veces les reprocharon nuestros antepasados. No hace falta ir demasiado lejos: el año pasado resurgían los casos de abusos a menores por parte de la jerarquía eclesiástica. Con ello no estoy juzgando la fe que cada uno posee -y que es libre de practicar-, sino a los dirigentes de una Iglesia en franca decadencia. ¿Por qué creéis que en la Edad Media aparecieron tantos grupos -herejías las llamaban ellos- que practicaban una religión más cercana a los Evangelios, desviada ligeramente de la doctrina oficinal? Porque veían la corrupción imperante en la Iglesia católica. Los casos de simonía -la compra y venta de cargos eclesiásticos, reliquias o promesas espirituales- eran, por ejemplo, muy frecuentes en el medioevo. ¿Cómo pensáis que se reformó la basílica de San Pedro, en Roma, a mediados del siglo XV? Por la venta de indulgencias. El enriquecimiento de las iglesias y, sobre todo, la ruptura del voto de castidad entre los clérigos fueron también pecados que demostraban la corrupción y el extravío del estamento eclesiástico. Os preguntaréis por qué os cuento todo esto. Pues bien, El Cura, de Thomas M. Disch es un auténtico alegato en forma de novela de la situación de la Iglesia antigua y actual. Veámoslo:

"Thomas Disch lleva escribiendo historias maravillosas desde hace años... historias que a veces divierten, a veces aterrorizan y otras veces provocan las tres cosas a la vez" (Stephen King)

El padre Bryce es un cura católico de una pequeña parroquia de Minneapolis, en el estado americano de Minnesota. El problema es que tiene tendencia a la pedofilia, es decir, siente atracción física hacia los niños de igual o distinto sexo. Algunos de sus compañeros clérigos lo saben, pero le ayudan guardando silencio. El padre Bryce sabe que su inclinación es pecado. Debe redimirse. La oportunidad de redención se la ofrece Clay, un joven que había sufrido sus abusos y que ahora espera que el clérigo pague por sus culpas. Bryce, si no quiere ser expuesto a la humillación pública, debe liderar la liga antiaborto, pedir perdón a sus antiguas víctimas y tatuarse en el torso la figura de Satanás. Y lo hace. Lo increíble es que ese tatuaje satánico, que le recuerda a cada momento la oscura pasión que yace en su interior, posee un poder oculto: ¡transporta al padre Bryce hasta la Edad Media! Allí ocupa el cuerpo del también corrupto obispo Silvanus de Roquefort, y éste, a cambio, toma posesión de la identidad del padre Bryce en el siglo XX. Se produce un intercambio de identidades que traspasa las fronteras del espacio y del tiempo. La existencia de sus protagonistas se confundirá y complicará aún más: se verán inmersos en una espiral tenebrosa de la que, al parecer, no existe ninguna salida.

El autor dedica la página previa al inicio de la narración para reflexionar sobre el paso del tiempo, y conectar dos sucesos históricos que, tan sólo a simple vista, parecen muy lejanos. Apunta dos frases significativas: "Matadlos a todos. Dios cuidará de los suyos" (Arnaldo Amalric, abad de Cîteaux y líder espiritual de la cruzada albigense, sobre la masacre de Béziers de 1209). "¡Matadlos a todos! Dejad que Dios los clasifique" (Camiseta popular americana en 1986). Dos frases que resumen muy bien la esencia del libro.


Thomas M. Disch nos ofrece una increíble historia con grandes dosis de intriga, crítica y humor. No duda en tratar temas controvertidos sobre la jerarquía eclesiástica, como los abusos a menores o el conflicto moral que produce el aborto. Y lo hace con atrevimiento, empleando un lenguaje claro, duro y directo. Además, a la controversia religiosa le mezcla otros motivos: las sectas, las drogas, las abducciones extraterrestres y el temor a la muerte y al suicidio. Tampoco se olvida de las referencias góticas. De hecho, el subtítulo del libro lo explicita claramente: El cura. Novela gótica. Y es que también encontramos diversos elementos que recuerdan a las mejoras novelas góticas escritas en el siglo XIX, como el temor a la tortura de la Inquisición, los siniestros calabozos, los misteriosos monasterios medievales o los personajes traumatizados con comportamientos lascivos y degenerados. Como veis, se trata de un libro que contiene elementos muy heterogéneos. Este hecho no desmerece a la narración. No es ningún impedimento para poder disfrutarla en su totalidad. Yo no lo resumiría mejor que estas frases de la contraportada: "Prepárense para leer una de las tramas más brillantes, rocambolescas, oscuras y emocionantes que se han escrito. Una novela salvaje e imprescindible que nos abre los ojos a éste y a otros mundos".

