9 de abril de 2013

Reseña: «La saga de Atlas & Axis, volumen 2», de Pau


» Nuestros amigos regresan ahora a la taberna de la osa Miel, la maternal plantígrado que les ayudó en su anterior empresa


Una nominación como finalista en la selección oficial de los premios europeos de Angoulême en 2012 y otras tantas condecoraciones en festivales autóctonos del cómic, le otorgaron a Pau las prerrogativas para dar vida a esta segunda entrega de las vivencias de los perros protagonistas en el precioso tebeo que nos ocupa. Y por más que estos buenos canes se empeñen en afirmar cada vez que se topan con otro animal desconocido que todavía no son famosos, desde luego están haciendo grandes méritos para conseguirlo.

Con Atlas & Axis el autor mallorquín iniciaba hace ahora algo más de un año un periplo editorial, acogido con estusiasmo por nuestros vecinos franceses, que se adentra en una vertiente del cómic por desgracia hoy ya poco –o bastante menos que antaño– explotada en nuestro país. En su vocación de entretener y divertir, la historieta siempre había tenido en los más pequeños uno de sus públicos más fieles. Pero con la evolución del tebeo hasta lo que se ha querido dar en llamar novela gráfica, en un claro viraje por imprimir cierta madurez sobre el género (cómo si lo necesitara...) se ha perdido en buena parte ese punto de mira de la aventura más o menos inocente, que no por ello vacía, destinada a los lectores jóvenes y gozosamente asumida por los adultos, que ya lo echábamos de menos.

Pues bien, la serie de Dibbuks (porque nos alegramos que no se haya quedado en una publicación aislada, sino que se le vislumbre la continuidad) amaga por recuperar ese espíritu. Y lo consigue, vaya si lo consigue, con tal eficacia que sus páginas obligan a difundir con admiración su contenido lleno de hermosas tonalidades y bien merecen los galardones que no dejan de atribuírsele a un lado y otro de los Pirineos.

Hagamos un poco de memoria. En el primer tomo, el galgo afgano y el mil-leches blanco protagonistas de esta saga unían sus fuerzas ante el ataque de los norcandos (la versión canina de nuestros vikingos) a su poblado, que quedaba reducido a escombros y sembrado de huesos. Asustados pero decididos, emprenden una búsqueda para tratar de rescatar a amigos y familiares que habían sido secuestrados y embarcados a la fuerza en los drakkars de esta banda de perros salvajes hacia el helado norte. Del resultado de aquella misión –que por supuesto no desvelaremos–, dependerán muchas de sus peripecias futuras.


Agotados tras la arriesgada expedición por tierras de los norcandos en busca de los suyos, nuestros amigos regresan ahora a la taberna de la osa Miel, la maternal plantígrado que les ayudó en su anterior empresa. Sin embargo, como son de trasero inquieto (y no porque tengan pulgas, que conste), tras una breve estancia para recuperar fuerzas, se lanzan de nuevo a los caminos para cumplir el encargo de un sabio parroquiano que frecuenta la cantina. El viaje les conducirá hasta las estepas orientales, donde moran los Tarsos: una especie de perros-lobo de costumbres muy distintas a las suyas, que les enseñarán importantes lecciones y gracias a quienes descubrirán la existencia de otras increíbles criaturas que ni podían llegar a imaginarse.

"Igual de disfrutable por el resto de públicos que deseen entregarse a las cómicas y entretenidas correrías de este par de simpáticos podencos"
El volumen está claramente dividido en dos partes, enlazadas con coherencia, que no dejan menguar el ritmo del relato ni por un momento; teniendo en la travesía hacia la isla Escápula y la leyenda de Khimera (el gran hueso saciante que según los mitos constituye una fuente universal de comida), al elemento que vincula una nueva trama durante las últimas veinte páginas y que se prolongará hasta el siguiente número de la serie.

Tildar de saga a estas aventuras perrunas es una definición que le viene como anillo al dedo, pues las andanzas de sus protagonistas, que les llevan constantemente de un lugar a otro, conociendo a toda clase de personajes y participando de cantidad de inverosímiles sucesos, son de lo más variadas. Imposible no encariñarse además con los espontáneos Atlas y Axis, que demuestran una complicidad y una relación fraternal entre sí más allá de toda duda, como si fueran hermanos de camada. Son ocurrentes, entrañables, resueltos y poseen un carácter de jovialidad que en seguida se le contagia al lector.

El mismo asombro que al lanudo Axis le produce darse de bruces con las colosales bestias prehistóricas que encuentran a lo largo de su nuevo viaje, se imbuye ante nuestros ojos con el espectacular dominio del trazo que Pau firma en esta obra, complementado por el uso de una paleta de colores que deja igualmente boquiabierto. La capacidad para recrear escenas naturales (desde la misma portada hasta páginas dobles tan maravillosas como a la que hacía referencia) e intercalar en ellas impactantes efectos de luz, refleja la enorme belleza de la que puede presumir el dibujo de este álbum. Cualquier lámina que podamos mostrar habla por si sola. Cada vez que el dúo protagonista se pone en marcha, todo paisaje que pisan y las desconocidas regiones por las que avanzan nos regalan planchas de una calidad sublime sobre las que da gusto detenerse, haciendo jornada con ellos cuando se detienen a dormitar en esos parajes esbozados con maestría.

