La contracubierta ya nos avisa de las sensaciones que vamos a recibir leyendo El libro de Ivo:
"Terror es aquello que nos hace querer huir para alejarnos.
Horror es aquello que nos paraliza y deseamos que no hubiese sucedido nunca.
Del terror puedes huir. El horror penetra en tu interior y permanece ahí para siempre.
Estás en tu casa. Bienvenido."
Como si de un encantamiento se tratase, mis ojos se vieron irremediablemente complacidos por lo que leyeron y mis manos terminaron por darle la vuelta al libro, empezar a pasar sus páginas y meterme de lleno en la historia: desde ese momento hasta que llegué al final no pude parar de leer.
El libro de Ivo empieza de una forma bastante peculiar: con los fragmentos del diario encontrado en el ático del edificio Babilonia. En él, un hombre describe con evidente desesperación y desconcierto una serie de pesadillas que sufre y en las que termina por matar a su esposa. La quiere con locura, pero en sus sueños se da cuenta de que un cúmulo de emociones le atraviesan, convirtiéndole en algo atroz capaz de cometer los actos más depravados.
Él sabe que en ese sueño es un asesino y pese a que le repugne la idea de matar a su esposa, lo que más le atormenta es que en realidad le gusta sentirse así. Tener el poder para decidir quitarle la vida a otra persona es algo que le transforma y le vuelve obsesivo, lo que le conduce a un estado de vigilia constante. Le da miedo dormir por si esos sueños de repente se hacen realidad. Comienza a investigar la razón y descubre con cierto asombro —y es aquí cuando la cosa se vuelve aún más interesante—, que la culpable de todo es la llamada reina Mab, la reina de las pesadillas.
Ilustración de Aeron Alfrey (The Dark Art of Aeron Alfrey)
Enseguida nos daremos cuenta de que la historia empieza a contarse por sí sola —vale, el autor es el culpable—, y es presentada como las novelas negras de antaño en las que se nos explicaba el momento justo donde se desarrolla la acción. En este caso es el semisótano del edificio Babilonia. El estrés en el trabajo hace que un hombre llamado Miguel sufra un repentino ataque de locura tras tener que pasar más de cuatro días sin apenas pegar ojo: algo parece quererle poseer hasta el punto de llegar a arrancar de un mordisco los dedos de una cajera de supermercado.
En otro lugar, el asesino Ivo Lain se despierta en un psiquiátrico donde todos aparecen muertos, tanto los enfermos como los enfermeros: la causa parece haber sido un ataque brutal y carnicero. Lo más curioso de todo es que Ivo Lain está cubierto de sangre —se da cuenta enseguida por su olfato superdesarrollado— y que de pronto es consciente de que debe buscar a su presa: no sabe quien es, pero lo sabrá cuando consiga seguir su rastro y llegue hasta ella.
El libro de Ivo está plagada de referencias tanto a leyendas y mitos como a muchos grandes de la fantasía y el terror, y entre toda la abundancia de símiles ha logrado captar su propia identidad y alzarse como una narración asombrosa y perturbadora. Juan Cuadra ha escrito una novela con una prosa ágil y sencilla sin llegar a ser simplista, consiguiendo así demostrar que las pesadillas al fin y al cabo tienen su lado bueno. También vamos a comprobar de primera mano cómo el ser humano es capaz de mostrar todas las vertientes de ese lado cruel, vengativo, degenerado y bestial que todos llevamos dentro.
En definitiva, El libro de Ivo es uno de esos libros que se quedan en el recuerdo, con más razón aún cuando lleguemos al final y nos topemos con un corte brusco, casi tanto como el del resto de las personas que pueblan sus páginas. La última página cierra sin un desenlace para nada claro y con un largo camino por recorrer: necesitamos saber qué ha ocurrido con la reina Mab, cual es la razón por la que Ivo Lain ha sido el elegido y qué papel le espera a Frank "el matapalomas", al Irlandés y a Sakura, la nieta de la vidente Hisako. Pensando que ya no me quedan uñas porque me las comí a medida que avanzaba la historia, no sé que voy a hacer mientras espero el lanzamiento en otoño de la segunda parte, El libro de Sombra.
Fantascy, septiembre 2014
Rústica con solapas, 400 págs. 16,90 €
Electrónico, 7,99 €