julio 25, 2012y

16 de febrero de 2012

Reseña: «La juguetería errante», de Edmund Crispin

Título original: The Moving Toyshop: A Gervase Fen Mistery.
Edición: 320 págs. Impedimenta, noviembre 2011.
Disponible en ebook: No.
Precio: 22,20 €.
Traducción: José C. Vales.
Temática: Misterio, detectives, humor.
Correlación: Lectura independiente que forma parte de los casos de Gervase Fen.


Los habituales a las novelas de detectives están más que de enhorabuena por el hecho de que la editorial Impedimenta haya decidido rescatar las novelas que Edmund Crispin escribió su excéntrico personaje Gervase Fen. Con buen acierto, la editorial afincada en Madrid –Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial Cultural 2008, Grupo Contexto– publicó hace unos meses La juguetería errante, una novela de investigación con auténtico sabor británico que protagoniza Fen, el alocado profesor de Oxford que sin ser realmente un detective al uso, sus dotes deductivas le confieren tal habilidad a la hora de resolver los casos, con tal habilidad que perfectamente puede pasar por un Sherlock Holmes de pleno derecho.

“una novela de investigación con auténtico sabor británico”
Nos encontramos ante la tercera novela que Crispin escribió sobre el personajeThe Moving Toyshop, en el original–, pero que esto no suponga problema alguno pues La juguetería errante puede leerse de forma totalmente independiente, sea como punto de partida a previas aventuras de Gervase Fen, o como continuación directa de las mismas. Como novela eminentemente británica, La juguetería errante está altamente impregnada de ese humor tan peculiar del que gozan los habitantes de la vieja Albión, sacándonos fácilmente la carcajada en momentos oportunos por las excentricidades y locuras del profesor de Oxford a bordo de su llamativo automóvil –el Lily Christine III–, así como por las constantes persecuciones, situaciones cómicas e hilarantes diálogos que se suceden sin parar durante toda la extensión de la obra, sin quitar por ello espacio a las amenazas reales, con peligro para los protagonistas, o los momentos en los que se trata de reunir pistas para el caso en el que se centra la novela. Pero seguramente os estaréis preguntando una cosa –o puede que no–, y es que si esto es una novela de detectives, ¿cómo es que el humor es una de sus bases fundamentales? Sumergiros entre sus páginas y descubridlo por vosotros mismos, os aseguro que no os arrepentiréis.

En definitiva, la novela de Edmund Crispin ha sido una de las lecturas con las que más me he divertido últimamente, además de una de mis mejores opciones del pasado año. La juguetería errante tiene de todo lo que podemos encontrar en una novela de estas características, pasando por el mencionado humor británico, unos personajes carismáticos (a Gervase Fen lo acompaña el algo más comedido poeta Richard Cadogan, quien también tiene sus peculiaridades), e incluso alusiones metaliterarias, en las que el propio autor hace guiños hacia su propia persona en boca de sus personajes, dotando a la novela de todo un grado de frescura. Como dirían por ahí: "todo un puntazo". Tiene pocas similitudes en realidad, pero por citar uno de los autores más importantes de las últimas décadas en cuanto a humor británico se refiere, el estilo de Terry Pratchett recuerda ampliamente al de Edmund Crispin, por lo que si os gustan las alocadas aventuras ambientadas en Mundodisco, es bastante probable que os lo paséis en grande con La juguetería errante –claro que también puede darse el caso contrario, no lo dudo–. Ojalá lleguen más casos de Gervase Fen en castellano de la decena que escribió Crispin en las décadas de los años cuarenta y cincuenta.

