24 de marzo de 2015

Convivencia con el vampiro: Las 'Crónicas vampíricas' de Anne Rice, una retrospectiva


Antes de Crepúsculo ya existía una serie que contaba con vampiros de verdad, no de los que parpadean cual luciérnaga, cuyo foco se centraba en la sexualidad de sus personajes y sus escarceos amorosos. Y lo hacía si no de un modo más realista, por lo menos sí libre de cualquier posible vinculación con un profundo puritanismo como el que se achaca a la saga de Stephenie Meyer, y además, estaba bien escrita. Hablamos, como no, de las “Crónicas vampíricas” de Anne Rice.

“Crónicas vampíricas” arrancó en 1976 con Entrevista con el vampiro, novela que saltó a la fama mundial cuando en 1994 fue adaptada a la gran pantalla por Neil Jordan —el guión lo escribió la propia escritora—, con Tom Cruise como el vampiro Lestat —cuando Cruise aún era alguien—, Brad Pitt como Louis y un añejo Antonio Banderas interpretando al efebo de ascendencia eslava Armand —aún hoy me río de este casting—. Sea como fuere, la película fue un éxito bastante merecido. Curiosamente, aunque cuando se estrenó la película ya habían pasado casi veinte años de la publicación de la novela y la saga ya contaba con tres entregas más, ninguna otra fue adaptada al cine hasta que en 2002 se estrenara la adaptación del tercer volumen La reina de los condenados, fracasando estrepitosamente.


Independientemente de sus adaptaciones cinematográficas, merece la pena tener en consideración las “Crónicas vampíricas”. Es una serie altamente irregular, cierto, pero su primera entrega es inigualable, muy superior al resto. El segundo —Lestat el vampiro— se solapa un poco con el que lo antecede, y el tercero —La reina de los condenados— podría haber supuesto un más que digno y muy entretenido punto final a la saga, pero ésta se alarga y entra en una especie de devaneo aburrido y autocomplaciente que realmente no aporta nada gracias a sus continuaciones: El ladrón de cuerpos y Memnoch el diablo.

En Armand el vampiro recuperamos un poco el tono de las primeras entregas, cuando Rice retoma este personaje tan interesante y le da todo el protagonismo, repasando su larga vida como lo hiciera antes con Lestat. Siguiendo con Merrick, decir que es una novela cuyo único objetivo consiste en servir de puente con el otro gran universo ficticio de la autora, el de las brujas de Mayfair —desde mi punto de vista, se lo podría haber ahorrado—. Finalmente, Sangre y oro, El santuario y Cántico de sangre mezclan las técnicas de novelas previas, ya sea narrando el pasado de tal o cual personaje —Marius sobre todo— o presentando algunos de nuevos al estilo de Merrick. En general, este último tramo de las crónicas pasa sin mucha pena ni gloria.



Pero aun siendo una serie de éxito, sorprende que las “Crónicas vampíricas” no hayan catado aún más fama: por su cualidad de pionera en explotar al vampiro como criatura sensual, por la calidad de sus primeros tres tomos y por el carisma de sus personajes. Anne Rice abrió este camino y enseguida lo siguieron Poppy Z. Brite con El alma del vampiro —superior en algunos aspectos—, Laurell K. Hamilton con Placeres prohibidos —primero de la saga de “Anita Blake, cazavampiros” que Gigamesh empezó a publicar y que lleva años en stand by— y mucho más tarde Charlaine Harris con la saga de Southern Comfort, que sería adaptada como True Blood. Pese a abrir el artículo mencionándola, rechazo de manera absoluta incluir Crepúsculo en esta herencia, que no inspira más que vergüenza ajena. Quizás tantas opciones en este campo tan específico diluyó el potencial de Rice.