Que no os engañe el hecho de que el autor recurra a un estilo cartoon para perfilar a los seres animales, pues por encima de estereotipar el dibujo en la expresión humorística, que también detenta (¿recordáis, por la aventura previa, que las ovejas explotan al morir?), proporciona una medida amable de humanizar a nuestros queridos chuchos. Esta inclinación a la personalización realista de los personajes la encontramos, por ejemplo, en las enseñanzas que nos traslada la jauría de perros nómadas de la tundra, o la fabulosa historia que narran al calor de la yurta sobre el líder guerrero Chienguis Kan.

Desde el principio de la serie, el autor nos ha venido ofreciendo su personal visión sobre el mundo animal, con la que transmite una dedicación y amor por el medio ambiente, así como el respeto hacia todas las criaturas vivas que lo sustentan (se constata en su dedicatoria a Félix Rodríguez de la Fuente), que va más allá de las viñetas. Con la teoría de la evolución que los perros debaten en el bar de Miel deja claro también que el hombre, en el fondo, no es sino un animal más (a menudo, con menor conciencia ecológica que sus semejantes de cuatro patas).

En el mismo intachable formato con el que ya presentó el primer tomo, la edición de Dibbuks (calco de la de Ankama para la tirada francesa) puede preciarse de una elaboración exquisita: tapa dura, unas bonitas guardas, buen papel y unas cuantas páginas de bocetos para cerrar este fantástico volumen (donde se puede comprobar que si el dibujo de Pau a todo color es canela fina, sus laminas originales en blanco y negro no se quedan ni mucho menos atrás).

Para mi gusto, tenemos una historieta donde se supera incluso el argumento del primer tomo de la colección (que quizá arrastraba una ligera llaneza del guión para los más reticentes a este estilo), especialmente indicado para las nuevas generaciones lectoras de cómic, pero igual de disfrutable por el resto de públicos que deseen entregarse a las cómicas y entretenidas correrías de este par de simpáticos podencos. Muy buena continuación, de la que estoy seguro que su autor nos procurará pronto una tercera parte a la altura de las dos que llevamos leídas.


Título original: La saga de Atlas & Axis, volumen 2.
Guión: Pau.
Dibujo: Pau.
Color: Pau.
Edición: 80 págs, color. Dibbuks, marzo 2013.
Precio: 16 €.
Traducción: Obra en castellano.
Temática: Aventuras, humor, cómic.
Correlación: Segunda entrega de las aventuras de Atlas & Axis.

Sinopsis: Nuestros amigos Atlas y Axis tuvieron una entrada triunfal en el mundo del comic. Fueron seleccionados a los premios esenciales de Angouleme de 2012, nominados al mejor álbum en el Festival Internacional del Cómic de Barcelona en 2012 y, en el mismo año, finalista del Premio Nacional de la Historieta en España. ¡Es lo que se llama entrar con buen pie! Tenemos la inmensa suerte de que PAU se pusiera enseguida manos a la obra y, sin descanso, nos ofrezca, en coedición con la editorial francesa Ankama, el segundo tomo de la serie. Los protagonistas siguen empeñados en encontrar a sus amigos secuestrados por los malvados Norcandos. En este episodio aprenderemos un poco de la evolución animal, viviremos momentos de emoción y ternura, así como hermosas batallas épicas. El color y la narrativa de PAU siguen siendo de lo mejor del panorama nacional, y cada viñeta es un mundo por descubrir y un placer para la vista.

4 comentarios:

  1. Todavía no he leído ninguna de sus aventuras, pero desde que en la librería vi el primer tomo siempre he querido echarle mano (lo haré algún día, por supuesto). Ese tono de aventuras por el simple afán de entretener, como dices, es uno de mis motivos favoritos a la hora de lanzarme a por un cómic de aventuras. Además de que me parecen simpáticos los animales que protagonizan historietas, no sé porqué. XD

    Los trazos y color de Pau me parecen además excepcionales.

    ¡Buena reseña!

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  2. A mi también me parecen entrañables los cómics en los que aparecen animales, al igual que me pasó con "De Capa y Colmillos". Además, los ambientes que he podido ver en las ilustraciones me han convencido totalmente de la calidad que tiene este Pau, así que en cuanto pueda le intentaré echar... la zarpa.

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  3. Lo son, Loren: la verdad que a estos dos perrillos se les coge simpatía en seguida; poseen un carisma especial.

    Y desde luego el trabajo de Pau es de chapeau!

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