febrero 16, 2012y

8 de abril de 2010

"El Devorador de Historias", de Fabrice Lebeault


La reseña de hoy versa sobre un cómic francés que me ha sorprendido gratamente y que Cyram me señaló durante la visita en uno de los muchos mercados portuarios que rebosan de este tipo de productos. Como bien se indica en la portada, y por el tono de su ilustración, es una historia sobre la escritura y las letras. Más concretamente (aunque esto no se adivina) sobre el folletín, al que rinde un claro homenaje entre sus páginas. El Devorador de Historias es un cómic de setenta páginas escrito y dibujado por Fabrice Lebeault, quien por lo demás se burla de sus propios personajes y su destino, como si de un "vulgar" folletín de tres al cuarto se tratase, una historia para atrapar al espectador y que da un total y sorprendente giro de tuerca justo al final.

El protagonista de esta historia es Fortunato de Hipocondrio, un joven estudiante universitario que se ha hecho famoso por sus voraces columnas que ponen de vuelta y media una serie de novelas de moda, El Cuervo, cuyo principal protagonista absoluto se llama igual que su serie, Cuervo. El autor de dichas obras es Homero San Ilíada (curiosos nombres estos, como de folletín), al que nadie conoce físicamente, pero que está ahí en la sombra. Pero por algún misterioso motivo, el autor de estos folletines que tan bien se venden esconde un misterio que nuestro Fortunato de Hipocondrio tendrá que desentrañar junto al personaje de las novelas que tanto critica, quien lleva apareciéndosele desde hace un tiempo. Una especie de fantasma que ha venido desde el mundo de los Imaginados para atormentar al pobre Fortunato y conseguir encontrar a su autor original, pues Fortunato también esconde algo, y es que de una manera totalmente deliberada plagió las obras de San Ilíada, dejando al Cuervo en tierra de nadie al tener esa confusión dual entre autor original y autor plagiante. Las indagaciones de Fortunato, así como la manera de librarse del Cuervo, serán lo que mueva la trama. Atención al espeluznante misterio que rodea al autor...

(Pinchad para ampliar un poco la imagen)

Mi opinión es que me ha parecido un cómic bien hecho y resuelto. Si bien es cierto que el dibujo destaca, no puedo decir lo mismo del color, una textura y una paleta empleada que considero no casa bien salvo en un par de viñetas. Hubiera preferido algo más oscuro, menos perfección, tonos más marronáceos, acorde con la historia que se nos cuenta. Así que en la parte artística cumple, siendo la parte de la trama y la ambientación en sí lo mejor que podemos encontrar entre las páginas de este cómic. El personaje estrella es sin duda el del Cuervo, una identidad con ambiciones (y que no desvelaré para no quitarle sorpresa a la obra) que apunta maneras dentro de su propio folletín. Me gusta la forma en que los propios personajes hablan del folletín como su vida y su condición, en cómo planean y desarrollan los acontecimientos de acuerdo a esto. El pobre Fortunato se convierte desde el comienzo en un mero títere mediante el que la trama se desenvuelve, en la que el final es lo más sorprendente, una clara referencia a este tipo de literatura. A título personal, hubiera preferido un poco más de implicación con los libros y este subgénero literario que tan de moda se puso hace un par de siglos (y que aún hoy se estila, pero de manera menos evidente). Pero setenta páginas son lo que son y una obra autoconclusiva de este tipo no debería dar para más. Estamos pues, ante un cómic recomendable que trata el tema del folletín y la literatura, con unos buenos personajes y una buena historia de fondo, con un miniuniverso peculiar que podría explotarse en otra serie de obras y que creo que gustará al lector de cómic habitual. El libro se completa al final con el relato original de Fabrice Lebeault, manuscrito ilustrado que escribió a su editor antes de que se llevara a cabo el proyecto del cómic. A medio camino entre la narración y el guión.


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Colección/Serie: Independiente

Título Original: Le mangeur d'histoires / Editorial: Planeta DeAgostini, colección "BD". / Formato: Tapa dura, 80 páginas, en color. / Año: 2009. / Precio: 10,95 euros. / Traducción: -.