Todas estas novelas de otras autoras comparten lo que ofrecen “Crónicas vampíricas”: un escenario donde la humanidad convive con los vampiros, a veces a sabiendas, a veces ignorando su existencia. Todas presentan unos vampiros de sexualidad ambigua y muy acentuada; la sed de sangre a la par de la sexual, depredadores en ambos campos. Melancólicos, artísticos, rebeldes —con la suerte de poder ser eternamente jóvenes—. Todas estas obras comparten dichos elementos y algunos de ellos son muy de agradecer. Por ejemplo, es difícil encontrar personajes de literatura fantástica abiertamente homosexuales como los que hay en estas sagas.

¿Siendo así, qué se puede destacar de “Crónicas vampíricas”? El trasfondo, la historia. Rice se toma en serio la mitología detrás de sus personajes y la construye con cuidado, y logra que resulte interesante. El origen del vampirismo según Rice siempre me ha parecido muy atractivo, y en muchas cosas me recuerda el escenario del juego de rol Vampiro: La Mascarada. Rice está muy interesada, casi obsesionada, en darnos a conocer hasta el último detalle de los personajes principales y al final, esto los convierte en personajes fuertes, atractivos. Por todo ello, merece la pena darle una oportunidad. Y más ahora que esta misma semana sale en España la traducción de El principe Lestat, la última y excelente incorporación a la saga.  

3 comentarios:

  1. Interesantísimo artículo. A mí me gusta bastante el mito de los vampiros, aunque tampoco soy un experto; Entrevista con el vampiro es de esos libros que siempre he querido leer y que, por hache o por be, todavía hoy no he tocado. De esas fechas, y aunque diferente, en el sentido de que creo que se centra más en el personaje humano que en los vampiros, es Sueño del fevre, una de mis novelas fantásticas preferidas.

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  2. El tema de los vampiros sí que es un tema que me ha gustado siempre. Reconozco que comencé este gusto cuando de pequeña una amiga y yo nos "escondimos" para vernos la película, con tan mala suerte que mis padres vinieron antes de la cuenta y en esa ocasión no pude terminar de verla. Ese mismo día mi padre se rió ante la ocurrencia de "esconderse para verla" y en cuanto pudo me regaló el libro que sacaban en el periódico, creo que era en El País. Me lo acabé en el mismo día, no bajé a comer, no salí de mi habitación y prometo que cuando mi madre abrió la puerta a las doce y media de la noche de aquel sábado, en ningún momento me creí que me hubiese tirado leyendo más de 18 horas seguidas. Un libro que me encantó y que me motivó el interés por juegos de rol como Vampiro Edad Oscura o Mascarada. Muy buen artículo. Considero que para quien no quiera perderse en mil libros de Anne Rice y quiera probar a ver si le gusta el tema, se lea Entrevista con el Vampiro que se puede considerar autoconclusivo.

    Lo dicho, un gustazo de entrada Nyarla, como siempre. ;)

    PD: Y te secundo en lo de Crepúsculo... -.-

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  3. Las Crónicas Vampíricas de Anne Rice son una de mis sagas de vampiros favoritas (en las que, por supuesto, no se incluye Crepúsculo XD). Sus personajes son aplaudibles, en especial Lestat y mi adorado Louis. Cierto es que presenta muchos altibajos, que Lestat el vampiro es, en su primera mitad, algo aburridilla. Pero creo que La Reina de los Condenados iguala en calidad a Entrevista con el Vampiro. Y El ladrón de cuerpos también me entretuvo bastante. Con Memnoch, sin embargo, Rice echó la saga a pique. El resto no me los leí (ni Marius ni Armand me llamaron nunca la atención).

    Pero Rice no es solo Crónicas Vampíricas. De hecho, es una experta en tratar a las criaturas sobrenaturales desde un punto de vista más humanizado. Sin haber pasado tampoco por la saga de Mayfair, os recomiendo La Momia; y de su obra más reciente, El don del lobo.

    Por mi parte, no tardaré en conseguir El Príncipe Lestat. Esperemos que con esta Rice recupere toda la magia de la saga :).

    Gran artículo, Nyarla.

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