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abril 08, 2010y

19 de noviembre de 2009

"El Imaginario del Doctor Parnassus", una nueva fábula de Terry Gilliam



A estas alturas todo el mundo conocerá la fatídica muerte de Heath Ledger, una joven promesa del cine, y que apareció en películas como "Destino de Caballero", "Brokeback Mountain" o "El Caballero Oscuro". De seguro que le hubiéramos visto durante años en muchas películas, a cada cual una interpretación mejor, como pueden ser las siguientes sobre el hombre murciélago, por citar algún ejemplo, con ese papel de Joker que le viene ni que pintado. Su última aparición, y que quedará impresa en esta cinta, será la de "El Imaginario del Doctor Parnasus", la última locura de Terry Gilliam que parece que al público le ha gustado bastante. Debido al trágico fin de Ledger, Gilliam se vio obligado a reescribir el guión por motivos evidentes, y quiso terminar la película como homenaje al fallecido actor. Sin ir más lejos, se puso en contacto con amigos del actor, como Johnny Depp, que le conocía bien. Tras él vinieron Jude Law y Colin Farrell, que en un buen gesto, no cobraron nada por sus actuaciones, sino que sus honorarios fueron a parar directamente a la huérfana hija de Ledger.

Pues bien, "El Imaginario del Doctor Parnassus" nos habla de los sueños, de la imaginación, de la esperanza, del anhelo de superación personal… Todo gira en torno a la increíble mente que posee el doctor Parnassus (interpretado por un grande Christopher Plummer), donde cualquiera que penetre en sus confines podrá acceder a un mundo de imaginación sin límites, acorde con la personalidad del visitante. A este universo tan potencialmente ficticio se accede mediante un espejo que se haya en el escenario itinerante que Parnassus y cía ruedan por la ciudad de Londres. Un escenario poblado por actores que interpretan un papel en la comedia, exagerados y rimbombantes, pero que en el fondo son muy humanos. A todo esto se le suman las maquinaciones del Diablo, un personaje que se involucra directamente en la trama y que trae de cabeza a Parnassus por una apuesta que se llevó a cabo hace muchos años, y que ahora pasa factura.

La película es todo un compendio de derroches en efectos visuales e imaginación para los cuatro sentidos. Se ha hecho mucho uso de los efectos digitales, y a pesar de que algunas veces se nota demasiado su empleo, es una buena manera de introducirte en ese mundo onírico y barroco que cada vez va tomando más protagonismo. Se hace hincapié en la dualidad de esos mundos de fantasía, a su vez contrastado con el triste mundo real para una compañía de teatro tan pequeña y tan olvidada como la del Doctor Parnassus, ya que no es más que un deslavazado carromato itinerante que la gente no se toma en serio, y que incluso desprecia. Pero de alguna forma tienen que ganarse la vida, anhelando sueños personales por una vida mejor y distinta. Todo cambiará cuando Tony aparezca en escena, personaje excelentemente interpretado por Heath Ledger, y cuyo pasado parece estar recubierto de una pátina de misterio, enigma que nos será desvelado al final y que incluso es bastante sorprendente.


Cada uno podrá sacar la conclusión que mejor le parezca de esta cinta que mezcla dos realidades distintas (¿cuál es el mundo de ficción y cual el nuestro?), donde todo perdura por siempre jamás, en una película poblada por personajes excéntricos y extraños, donde se da importancia al sentido de lo fantástico, de lo onírico, incluso con referencias a los mitos clásicos. A mí me recordó a una mezcla entre “Big Fish” y “Las Aventuras del Barón de Munchausen”, una de mis películas de cabecera en este tipo de género que parece haber inventado Terry Gilliam desde tiempos de los Monty Python, con esos movimientos de cámara y planos que ensalzan la irrealidad del momento. A destacar las sucesivas transformaciones del personaje interpretado por Ledger (incluso su primera aparición y las acciones para atraer a la clientela), bruscas dos de ellas, la más conseguida a mi parecer la de Johnny Depp. Mención también a los créditos finales, mereciendo mucho la pena el quedarse a verlos (aunque no hay escena al final, como sucede en otras películas). Película entrañable, que te mantiene con los ojos como platos, y un verdadero disfrute para el que guste de este tipo de películas.


Os dejo que disfrutéis con el trailer:



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Título Original: The Imaginarium of Doctor Parnassus / Director: Terry Gilliam. / Género: Fantasía. / Nacionalidad: Francia. Canadá. Reino Unido. / Estreno: 23 de Octubre de 2009. / Duración: 122 minutos.

noviembre 19, 2009y

5 de julio de 2009

"El Templo de la Luna", de Fernando J. López del Oso


El Templo de la Luna es una novela escrita por el madrileño Fernando J. López del Oso, y ha sido ganadora del último premio Minotauro, correspondiente al año 2009. Para quien no lo sepa, el premio Minotauro es un certamen literario organizado por la editorial del mismo nombre, y además es el que concede la mayor dotación económica que hay actualmente, con 10.000 euros. Los ganadores de los anteriores certámenes fueron León Arsenal (Máscaras de Matar), Rodolfo Martínez (Los Sicarios del Cielo), Javier Negrete (Señores del Olimpo), Clara Tahoces (Gothika), y Federico Fernández Giordano (El Libro de Nobac). La verdad es que no he leído ninguna de esas novelas, aunque alguna sí que la tengo por casa pendiente de lectura. Pero como ya se sabe con estas cosas, la pila de libros sin leer crece y crece sin parar hasta límites insospechados. Por tanto, no podré hacer ninguna comparación con los anteriores ganadores del premio, sino tan sólo ceñirme a la novela en cuestión tal cual es.

El Templo de la Luna es una novela de aventuras arqueológicas y con regusto a civilizaciones antiguas, como bien ilustra el cuchillo ceremonial de la portada. Tiene que ver con la América precolombina, aunque el período que vemos es el actual, e incluso del de hace cuatro siglos. Tras una serie de descubrimientos en Qattara, y que pueden cambiar las creencias que se tenían respecto a los Egipcios, e incluso de los Inca, la aventura comenzará con una expedición a América del Sur en busca de lo que tanto llama la atención al protagonista y a las diversas organizaciones que desfilan por la novela. Dicho protagonista, de nombre Julián Curto y madrileño también, es un reputado arqueólogo con pasado militar, ya famoso por sus numerosas intervenciones arqueológicas en nombre de la Fundación Milodonte. Por tanto, las numerosas situaciones que le irán surgiendo pondrán a prueba sus habilidades hasta el límite. Desfilan por la novela otros tantos personajes y organizaciones, como Alfredo Peralta, un rico y extravagante personaje popular, famoso por sus financiaciones a expediciones arqueólogicas, sus lujos y sus empresas, haciendo también el papel de protagonista, aunque más secundario. También tenemos al padre del protagonista, Félix Curto, famoso erudito, doctor y arqueólogo. Los integrantes de Milodonte (que cumplen el propósito tecnológico y de descubrimiento de cosas raras), y La Corporación, una organización nazi que cumple la función de antagonismo en la novela, y pondrá las cosas difíciles cuando menos se espere. Para completar este elenco, también desfilan por las páginas una suerte de guardias, matones y espías, para entorpecer o ayudar la labor de los protagonistas.

(El Machu Picchu, antiguo poblado Inca, contruido en piedra y situado en la parte oriental de los Andes, al sur de Perú. Residencia de Pachacútec, primer emperador Inca, aunque con el tiempo se ha demostrado que era un santuario religioso)

Respecto a todos los personajes que he citado anteriormente, se nos antoja bien desarrollados y cuyas personalidades se ven claras desde un principio, segundas intenciones aparte. Las acciones marcan su forma de pensar o actuar. Julián Curto me parece que caerá bien enseguida, puesto que es una especie de cliché dentro de este tipo de aventuras: pasado militar, medios poco convencionales y una férrea decisión en lo que hace. Pero lo mismo no podemos decir de La Corporación. Es una organización nazi, cuya única resemblanza con el Reich es esa, que el jefe de todos ellos estuvo en la época de Hitler. Por lo demás, su simbología queda muy difuminada, puesto que sus propósitos no están nada claros y tenemos que suponerlos, si relacionamos el que Hitler estuviera obsesionado con las reliquias. Poco más. El miembro más activo en la novela de esta organización es Ilse Skorzery, una rubia despampanante, tenaz, y de muy mal genio cuando no consigue inmediatamente lo que quiere. Así que, como podéis ver, estas personalidades chocarán en uno u otro momento.

La novela está bien construida, muy bien documentada (así se espera de alguien con un currículum como el de Fernández del Oso, como podéis ver aquí), con recursos muy cinematográficos, como escenas que se superponen al mismo tiempo, o cortes dramáticos, sobretodo a final de capítulo. Si bien es cierto que no hay pausas ni tiempos muertos en la narración, puesto que suceden muchas cosas de manera continuada, el comienzo (con el desastre de Qattara) me ha parecido muy prometedor, aunque esa idea se va diluyendo un poco conforme avanza la trama, para seguidamente retomarla de nuevo hasta el final. Quizá se tarde demasiado entrar en materia, pero de todas formas, la novela se lee de forma muy rápida y prácticamente de un tirón. Aunque no desvelaré nada del final por motivos evidentes, para mí prometía mucho al principio, aunque se desinfla un poco y queda muy precipitado o poco desarrollado en consonancia con el resto de la novela. Es sólo una impresión mía y no tiene porqué sucederle a nadie más, claro.

(Detalle de un cuchillo ceremonial Inca, también llamado Tumi, de hoja curvada semejante a una luna y empuñadura con forma de hombre, de gran relevancia en la trama de la novela)

Lo que también vemos son claras alusiones a ciertas películas de los ochenta que marcaron un antes y un después en el género de aventuras. Hablo, cómo no, de Indiana Jones. A lo largo de la novela podemos encontrar un montón de referencias (en incluso alguna que otra escena calcada de la tercera película), tales como la organización nazi, Ilse Skorzery (como Elsa Schneider en La Última Cruzada), el tipo de protagonista, aunque esto no sea exclusivamente de Indiana Jones ni mucho menos, también su padre, una figura erudita al que se acude en busca de conocimiento y apoyo, o sencillamente el entorno Sudamericano, tremendamente parecido con la defenestrada y fallida última película de la saga, El Reino de la Calavera de Cristal, y por todo el tema de los extraterrestres y de una cultura "ajena" a nuestro mundo. Todas estas alusiones y referencias han hecho que me interese un poco más por la novela, y ha sido un buen ejercicio hacer comparaciones y paralelismos. Debo decir que la época de esta novela es la actual, y aunque los métodos rudimentarios de exploración están ahí (piolet, mazo y linterna), el protagonista se ve ayudado en buena parte por medios tecnológicos que ya querrían para sí muchos aventureros. Esta es la diferencia entre una aventura emplazada en el siglo veintiuno y otra a mediados del siglo pasado. Es un buen contraste.

El Templo de la Luna es una buena novela de aventuras (aunque tiene algunos componentes de ciencia-ficción), bien documentada en lugares e historia de la América precolombina, de ritmo ágil y trama adictiva, aunque flojee al final y ciertas cosas se queden en el aire y se nos parezca muy poco desarrolladas, caso de La Corporación o cierto personaje llamado sencillamente Hombre Oscuro, y del que nos gustaría saber más cosas. La impresión que me ha dado todo, aparte de proporcionarme cierto entretenimiento al leer, es que las aventuras de Julián Curto bien podrían seguir en una serie de libros más. Esta novela de trescientas páginas que nos ocupa, parece un espacio demasiado pequeño y que debería haber (o que debería haber habido) más aventuras arqueológicas con conspiraciones. Julián Curto parece un personaje de los que se siguen en una larga serie de libros (e incluso de películas), y del que gustaría haber conocido más aventuras, además de algunos personajes, que como ya digo, quedan poco desarrollados y con un pasado y futuro demasiado misterioso. Por tanto, como novela individual se me hace un formato extraño, y sin embargo no me quejaría si siguiera en una colección exclusiva de novelas en bolsillo o cualquier otro formato. Yo la veo como El Código Da Vinci de la editorial Minotauro, claro que El Templo de la Luna está mucho mejor escrita, presenta una mejor documentación y cuyas aventuras al menos tienen sentido. Sobre la elección del premio Minotauro no sabría qué decir exactamente, tan sólo que se me hace un poco rara su elección porque los elementos fantásticos están ahí, pero en mucha menor medida que en anteriores ganadores del concurso. El jurado sabrá porqué se lo han dado, sus razones tendrá aunque mucha gente no lo comparta. Aún así, buena novela, con sus fallos, pero buena al fin y al cabo.

Curto Jones!!


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Colección/Serie: Independiente

Título Original: El Templo de la Luna / Editorial: Minotauro. / Formato: Tapa dura con sobrecubierta, 318 pág. / Año: 2009. / Precio: 19,50 euros. / Traducción: -.

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julio 05, 2009y

14 de junio de 2009

"Frankenstein", de Mary Shelley


Una de las novelas más conocidas del género gótico, y dicen que la primera en tratar la ciencia-ficción. Mary Wollstonecraft Godwin (más conocida como Mary Shelley), nacida en Londres el año 1797, era narradora, dramaturga, ensayista y biógrafa, y más conocida por escribir la novela que ahora nos ocupa. Describir todos los pormenores y penurias que pasó durante su vida nos llevaría varias páginas, por lo que haré un resumen de todo lo importante.

Tras el fallecimiento de su madre al darle a luz, Mary y su hermana fueron prácticamente sirvientas para su padre, William Godwin. Este, casado con Claire Clairmont (tan sólo ocho meses menor que la escritora), dio a Mary una educación que la instó a instruirse en las teorías políticas liberales. Y fue en 1814 cuando inició una relación con el ya casado Percy Bysshe Shelley (seguidor político del padre de Mary). Los dos, junto a su hermanastra Claire (casada con su padre, no lo olvidemos), viajaron por toda Francia, hasta que volvieron a Inglaterra, Mary ya embarazada. Vivieron una vida llena de deudas y préstamos, de miseria, principalmente por el fallecimiento de su primera hija. Percy y Mary contrajeron matrimonio en 1816, tras el suicidio de la primera esposa de él.

Pero el inició de Frankenstein llegó cuando Percy, Mary, Claire y John Polidori (médico personal de la pareja) hicieron una visita a Lord Byron en su villa de Suiza. Ese año de 1816 fue un año sin verano, debido a la erupción del Tambora, situado en Indonesia, en las Indias Orientales, y que sumió a todo el hemisferio norte en un año de invierno volcánico, debido a la cantidad de polvo que invadió la atmósfera. Por culpa de esto, la luz del Sol no ejercía su función y se echaron a perder todas las cosechas del norte de Europa y del nordeste de Estados Unidos debido a la drástica disminución en la temperatura. Pero volviendo al tema, decíamos que ese año surgió la idea de crear la novela Frankenstein. Tras leer una antología alemana de relatos de fantasmas, Byron propuso a los Shelley y a Polidori la creación de un relato de terror (supongo que también inducido por dicho año fatídico). Aunque solamente Polidori lo completó, fue la semilla de la novela más famosa de Mary. El avance en su escritura se debió a diversos motivos. Primero por una pesadilla que tuvo una noche, y segundo, por las conversaciones que Polidori y su marido sostenían acerca de los avances científicos de Darwin y Galvani. Percy le ayudó a completar su obra revisando los errores gramaticales y la fluidez del texto, llegando a publicarse de forma anónima en 1818 (en una edición en tres volúmenes con una tirada de 500). En 1823 se hizo una segunda edición en dos volúmenes, esta vez con el nombre de la escritora. Pero en 1831 reescribió la novela, algo que ya tenía pensado desde antaño. Le añadió un prefacio mucho más extenso y un comienzo mucho más embellecido. Volvió entonces a publicarse ese año, siendo hoy en día la versión más conocida, aunque la edición de 1818 sigue publicándose, y mucha gente la prefiere.
Mary Shelley y su marido abandonaron Inglaterra en 1818, mudándose a Italia, donde su segundo y tercer hijo murieron. Su último y cuarto hijo sobrevivió, Percy Florence (llamado así por haber nacido en Florencia). Percy Shelley murió en 1822 al hundirse su barco durante una tormenta. Mary regresó entonces a Inglaterra al año siguiente para dedicarse a educar a su hijo, así como a la carrera de escritora profesional. Los últimos diez años de su vida estuvieron plagados de enfermedades, terminando con ella en 1851, a los 53 años de edad.

Tras esta trágica vida, ¿qué podemos decir de Frankenstein que no se haya dicho ya? Siempre he querido leerla, pero nunca le he encontrado el momento hasta ahora, quién sabe si por esas causas mayores en la que diversas obras van guardándose en un aparte hasta el momento adecuado. Frankenstein reune muchos elementos propios de la novela gótica. De clara influencia romántica, en ella encontramos la clásica disensión entre el Bien y el Mal, simbolizadas por el monstruo de Frankenstein y el mismo doctor, así como claras referencias a la locura, al salvajismo, lo irracional o las características ultraterrenales. Junto a la exageración de situaciones y personajes, la contraposición entre terror y éxtasis, o esa profunda descripción (y diálogos) donde se nos queda patente la idea del abismo, de las tinieblas insondables, de la exaltación de la muerte... hallamos una de las piezas claves dentro del género gótico. Incluso ese componente oriental propio del género está presente (por lo misterioso), aunque en mucha menor medida y solamente de pasada.

Situada en una época de cambios científicos y religiosos, la novela nos plantea otro tipo de cuestiones aparte de la envoltura, y es la lucha o la sublevación de la criatura ante el creador. Un conflicto que ahora se ha convertido en todo un clásico y que vemos representado en muchas obras (qué si no son los robots que se revelan contra sus amos). La criatura es superior a dicho creador en capacidad física, aunque en inteligencia están muy igualados. Pero el creador debería mostrar mayor raciocinio, porque el medio para terminar con ella (a la criatura me refiero) no difiere mucho de los empleados por el monstruo en su espiral de violencia y crímenes (y eso sin contar la irresponsabilidad de haber creado tal monstruo sin haber hecho una mejor reflexión), ante su reivindicación del derecho a la vida y querer parecerse al ser humano, aunque en el fondo sepamos que no puede verse cumplido su deseo. Es por tanto un ser que me ha inspirado tristeza y compasión al principio, pero que me ha causado rechazo al terminar de leer la novela, no ya porque su causa esté perdida en un mundo donde se tiene miedo a lo desconocido, sino porque sus actos me han parecido totalmente viles, sin posibilidad alguna de justificación.

La estructura de la novela es lo que más me ha llamado la atención, puesto que la desconocía totalmente y pensaba que el proceso de creación del monstruo se describiría con más detalle, pero no es así en absoluto. Se trata solamente de pasada, como un medio para desarrollar todo lo que viene después. La narración en primera persona, a modo de carta (así comienza y así termina) y la fluidez del texto, ha hecho que la novela me resulte francamente entretenida, sin ningún punto donde flaquee, tal es el interés que me ha suscitado los monólogos del monstruo o el relato de la vida del Dr. Frankenstein. Incluso hay cierto componente de aventura o de viaje, en ese recorrido que se hace por tierras extrañas, además de la persecución del monstruo por Europa y más allá. El motivo del viaje, del desplazamiento en pos de una meta justa, del Bien.


Se han hecho muchas adaptaciones de esta obra, y ahora recuerdo unas cuantas, aunque para ser sincero, no recuerdo prácticamente nada de ellas (salvo la comedia de Mel Brooks y algo de la adaptación de Kenneth Branagh), por lo que tendré que efectuar un repaso al haber leído ya la novela. Pero lejos de adaptaciones, la novela de Frankenstein se merece un buen puesto en las lecturas habituales de cualquier lector que se precie.

14 de Junio de 1709...


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Colección/Serie: Independiente

(La edición ya dependerá de los gustos del lector, puesto que existen muchas en el mercado. Lo mejor es echarles un vistazo a todas ellas y elegir la que mejor se ajuste a nuestras necesidades del momento). En estos momentos dispongo de la edición de Edimat, que por lo demás, es correcta, muy barata, y posee una buena traducción.

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junio 14, 2009y


 

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